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martes, octubre 1, 2024
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Los tecolotes

De donde los tecolotes duermen de día,

de donde los tecolotes cantan de noche,

¡de allá vengo, de allá voy!

Soy náhuatl que a diario se convierte en tecolote

y vuela por las noches observando al mundo y a su gente.

Vuelo alto y bajo, saludando a las blancas lunas

y a las centellantes mariposas.

Mis ojos me hacen ver las distancias, miro mis presas,

alisto las garras y me lanzo en picada con garras de pico

las tomo y bendigo al Dador de la Vida.

Como soy ave mexicana, muy mexicaa,

el señor del Lejos del Junto me dio una triste cualidad:

que mis cantos sean funestos para el mexicano.

Por eso mi cantar quiero, pero mi misión es:

volar, observar y cantar sobre los cielos,

a cientos de chozas y palacios

y al “indio” que le toca ese día en suerte

visitar, quiéralo o no al Dador de la Vida.

¡Un solo canto y el indio muere!

De donde los tecolotes duermen de día,

de donde los tecolotes cantan de noche,

¡de allá vengo, de allá soy!

Y al son de los cantos de chirimías y del teponaxtle

¡los indios mueren como cañas rotas!

 

Atentamente,

Dr. J. Fernando Jaramillo C.

Tijuana, B.C.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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