Por la característica propia de haber sido una zona minera durante muchos años, La Paz es el municipio más susceptible en Baja California Sur a que sus pozos de agua potable contengan altos niveles de Arsénico, ya que el mineral se encuentra naturalmente en el suelo en la arsenopirita; la actividad minera libera el elemento que al entrar en contacto con el agua se oxida y puede generar enfermedades como el cáncer.
En el estado se cuentan con 160 pozos, a los cuales se les realiza monitoreo constante para verificar su calidad en el agua, labor que realiza la Secretaría de Salud (SSA).
Y aunque es la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) a la que le corresponde llevar a cabo las mediciones físico-químicas de los pozos, tras quejas de los habitantes la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) ha monitoreado algunos pozos e identificado por lo menos tres de ellos con niveles superiores de Arsénico.
“En todo el estado tenemos 160 pozos de agua para uso doméstico, de acuerdo a un análisis y un monitoreo que hacemos en la Coepris, encontramos tres pozos contaminados en las últimas mediciones en la ciudad de La Paz”, señaló Blanca Pulido Medrano, Comisionada Estatal de la Coepris.
De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-127/SSA/001, los límites permisibles de Arsénico en el agua para consumo humano no deben de rebasar 25 microgramos por litro, sin embargo, aunque hay variaciones, estos son los tres pozos en los que se tiene mayor porcentaje de Arsénico.
Pozo la Ardilla de Chametla y El Centenario, con 0.031%, Pozo Juan Domínguez Cota con 0.030% y el Pozo Villas de Guadalupe con 0.340%. Todos resultaron por encima de la Norma, lo cual preocupa a las instituciones, ya que podría generar graves afectaciones al organismo
Los primeros dos pozos al tener un porcentaje menor de arsénico, siguen trabajando pues son nivelados con una planta potabilizadora que permite que este porcentaje sea regulado, sin embargo, desde 2017 el pozo de la colonia Villas de Guadalupe tuvo que ser suspendido y hasta ahora no hay nada que se pueda hacer para sanar el agua potable del sitio.
Debido a sus efectos tóxicos, de superar los niveles requeridos para el cuerpo, el Arsénico podría generar repercusiones en la salud de quienes lo consumen.
“Nuestro cuerpo requiere un poco de Arsénico, pero cuando sale fuera de rango pues estamos hablando de una modificación a nivel hepático, a nivel renal, a nivel de cáncer inclusive los cuadros cancerígenos, a nivel dermatológico también se puede hacer un cambio de coloración en la piel y hay problema también de cáncer de piel, ciertos órganos se pasan afectar, incluso también pueden afectar los órganos a nivel genitales” explicó Pulido Medrano.
Actualmente, a seis meses del inicio de este año aún no se cuenten con recursos para estos programas especiales por parte de la Federación, pero, la Coepris aseguró que seguirá atendiendo el tema con el fin de proteger a la población.
“En 2019 todavía no tenemos el recurso de lo que es el apoyo por parte de programas especiales por la federación y sin embargo nosotros continuamos haciendo nuestras mediciones hasta la fecha, porque así nos los señaló el gobernador Carlos Mendoza, que mientras haya una queja ciudadana nosotros debemos informar para que se autoricen los recursos para las revisiones correspondientes”, confirmó la titular de Coepris.
Por fortuna y tras conocer las posibles consecuencias del consumo de Arsénico, en Baja California Sur no existe un solo caso de salud que pueda ser relacionado con el consumo del agua infectada.