Dice mi amigo César Augusto Santiago, que siempre es más fácil escoger una buena frase para impugnar una campaña política, que convencer al electorado. Tiene razón. Siempre destruir en política es mucho más fácil que construir. A veces parece que puede más la amargura y la frustración que la buena fe.
Amigos, no hay que dejarse engañar por los falsos defensores de la legalidad. Recientemente algunos medios de comunicación, fundamentalmente las redes sociales, hacen eco de la demanda frívola e improcedente de un grupo de políticos fracasados y frustrados, refugiados en la siglas del PRD, quienes ante el rechazo del electorado de Baja California, ante la imposibilidad de ganar cuando menos una sección electoral, ya no se diga un distrito o un municipio, ahora vierten su veneno, su desesperanza y su amargura, tratando de empañar uno de los triunfos electorales más claros y contundentes que ha habido recientemente en México, como es el de Jaime Bonilla, próximo gobernador de Baja California.
Se ganó en todos los 17 distritos electorales para elegir diputados, los 5 municipios y por supuesto la gubernatura con más del 51% de la votación. Desde hace más de 40 años no se había ganado carro completo en las elecciones bajacalifornianas. Si eso no es un triunfo contundente, no sé qué pueda ser. Ahora, ante la impotencia de ganar en las urnas, de convencer al electorado de sus candidaturas, empiezan a propagar mentiras que buscan sorprender a la población, gritan y acusan que Bonilla no tiene residencia, que no es mexicano. Su intención no es cambiar el veredicto electoral, sino simplemente manchar.
¡Claro que sí tiene residencia! ¡Claro que sí es mexicano! Ya fue diputado federal, hace siete años, senador hace un año y ahora próximo gobernador del Estado de Baja California. Los perredistas que protestan no son tontos ni ignorantes, ¡son perversos! El PRD ya intentó lo mismo en el estado de Morelos una acción igual, impugnaron a Cuauhtémoc Blanco con el mismo argumento, que no tenía residencia y la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral les contestó que cualquier disposición que contravenga el artículo 116 de la Constitución general de la República es anticonstitucional y se entiende como inexistente.
En otras palabras, en la Constitución General de la República se establece que para ser gobernador de un estado, cuando no se es nacido, ojo, recalco, cuando no se es nacido y en este caso Bonilla es nacido en Tijuana, pero cuando no se es nacido se exige una residencia de cuando menos cinco años de residencia, recalco cinco años, eso es lo que establece la Constitución y cualquier constitución estatal que establezca otra cosa distinta, como la de Baja California que dispone 15 años es anticonstitucional y se considera como inexistente.
Claro que ellos lo saben, porque lo intentaron con Cuauhtémoc Blanco en Morelos y fue rechazada su impugnación. Saben pues, que se la van a rechazar otra vez, pero a ellos no les importa, lo que quieren es generar incertidumbre, generar dudas, generar controversia.
Otro supuesto, el de la nacionalidad, ese es un tema también superado, lo intentaron con el Senador de Morena Napoleón Gómez Urrutia; ahí también fracasaron. La argumentación de la Sala Superior fue muy clara: a Napoleón lo acusaban de haber adquirido la nacionalidad canadiense; la contestación de la sentencia fue seca, en palabras de la magistrada Otálora: “El candidato entregó tanto su acta de nacimiento… como su certificado de nacionalidad mexicana, expedido por la Secretaría de Relaciones Exteriores, por lo tanto es mexicano”.
Así, sin más. Ese es el mismo caso de Bonilla. No hay nada que buscar más. Toda pretensión del PRD es inútil. Pueden buscar documentos avalados por notarios deshonestos, pero de nada sirven, lo único que comprueba la nacionalidad, es el acta de nacimiento y el certificado de nacionalidad.
Tratan de manchar el triunfo de quien los avergonzó y exhibió, porque los arrasó electoralmente, porque Bonilla le dijo a uno de ellos que iba ser candidato a gobernador y al final de cuentas no fue. Ellos creen que los electores de Baja California son tontos y que se dejarán llevar por esa trampa perversa de gente amargada, de gente frustrada, sin futuro, que creen podrán manchar un triunfo electoral, tan claro y contundente, como el de Jaime Bonilla, pero se equivocan, serán arrasados por el desprecio de la historia y serán olvidados ignominiosamente.
Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana. Correo: amador_rodriguezlozano@yahoo.com