Llegar a medio siglo de vida ha sido para Jennifer López el motivo más importante para celebrar con sus fanáticos de todas partes del mundo, que en su tercer concierto de la recién estrenada gira “It’s My Party: The Live Celebration”, en Pechanga Arena de San Diego, han podido ser testigos del derroche de sensualidad, energía, entrega y baile que la artista nacida en el Bronx ha presentado, mostrando ese sabor latino que lleva en la sangre.
Arropada con un escenario de alta tecnología cuya pantalla gigante mostraba diversas imágenes, a veces en tercera dimensión, otras solo figuras geométricas y en ocasiones a la cantante, fue un deleite para el público que disfrutó la fiesta de 50 años de “J. Lo”.
Ritmo, sabor, luces, globos, láser y un DJ, fueron parte de los invitados que se fusionaron a la perfección con el concepto que López desea mostrar.
El inicio no pudo ser más espectacular cuando apareció desde lo alto del escenario, sentada en una argolla a ritmo de “Medicine”, ante los flashazos de luces, brillo y glamour. A partir de ese momento la noche sería de completa festividad con temas como “Love Don’t Cost a Thing”, “Get Right”, “Dinero”, “I’m Real”, entre otros.
“Cómo estás, San Diego, esta noche es un buen momento para celebrar”, expresaría feliz la artista, mientras el griterío de 16 mil fanáticos le correspondía el saludo. “Oh, Dios mío, qué lindos todos ustedes, mírense, miren allá, acá; todos vinieron a mi fiesta, gracias por estar conmigo en mi celebración. Soy del Bronx y esta es mi fiesta, puedo hacer lo que quiera”, exclamó.
Pasos perfectos, sincronía entre danza y canto, excelsos músicos y mayúsculos bailarines, hicieron de la celebración una exquisita y fascinante fiesta, en la que predominó la sensualidad de Jennifer, exaltando en repetidas ocasiones sus glúteos, atributo que le caracteriza y sabe exponer muy bien.
Entre su lista de canciones hay una especial: “Limitless”, pues comparte escenario con su hija Emma en las últimas estrofas, un regalo que Jennifer da para mostrar las cualidades interpretativas de su pequeña, dejando en claro que la familia es su mayor orgullo y prioridad.
Después de dos horas de concierto, el cierre tenía que ser igual de espectacular con las exitosas “Waiting for Tonight”, “Dance Again”, “On the Floor” y “Let’s Get Loud”, llevando los decibeles a su máxima potencia.