Ya la pluma ni danza ni canta entre las flores,
-aunque la primavera le ofrece mil delicias-
en forma de perfume, de trinos y colores
que hasta el alma conmueven con sus dulces caricias.
Al amor que inspirara tan ardientes poemas
no le escribe ni un verso desde aquella mañana,
cuando sin un adiós ni siquiera blasfemas
como el sol se perdió por la vieja ventana.
Ha perdido la tinta vagando en un desierto
de grises desvaríos y cruentos desengaños,
que al corazón provocan dolor y desconcierto
y nunca sanará ni al paso de los años.
El sueño va muriendo tan lento y silencioso
como arroyo que crece solo por temporada,
y el fruto prohibido por ser tan delicioso
a la luna confunde porque está enamorada.
Versos quiere escribir, historias y canciones
mas hoy no puede hacerlo por falta de ilusión,
de tinta, de mensajes que toquen corazones,
con notas impregnadas de ardiente inspiración.
La pluma se desvela buscando una salida
y no encuentra el camino de versos y poemas,
pues siente que ha perdido la magia de su vida
en jardines lejanos llenos de crisantemas.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California