El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, comenzará, a partir de la madrugada del próximo domingo, una redada masiva en diez importantes ciudades (incluidas Houston, Chicago, Miami y Los Ángeles), denominada “Family Op” (“Operación Familia”, en español), para deportar a alrededor de 2 mil familias que ya tienen órdenes de expulsión en dicho país.
Así lo informó este viernes el diario The Washington Post, citando a tres funcionarios federales de EE.UU. que optaron por quedarse en el anonimato. Esto sucede después de que el mandatario estadounidense amagó el lunes pasado con deportar a a millones de inmigrantes ilegales a partir de la próxima semana.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), ha informado con anterioridad que tiene poco más de un millón de órdenes de deportación que comenzará a ejecutar a partir de la semana del 24 de junio.
“Si estás aquí ilegalmente, tienes que ser expulsado […] Y en este caso, eso incluye a familias”, le dijo Mark Morgan, director interino del ICE, a la cadena Univisión, durante una entrevista telefónica desde la capital estadounidense Washington DC.
Morgan dijo, además, que en febrero pasado la agencia federal que dirige envió citatorios a unas 2 mil familias de indocumentados que llegaron recientemente al país en busca de asilo, indicándoles que quedaron sujetas a deportación tras concluir sus procesos y recibir por parte de la corte una orden de expulsión.
La operación ordenada por Trump “va a enviar un mensaje muy fuerte a estas personas que piensan venir aquí para que no lo hagan”, aseguró Morgan. “No solo vamos a aplicar la ley y mantener la integridad del sistema, sino que vamos a enviar un mensaje poderoso a los individuos en los países del Triángulo Norte [El Salvador, Guatemala y Honduras] y México: ‘No vengan, no se arriesguen’”, precisó.
Por su parte, Kavin McAleenan, Secretario Interino del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, ha instado al ICE para realizar un operativo enfocado en detener a cerca de 150 familias que recibieron la ayuda de abogados, pero que abandonaron su proceso legal y luego huyeron.
Asimismo, el funcionario federal aseguró que una operación de este tipo corre el riesgo de separar a niños de sus padres, en caso de que estos se encuentren en un lugar distinto al adulto durante la redada masiva.