En su libro “La noche soy yo” publicado este año por Planeta, Henri Donnadieu cuenta no sólo su historia personal, sino también entrega la crónica e historia del famoso bar gay “El 9” de la Ciudad de México y Acapulco que fundó en 1977 que, más allá del show nocturno para un grupo de una preferencia sexual, abrió sus puertas a todos con propuestas artísticas, convirtiéndose en un ícono cultural en el país hacia finales de los 70 y durante la década de los 80.
De manera tal que en “La noche soy yo. La historia del loco insomne que creó el primer bar gay, rockero y contracultural de México” Donnadieu narra el antes, durante y después del popular bar gay “El 9” que creó en enero de 1977 en la Zona Rosa del Distrito Federal, cuyo éxito lo condujo ese mismo año, pero en septiembre, a abrir una sucursal en Acapulco. Pero la razón de la gran aceptación del público consistió en que Donnadieu abrió las puertas de “El 9” a todos:
“La sexualidad es algo que pertenece a la vida privada y no es en realidad demasiado importante para definir el lugar de alguien en la sociedad. De joven conocí los lugares gay de la costa azul, sobre todo de Cannes, después los de París, Londres, Ámsterdam y Berlín: siempre he estado en contra de los guetos y nunca me gustaron los lugares gay que no permiten la entrada a mujeres, a gente de otra clase o de otro color de piel, tal vez por mi formación izquierdista o simplemente por amor a los seres humanos en general. Así fue que decidí terminar con la era de los junior gay y abrir el espacio del 9 a todo el mundo”, cuenta Henri Donnadieu en alguna parte de “La noche soy yo”.
“Se trataba de guardar la esencia gay del lugar, pero ampliando la gama social y de todo lo que aprendí en mi origen rural, en la universidad, en los múltiples viajes y en las muchas experiencias, me di el gusto de plasmarlo en mi sueño cultural allí mismo, en el 9”, complementa el autor en su libro, fundamental para conocer el auge cultural en México hacia finales de los 70 y los 80.
Henri Donnadieu nació en Francia en 1943, estudió Ciencias Políticas en la Soborna. Viajó por el mundo hasta que el 1 de diciembre de 1976, a la edad de 33 años, llegó a la Ciudad de México, donde abrió el 23 de enero de 1977 el bar gay “El 9”.
Actualmente de 76 años, el promotor cultural y productor de teatro, contó a ZETA las razones por las que decidió contar en primera persona su historia en “La noche soy yo”, así como la del bar gay que se convirtió en un ícono cultural en México, no sólo por su tolerancia y apertura, sino también por las propuestas artísticas y culturales que ofrecía:
“Conté mi historia porque pensé que es una aventura de la vida y de ‘El 9’, que fue un lugar que marcó la década de los 80 en la Ciudad de México, creo que tuvo su importancia y es bueno recordar ese tipo de cosas. ‘El 9’ fue un bar gay donde llegó todo México a finales de los 70 y los 80, que fue una década que marcó una apertura también México. ‘El 9’ fue un lugar muy importante porque no sólo fue un lugar de diversión, fue un lugar muy importante a nivel cultural también”.
“La vida cultura de esa época más que todo no fue la vida cultural institucional, ‘El 9’ más que todo fue una cultura underground. ‘El 9’ fue el primer lugar en difundir el rock en español, ‘El 9’ fue el lugar donde se pudieron presentar Los Caifanes, La Maldita Vecindad, Café Tacvba y gente de otros grupos, te hablo quizá de los más famosos. ‘El 9’ fue un lugar donde empezó lo que se llama el teatro de cabaret”, evocó en la entrevista con este Semanario Henri Donnadieu.
El autor francés nacionalizado mexicano, también trajo a la memoria a los personajes que llegaban a “El 9” en sus 14 años de existencia: “En ‘El 9’ pasaron todos los grandes personajes de la época: Silvia Pinal, María Félix, ¡toda la farándula!, pero también pasó mucho del México político, pasó también otro tipo de gente porque ‘El 9’ era una mezcla donde todo el mundo tenía que respetar a todo mundo, eso fue algo maravillo; también donde llegaba la mujer más guapa de la ciudad porque nadie las molestaba”.
Asimismo, más allá de los shows o los números nocturnos o las caracterizaciones típicas, Henri Donnadieu destacó el concepto artístico y vanguardista de “El 9”:
“Las cosas han cambiado mucho. ‘El 9’ no hacía espectáculos. De repente los miércoles había coctel y un espectáculo del disco bar, que era la compañía del teatro del 9, pero era un espectáculo que duraba diez o doce minutos. En ‘El 9’ lo importante era el nivel de la música: la música que se escuchaba en ‘El 9’, seis meses después se escuchaba en todos los lugares. ‘El 9’ era precursor, ‘El 9’ fue toda una vanguardia en todos los sentidos”.
“‘El 9’ tenía un cineclub que presentó películas que nunca se iban a presentar en México, había muchas exposiciones de pintores, había presentaciones de libros. ‘El 9’ fue el lugar favorito de Carlos Monsiváis, Sergio Pitol, ¡estaba todo el mundo!, no es presunción mía, es porque así fue. ‘El 9’ fue un antro, un lugar de esparcimiento, pero también fue un lugar muy importante, fue un lugar donde nació la corriente que se conoce como la contracultura”, concluyó Donnadieu.
Finalmente, el autor sentenció: “Siendo ‘El 9’ un lugar gay, fue un lugar que no se cerró en un gueto, fue un lugar abierto a toda la sociedad en general, pero siendo un lugar gay. Ahora ya cada quién está en su pequeño gueto”.