21.9 C
Tijuana
jueves, octubre 3, 2024
Publicidad

“Hay una parte de la literatura infantil que conecta con temas universales”: Rodrigo Morlesin

Un perrito vagaba por las calles cuando de repente fue atropellado por un desconsiderado automovilista. Después de discutir fuertemente con sus padres que no querían al perro, la niña Ana logra convencerlos de llevar a casa al malherido canino, lo trasladan a una clínica con el veterinario y, finalmente, se queda con él.

Total que Ana y el perrito -al que nombra Elvis- se convierten en amigos inseparables, pero de repente un suceso trágico cambia el destino de ambos y hasta de la familia, aunque la amistad perdurará para siempre; incluso más allá de la negativa inicial de los padres de la niña.

Se trata del cuento “Elvis nunca se equivoca”, del escritor mexicano Rodrigo Morlesin (Ciudad de México, 1972), con ilustraciones del célebre artista japonés Satoshi Kitamura, que ha gustado a niños, jóvenes y hasta a adultos que protagonizan extensas filas en los módulos de firma de libros en ferias y otros encuentros con la lectura.

Publicado por primera ocasión en 2016 en la colección Andanzas de Tusquets, el libro ha gozado del éxito editorial al grado que Grupo Editorial Planeta reeditó en 2019 la agotada edición, pero ahora en la colección Planeta Junior.

Además de la entrañable amistad que casi siempre se logra entre niños y perros, “Elvis nunca se equivoca” sorprende al lector de cualquier edad porque el narrador y quien habla es el perro, en primera persona, por supuesto.

 

Satoshi Kitamura y Rodrigo Morlesin

“Un día, platicando con Satoshi Kitamura me dijo: ‘Esta historia está buena, escríbela, te va a gustar’. Le gustaba la idea del libro, al principio no hice mucho caso, la verdad me sentía muy inseguro de hacerlo, siempre lo había dejado como en segundo plano”, refirió Rodrigo Morlesin en entrevista con ZETA.

Recordó  que en 2016 dejó los menesteres del diseño gráfico para concentrarse en la escritura del cuento, hasta que finalmente fue entregado al editor Martín Solares, mismo que publicó en Tusquets.

“Fue un poco extraño, la que le conté a Satoshi, era justamente eso: una historia un poco al revés a lo que se suele contar de una niña y un perro, aquí no era la niña que contaba sus aventuras con el perro, sino era el perro que contaba su propia historia; entonces, cuando empecé a escribir realmente me fijaba en los perros de la calle, en los perros que tienen amo, en los que iban pasando por la calle, me fijaba en todos los animales que veía pasar; pero me llamaban particularmente la atención los perros callejeros, que a pesar de verles las costillas, la miseria, tenían algo en la mirada o eran como muy asustadizos y tenían mucho miedo o eran plenamente felices”.

Aún sorprendido por el éxito de su cuento que en un principio no se animaba a escribir, mucho menos a publicar, Rodrigo Morlesin refirió a ZETA sobre la literatura infantil

-cuando toca temas universales- que gozan no solo los más pequeños, sino los adultos por igual y sin empacho:

“Creo fielmente que la literatura infantil tiene algo que pocas veces la literatura de adultos logra alcanzar, que es tocar los temas más trascendentales de las personas, como la muerte, la amistad, la felicidad absoluta, y lo toca de una manera que la literatura formal de adultos no se lo permite.

“También hay libros malos para niños, obviamente, como en todo; pero hay una parte de la literatura infantil que conecta con temas universales, por eso hay libros para niños que se vuelven atemporales”, concluyó Rodrigo Morlesin, feliz porque su cuento se tradujo al turco y próximamente al chino.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas