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martes, octubre 1, 2024
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“Chernobyl”, tragedia por un Estado fallido

Chernóbil es el eje de una miniserie en cuyos cinco episodios el escritor Craig Mazin recreó el testimonio de Valeri Legásov (Jared Harris), el físico nuclear de la Unión Soviética que supo por qué el 26 de abril de 1986 la planta nuclear en Ucrania estalló causando el peor desastre de su tipo en la historia de la humanidad.

Basado en el testimonio que Legásov grabó antes de suicidarse, el guion cuenta no solo la causa técnica, sino la cadena de errores humanos y las omisiones del gobierno de la Unión Soviética que dieron pie a que una tragedia inimaginable ocurriera, dejando  una estela de muerte perpetua sobre el vasto territorio de Chernóbil, en lo que irónicamente alguna vez fue un campo de exterminio de judíos y polacos.

Mijaíl Gorbachov era entonces el Presidente de la hoy extinta URSS, y en un momento dado llegó a declarar que tal vez la caída soviética se debió a la magna explosión en dicho reactor nuclear. La reflexión encaja perfectamente con lo que esta miniserie expone: las consecuencias fatales de un Estado en declive, donde el distanciamiento de los altos funcionarios con la realidad orilla al caos.

Como señales de advertencia están los hallazgos del viceprimer ministro soviético Boris Shcherbina (Stellan Skarsgard), y Ulana Khomyuk (Emily Watson), este último, un personaje ficticio que representa a todos los seguidores de Legasov que respaldaron su versión de los hechos y su denuncia que lo llevó al ostracismo.

Mientras tanto, Paul Ritter interpreta al subdirector de ingeniería Anatoly Dyatlov, quien es todo lo que un líder no debe ser: soberbio, altanero, abusivo con su equipo y peligrosamente irresponsable.

En el recuento los caídos ocupan un papel central: son los mineros quienes evitan que el desastre se expanda, extrayendo el agua venenosa de la planta nuclear sin saber las mortales consecuencias; los buzos, bomberos, el equipo de Chernóbil que detonó el desastre anticipado y que pagó las consecuencias en carne propia; los pobladores que fueron contaminados, algunos condenados a una evacuación forzosa, las mascotas sacrificadas.

Aquí hay héroes y villanos que no se olvidan, que crecen a lo largo de estos cinco episodios magistralmente dirigidos, donde se recuerda el lado humano a través de personajes como Lyudmila y Vasily, quien fue uno de los primeros bomberos en llegar al sitio del accidente en la pequeña localidad de Pripyat y que murió en el horror, destrozado por dentro y al lado de su joven esposa. La bebé de esta pareja que no sobrevivió, bien simboliza el daño perpetuo a las futuras generaciones.

Unos gobernantes que todo lo desestiman, una población desinformada y un grupo de científicos que nadie escucha, no se necesita más para que ocurra lo peor y Mazin tuvo a bien partir de las cintas de Legásov y documentarse con entrevistas a expertos en energía nuclear, al igual que a ciudadanos de la ex Unión Soviética, para desarrollar esta estremecedora serie que llegó a través de HBO para perdurar en el imaginario colectivo, ahora partícipe de una verdad demasiado riesgosa para ocultarse.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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