El pasado 1 de junio, Yuriana Berenice Santamaría Torres interpuso la queja número 48798 ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por negligencia médica cometida contra su hermana, María del Rosario, joven de 23 años, quien dejó en orfandad a dos pequeños, uno de 5 años y otro de apenas 3 meses.
De acuerdo con Berenice, su hermana Rosario acudió por un dolor abdominal a la altura de los riñones a la clínica 200 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada en Técamac, Estado de México, la noche del 4 de mayo. Ahí le diagnosticaron colecistitis crónica agudizada, y luego de hacerle un ultrasonido, darle medicamento para el dolor y referirla al servicio de cirugía la dieron de alta.
Días más tarde, el 20 de mayo, Rosario volvió a urgencias con dolor e irregularidades en su cuerpo como color amarillo en su piel, ojos y orina. Después de ser ingresada al hospital, el médico tratante comenzó con los estudios necesarios para determinar un diagnostico e informar a sus familiares el tratamiento a seguir.
En la semana del 20 al 24 de mayo, los estudios fueron haciéndose, y hasta el jueves 23 el médico determinó que Rosario tendría que ser sometida a una CPRE para desobstruir las vías biliares y luego programar el retiro de su vesícula, mediante cirugía.
“El problema era que el hospital no tenía recursos para llevar a cabo la CPRE”, narró Berenice, quien ahondó que su cuñado logró sensibilizar a los médicos para que el 27 de mayo se llevara a cabo la CPRE. Procedimiento en el que se introduce por la boca un endoscopio con el que se examinarán los conductos biliares, los cuales transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula y el intestino delgado.
Sin embargo, el estudio no tuvo los resultados esperados. “La endoscopista argumentó que a veces los pacientes no quedan a la primera y que programaría una segunda CPRE en 15 días más”, por lo que el miércoles 29 de mayo darían de alta a Rosario.
Empeoró el martes 28 de mayo, Rosario salió mal en diversos exámenes médicos que le hicieron y para la tarde comenzó a presentar signos de debilitamiento, escalofríos y presión alta. Pese a que su madre buscó quedarse a su lado por la noche, pidiéndole a médico Martín Villavicencio, un pase de 24 horas, él lo negó bajo el argumento de que Rosario “estaba muy joven, y los pases de 24 horas sólo se autorizan a personas de la tercera edad y pacientes de gravedad”.
Al día siguiente, la madre de Rosario recibió una llamada para que se presentara en el hospital. “Al llegar, le dieron un pase de 24 horas porque, ahora sí, mi hermana estaba muy grave”. Los médicos dijeron que ya le habían practicado un ultrasonido y había que meterla a cirugía de emergencia. Aunque debían esperar a su médico tratante, quien llegaría hasta las 14 horas al nosocomio.
“Cuando llegó el doctor, le mencionó a mi mamá que pasaría directo a cirugía y le explicó las consecuencias en caso de complicarse todo, pero la endoscopista pidió primero retirar la piedra que obstruía las vías biliares y los médicos accedieron”.
Luego que concluyó la CPRE, la endoscopista le informó a mi mamá que ya se habían desobstruido las vías biliares, que colocó una prótesis que ayudaría a drenar, que todo estaba bien, pero la habían pasado directamente a terapia intensiva por 24 horas para ver cómo evolucionaba. Versión que refutó el médico de terapia intensiva, quien precisó que Rosario estaba sumamente grave.
El viernes 31 el médico de terapia intensiva dijo a los familiares de Rosario que solicitaría un ultrasonido para intervenir quirúrgicamente a Rosario, ya que su estado de salud había empeorado. Pasaron las horas y jamás se practicó el ultrasonido y mucho menos la cirugía que desde un principio se le haría.
“Evidentemente la salud de mi hermana empeoró”.
Después de que el personal argumentó que no tenían mucho trabajo y no daban informes sobre el estado de Rosario, Berenice interpuso la denuncia el 1 de junio ante la CNDH.
La madrugada del 2 de junio, finalmente intervinieron quirúrgicamente a Rosario, aunque previamente se había señalado que esperarían a hacerle una tomografía. “A mi cuñado le dijeron que al parecer las CPRES dañaron el intestino y lo hicieron sangrar, lo que desencadenó todo”, así que reportaron su estado grave. El martes 4 de junio, le pidieron a la familia que se despidiera de ella y por la tarde, Rosario murió.
Ante ello, su hermana Berenice solicitó a la CNDH que la queja interpuesta el 1 de junio fuera remitida a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) y al Órgano Interno de Control del IMSS.
ZETA buscó una entrevista con el director del nosocomio, sin que hasta el día de hoy haya sido concertada por personal de
Comunicación Social del IMSS. También se buscó al médico Villavicencio quien comentó que daría declaraciones una vez que fuera asesorado por su abogado.