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domingo, febrero 18, 2024
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Dos años…

Francisco Vega pasará a la historia como el gobernador que acabó con los 30 años de su partido en la gubernatura de BC. Junto a los alcaldes y diputados en turno, el PAN se demolió sobre sus candidatos. Por otro lado, el PRI está al borde de desaparecer, su abanderado alcanzó apenas el 4.6 por ciento de votos, a una décima y fracción de perder el registro como partido; en manos de los aliados de Jorge Hank, el tricolor quedó hecho polvo. Jaime Bonilla se apresta a convertirse en el primer gobernador de dos años en la entidad


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Jaime Bonilla Valdez, el virtual gobernador de Baja California tiene muchas primeras veces.

Es el primer gobernador que lo será por dos años, periodo para el que fue votado constitucionalmente el 2 de junio de 2019.

Es el primer gobernador de Baja California emanado de un partido de izquierda como está registrado el Movimiento de Regeneración Nacional del cual es fundador en varios estados de la República.


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Es el primer gobernador que es electo con menos votos de los logrados por su antecesor, pues mientras Francisco Vega de Lamadrid logró la gubernatura con 442 mil 860 sufragios, y José Guadalupe Osuna Millán (2007-20013) con 436 mil 360 votos, el de Morena logró convertirse en el Ejecutivo Estatal con apenas 382 mil 308 votos a su favor.

Ciertamente, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia en Baja California, Jaime Bonilla Valdez, confiaba en que ganaría con un millón de votos. Su apuesta no era gratuita, su análisis le decía que los 824 mil 241 votos que logró cuando compitió por el Senado de la República en 2018, le pertenecían enteramente.

Es evidente, al análisis de los resultados 2019, que los votos de 2018 se debieron a la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sí logró una cifra histórica de votos en México al captar más de 30 millones de sufragios.

En ese contexto, Jaime Bonilla perdió 53.62 por ciento de los votos que recibió en 2018, en la elección del domingo 2 de junio de 2019. Efectivamente, el abstencionismo y la ausencia de la figura de López Obrador en la boleta electoral, llevaron a Bonilla a ganar la gubernatura de Baja California con la aprobación de tan solo el 13.60 por ciento de quienes integran el listado nominal del estado, 2 millones 811 mil 075, pero el 50.38 de quienes acudieron a votar, y cuya participación fue determinada por el Instituto Estatal Electoral en un 29.95 de participación.

Foto: Ramón T. Blanco Villalón.- Kiko y su partido obtuvieron fúnebres resultados.

A pesar de los esfuerzos jurídicos y litigios judiciales que el equipo del virtual gobernador emprendió en los tribunales electorales local y nacional, el periodo para la gubernatura que ganó en las urnas, quedó en lo aprobado en la reforma política de 2014: dos años.

La primera vez que intentaron cambiar el periodo de dos a cinco años a partir de un amparo de una pretendida aspirante a la candidatura de Morena, aunque en el Tribunal Electoral de Baja California le aceptaron el recurso y ampliaron el periodo a cinco años, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvieron de forma unánime que debía regresarse a dos años como fue aprobado en el Congreso del Estado.

El segundo intento, ya con el nombre de Jaime Bonilla Valdez como el afectado, tuvo el mismo destino. Aprobada una ampliación a seis años en el Tribunal local, una resolución que regresa a dos años el periodo por el Tribunal Federal.

Al final, la convocatoria que lanzó el Instituto Estatal Electoral para la elección de gobernador del domingo 2 de junio de 2019, determinó que los bajacalifornianos votarían por un gobernador para un periodo de dos años. El ganador fue Bonilla Valdez.

Sin embargo no será el primer gobernador en encabezar un periodo menor a seis años. En 1989, don Óscar Baylón Chacón, priista, fue mandatario estatal por once meses, cuando el gobernador constitucional, Xicoténcatl Leyva Mortera, fue retirado de la administración pública del estado por el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Goratri.

En 1998 después del fallecimiento del gobernador constitucional de Baja Californias, don Héctor Terán Terán, fue nombrado gobernador sustituto el panista Alejandro González Alcocer, y encabezó la administración pública del Estado por tres años.

Jaime Bonilla adelantó en entrevista con ZETA, dos semanas previas a la elección, que no alcanzaría a hacer grandes obras porque podría gobernar solamente durante dos años, pero también auguró un gobierno de transformación.

Resaltó la eliminación de la Secretaría de Turismo para volverla subsecretaría en la Secretaría de Desarrollo Económico, la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública y la creación de una fuerza policiaca estatal que titulará un militar palomeado tanto por el Secretario General de la Defensa Nacional como por el Almirante a cargo de la Armada de México, y el propio presidente de la República.

Hace unos días resaltó la creación de la Secretaría de Cultura, y ya se conoce que muchas de las facultades de la Secretaría de Seguridad, recaerán en la Secretaría de Gobierno.

 

Dará continuidad y promoverá los programas integrales asistencialistas del gobierno federal para adultos mayores, jóvenes, niños y madres. Además de comprometerse a construir una carretera de dos carriles que conecte a Guerrero Negro.

Ingeniero de profesión y maestro en la misma especialidad, Jaime Bonilla Valdez refrendó un compromiso la mayor parte de su campaña: investigar la corrupción del gobierno de Francisco Vega, y llevarlo a la cárcel, así como confiscarle los bienes producto del abuso.

Las transformaciones que promueve Bonilla para la administración estatal, no tendrá problema en que le sean aprobadas en un Congreso del Estado en el cual, junto a los aliados de la colación, tendrá la mayoría calificada, pues los 17 candidatos de Juntos Haremos Historia en Baja California, ganaron sus distritos, al igual que las cinco propuestas a las alcaldías, entidades que validan las reformas constitucionales.

No es lo mismo sin AMLO en la boleta

Jaime Bonilla Valdez se convirtió en poco tiempo en el político más importante de Baja California: del 2012 a la fecha fue diputado federal, fundador de Morena en gran parte del norte del país, Senador de la República, súper delegado federal en el Estado y hoy virtual gobernador.

Bonilla fue el vencedor indiscutible de la contienda al gobierno del Estado. Ni juntando todos los votos de los otros 5 candidatos a la gubernatura, se hubiera podido vencerle en las urnas.

En su campaña, Bonilla logró –aunque en detrimento de su discurso– penetrar y fracturar el gabinete de Francisco Vega y suscribir a su campaña a dos secretarios del estado en funciones, Carlo Umberto Bonfante y Guillermo Trejo Dozal, al menos estos dos públicamente pues de manera oculta altos funcionarios vendieron su apoyo desde el gobierno local.

Foto: César René Blanco Villalón .-Osuna Jaime por encima del PRI.

Además, el próximo gobernador se adjuntó figuras clave del priismo en todo el Estado haciendo un boquete irreparable en el Revolucionario Institucional; realizó alianzas públicas con los líderes, organizaciones y sectores sindicales, con grupos de la sociedad civil, colegios de profesionistas, grupos del magisterio. Asimismo, previo a los tiempos electorales formó una alianza con 3 partidos políticos junto a Morena: el Partido Verde Ecologista de México, Partido del Trabajo y Transformemos, fue el único candidato que contrajo nupcias electorales y gracia a ello, aseguró victorias que de lo contrario pudieron complicarse.

Los propios dirigentes del PAN y de otros partidos, así como de los adversarios políticos, se encargaron de agrandar la imagen de poderío al candidato de Morena al señalarlo como el amigo del presidente de la República, de “millonario”, de exhibirlo como un codiciado empresario, de controlar los medios de comunicación, de tener potestad en el Tribunal de Justicia Electoral de Baja California, de dictar sentencias desde sus “caprichos” y operar una red de supuesta impunidad internacional. Ni qué decir cuando se atribuía a Bonilla capacidad de cabildear e intentar mover o “comprar” el Poder Legislativo (en donde solo contaba con dos diputados de su partido).

Con todo y el gran mando político –real o imaginario–, en los resultados electorales de Jaime Bonilla se pudo comprobar una premisa popular: no es lo mismo cuando Andrés Manuel López Obrador está en la boleta.

En 2018, el hoy gobernador electo, fue candidato al Senado de la República. Al lado de AMLO como candidato, Bonilla coleccionó 824 mil 241 votos, una cifra record en la historia del Estado.

Un año después, ya sin López Obrador como figura principal de campaña los números cambiaron. Jaime Bonilla obtuvo únicamente 382 mil 308 votos. Es decir, de un año al otro, la misma persona, en el mismo estado, consiguió 441 mil 993 sufragios menos. Aun así, Jaime Bonilla llegará al poder con 50.38 puntos porcentuales de los votos, la cifra más alta de cualquier gobernante panista.

 

“Kiko” Vega el gobernador que sepultó al PAN

Ningún otro mandatario estatal en Baja California en la historia del Partido Acción Nacional había obtenido tan fúnebres resultados en las elecciones de su sucesión: Francisco Vega de Lamadrid entregará el poder, por primera vez en 30 años de administraciones panistas, a otro partido político, con el peor registro electoral.

Con tan solo saber que Óscar Vega Marín, el candidato del PAN en la presente elección no alcanzó –ni siquiera cerca– la cantidad de votos que su partido conquistó en 1989, cuando el número de posibles electores era menor al millón de ciudadanos.

En esta ocasión, el PAN, que dirige José Luis Ovando Patrón, cuenta con 175 mil votos (según datos resultados preliminares en la elección a gobernador) frente a los 204 mil 120 votos de Ernesto Ruffo Appel a finales de los ochenta, con la diferencias, por nombrar algunas, que el candidato era de diferente partido al gobernante y que actualmente hay un listado nominal 3 veces mayor.

Si el desempeño de un mandatario fuera usado como elemento para calificar el resultado de la elección en su partido político, Francisco Vega de Lamadrid sería el peor gobernador de Baja California.

En cada sexenio usualmente fue creciendo el número de votos para Acción Nacional en la elección a gobernador. Desde 1989, lo más bajo que al panismo se le había ubicado fue en los 47 puntos porcentuales, precisamente con los que Vega de Madrid llegó al poder, el peor porcentaje de los últimos 24 años en ese entonces.

A continuación, la votación con la que cada mandatario del PAN en Baja California entregó la batuta a su sucesor. Hay que tomar en cuenta que en 1989 la lista de votantes no superaba los 800 mil ciudadanos, a diferencia de este año los posibles votantes están por encima de los 2 millones 800 mil.

1989 – Ernesto Ruffo                         204 mil 120 votos (52.36%)

1995 – Héctor Terán                          324 mil 901 votos (49.59%)

2001 – Eugenio Elorduy                    266 mil 175 votos (48 .69%)

2007 – José Guadalupe Osuna           436 mil 360 votos (50.36%)

2013 – Francisco Vega                      442 mil 868 votos (47%)

2019 – Óscar Vega Marín                  175 mil 596 votos (23.14%)

 

El PRI hecho trizas

En 2013, en la anterior elección a gobernador, el PRI con Fernando Castro Trenti como candidato, por cierto, quien será parte del gobierno de Morena, estuvo a 25 mil votos (a 3 puntos porcentuales) de llegar al Poder en Baja California. En ese año, el partido y su coalición sumaron 417 mil sufragios.

Seis años después, con Castro fuera del Estado y el partido en manos de los grupos subordinados a Jorge Hank Rhon (Mario Madrigal, René Mendivil, David Ruvalcaba y el propio candidato a gobernador), el PRI tuvo una estrepitosa caída: de los 417 mil votos en 2016, se desplomó a los 35 mil 521 sufragio.

Enrique Acosta Fregoso, el abanderado del PRI, consiguió lo que ningún otro candidato: llevar al partido a la quinta fuerza política. En el quinto lugar de 6 candidatos, incluso superado por Héctor Osuna Jaime, candidato de Movimiento Ciudadano.

El PRI obtuvo el 4.68 por ciento de votos, es decir, estuvo a 12 mil votos de no alcanzar el 3 por ciento de la votación, requisito mínimo para mantener el registro y no desaparecer como partido político.

Desde la lona electoral, el PRI puede ver muy de cerca al Partido de Baja California y su abanderado, Ignacio Anaya, quien obtuvo solamente 8 mil 120 votos menos que Acosta Fregoso.

Para darle más dimensión a la debacle priista, sobra con comparar que Acosta Fregoso en todo el Estado no logró superar lo contabilizado por Juan Manuel Gastelum (38 mil 203 que representa el tercer lugar con el 10.64% de los votos) en Tijuana), el otro gran fracaso político del PAN en la contienda a la presidencia municipal.

 

El gabinete que viene

Desde su campaña, Jaime Bonilla Valdez dejó saber algunos nombres de quienes le gustaría lo acompañaran en su gabinete. La noche del domingo 2 de junio, después de anunciar su triunfo en la elección de ese día, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia en Baja California, confirmó los primeros secretarios con que contará a partir del 1 de noviembre.

Amador Rodríguez Lozano, Secretario General de Gobierno. Bonilla confirmó esta posición, la segunda de mayor peso en la administración estatal.

A sus 68 años, Rodríguez Lozano ha hecho gran parte de su carrera política en el PRI, partido que lo llevó a una diputación federal (1991-1994) y como senador (1994-2000). En 2001, buscó la candidatura a la gubernatura, pero al no obtenerla, se postuló por el Partido del Trabajo y fracasó en sus aspiraciones.

Abogado por la UNAM, Rodríguez Lozano trasladó sus trabajos políticos a Chiapas en 2006 en la administración del gobernador perredista y ex priista, Juan Sabines.

En ese estado de la frontera sur, ocupó cargos como coordinador general de gabinete, titular de la Procuraduría de Justicia y presidente del Instituto de Administración Pública. También fue asesor del ex gobernador de esa entidad, Manuel Velasco.

Desde inicios de este año se integró de lleno a la campaña de Bonilla, sin dejar sus compromisos en el Estado del sureste. Lo acompañó a reuniones, actos con militantes y se mantuvo cerca del gobernador electo, quien ya lo había mencionado como su propuesta para ocupar la Secretaría General de Gobierno.

Fernando Castro Trenti, representante del gobierno de Baja California en la Ciudad de México, días antes de la elección, el ex embajador de México en Argentina renunció al PRI y declaró su apoyo a Morena. Le siguieron las renuncias de cientos de priistas, como la ex diputada y dirigente estatal, Nancy Sánchez Arredondo, entre otros actores dentro del partido. En la conferencia de prensa en que se pronunció ganador de los comicios, Bonilla se refirió a Castro Trenti como un buen amigo y dos días después, en entrevista Dora Elena Cortés para AFN, reveló que el ex candidato a la gubernatura de Baja California será el representante del gobierno de Baja California en la Ciudad de México.

Mario Escobedo Carignan, Secretario de Desarrollo Económico. El empresario y hermano del actual secretario de Turismo del Estado, óscar Escobedo Carignan, buscó la candidatura de Morena a la gubernatura y luego a la alcaldía en el actual proceso electoral. Tras fracasar en ambas, se sumó a la campaña de Bonilla, quien lo había mencionado ya como futuro Secretario de Desarrollo Económico.

Foto: Cristian Torres.- Acosta Fregoso hundió al tricolor.

Escobedo Carignan, identificado anteriormente con el PRI, ha ocupado diversos cargos como dirigente de organismos privados como Canaco y el Consejo Coordinador Empresarial en Tijuana.

Alonso Pérez Rico, Secretario de Salud. El médico se desempeñó recientemente como jefe delegacional de Prestaciones Médicas del IMSS en Baja California, durante el periodo del delegado Francisco Iván Beltrones, sobrino de Manlio Fabio Beltrones.

Pedro Ochoa Palacios, Secretario de Cultura.  Tras anunciar que el Instituto de Cultura de Baja California se convertiría en la Secretaría de Cultura, Bonilla anunció a Pedro Ochoa como su titular. En diciembre, el promotor cultural dejó la dirigencia del Centro Cultural Tijuana (Cecut), la cual ocupó durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Ha sido agregado cultural del Consulado General de México en San Diego, California, así como ha ocupado cargos dentro del Instituto Nacional de Migración y del Ayuntamiento de Tijuana.

“Kiko” sin reflexión y en negación

El gobernador de Baja California Francisco Vega de Lamadrid se negó a reconocer que su gobierno quedará marcado por la derrota del Partido Acción Nacional, con la cual concluirá una etapa de 30 años de administraciones blanquiazules.

Descartó que las irregularidades, deficiencias y actos de corrupción atribuidas a su gestión hayan motivado el ocaso del PAN en la esfera gubernamental de Baja California. A su modo de ver, “en esta vida lo que empieza también en algún momento tiene que terminar”.

Opinó que “estamos viviendo un fenómeno muy particular dentro de la política mexicana”.

Vega de Lamadrid ha sido señalado de desviar millones de pesos a cuentas privadas y ceder contratos a allegados suyos. El año pasado fueron interpuestas distintas denuncias en materia de desvío y enriquecimiento ilícito en su contra. Pese a ello, dijo sentirse “tranquilo”. Aseguró que por parte de su administración no existen “irregularidades que merezcan algún tipo de sanción”.

El Instituto Mexicano de la Competitividad tiene ubicada a Baja California “en primer lugar en transparencia presupuestaria”, según afirmó.

De acuerdo con el gobernante panista, en todo caso, hay una consigna para demeritarlo u hostigarlo.

Sugirió que él no ha incurrido en actos ilícitos: “ustedes saben perfectamente que de una casa grande me cambié a otra casa grande, no es como si de una casita chiquita de repente compras una casota grandota”, asentó en declaraciones para la prensa.

En cuanto al hecho de que en múltiples ocasiones ha sido blanco de señalamientos indicó que tiene que ver con que “en este sexenio hemos tenido 5 años electorales”. Explicó que en un año electoral, la tendencia generalizada es pegarle “a la cruz”, de ahí que se le atribuya un “desgaste” a su imagen pública.

“En cinco años le han pegado a la cruz de ‘Kiko’ Vega” sostuvo y añadió: “esta elección fue igual y no distinta a las demás, ni siquiera hablaban de los candidatos, todo mundo hablaba de ‘Kiko’”.

Adelantó que por lo que a él respecta, una vez que concluya su administración, seguirá radicando en Tijuana y solo iría a Baja California Sur de vacaciones.

Ante el cambio de gobierno que se avecina consideró “tenemos que seguir adelante todos como sociedad”. En lo particular y por lo pronto, él estará concentrado en las tareas referentes a la transición del poder estatal, refirió.

En un mensaje difundido por Facebook, enunció que inició comunicación con quienes figuran como ganadores de los comicios del 2 de junio, para expresarles su reconocimiento al respecto. Entre esos ex candidatos, en su mayoría afines a Morena, figura el virtual sucesor de Vega de Lamadrid, Jaime Bonilla Valdez, quien le dio las gracias por la felicitación y aprovechó para solicitarle formalizar el proceso de entrega-recepción.

Finalmente, el mandatario manifestó vía red social que todos los servidores públicos estatales se conducirán de manera responsable “en esta etapa de cierre de esta administración en coordinación con las autoridades electas”. Eduardo Andrade

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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