— Supe que te casaste, ¿cómo te va?
“No me puedo quejar…”.
— Qué bueno que te va bien.
“No me puedo quejar ¡porque mi mujer está aquí al lado!”.
Autor: La mujer.
Estafa
Un chico vende periódicos en la calle y grita:
“¡Extra, extra! ¡48 personas estafadas en un día!”.
Un señor que está cerca, le dice:
“Por favor, déjame uno”.
El chico le entrega el periódico al señor y sigue gritando:
“¡Extra, extra! ¡49 personas estafadas en un día!”.
Autor: Un periodista.
Ambulante
Un vendedor ambulante vocifera:
“¡Bolitas adivinadoras, bolitas adivinadoras! ¡Bolitas adivinadoras a 5 dólares!”.
Entonces lo aborda un señor:
— ¿Qué es lo que hacen esas bolitas?
“Hacen que usted adivine”.
El señor compra una de las bolitas adivinadoras y, al masticarla, reclama al vendedor:
— Pero, ¡esto es pura tierra!
“¡Otro que adivina!”.
Autor: Vendedor vivo.
Ferretería
Un hombre entra a la ferretería:
— ¿Señor, ¿tiene clavos?
“No, no tengo”.
— ¿Y pintura?
“Tampoco tengo”.
— ¿Y un serrucho?
“Mire señor, para serle franco, no tenemos nada”.
— Bueno, ¿y entonces por qué no cierra?
“¡Porque no tengo candados!”.
Autor: Un comerciante en agonía.
Veneno
Un señor llega a un mercado de abastos y pide un bote de veneno para cucarachas. El vendedor pregunta:
— ¿Para llevar?
“¡Nooo! ¡Si quieres te traigo las cucarachas!”.
Autor: Ex empleado.
La sandía
Un cliente llega con un vendedor que ofrece frutas en una carretilla.
— Quiero comprar esta sandía, pero pártemela para ver si está colorada por dentro.
“Lo siento, señor. No puedo partir una sandía para ver si está colorada, le aseguro que está bien colorada por dentro”.
El hombre insiste en que le parta la sandía, y el vendedor que no. En ese momento un camión choca contra la carretilla, y la sandía que el vendedor ofrecía al cliente, se parte en dos y se ve que esta blanca por dentro.
— ¿Viste? ¡Lo que te dije! Esta sandía no era colorada, ¡mírala como está blanca por dentro!
“¿Y qué quería con el tremendo susto que acaba de pasar?”.
Autor: Un frutero experimentado.
Máximas
* Ladrón que roba a ladrón… ¡es político el sangrón!
* La suerte de la fea, a las bonitas… ¡les vale un cacahuate!
* Hierba mala… ¡que la fumen!
* Barriga llena… corazón, ¿qué hicimos?
* El amor es una cosa esplendorosa… ¡hasta que los sorprende tu esposa!
* No tiene la culpa el indio… ¡sino del que lo hace Presidente!
* La excepción de la regla… ¡dura nueve meses!
* Más vale prevenir… ¡que bautizar!
* Al que no habla… Dios lo hizo mudo.
* Toda cuestión tiene dos puntos de vista… ¡el equivocado y el mío!
* El que ríe al último… es un bruto que no entendió el chiste.
* El que madruga…encuentra todo cerrado.
Autor: Estudiante de filosofía… seguramente.
Desmemoriada
— ¡Señora! Lleva usted el pecho totalmente descubierto.
“¡No puede ser! Otra vez dejé al niño en el autobús”.
Autor: Hijo sobreviviente.
Gallego
Un gallego entra a una tienda y le dice al vendedor:
— ¿Me vende ese televisor?
“No, aquí no se atienden gallegos”.
Sorprendido, insiste al joven:
— ¿Cómo sabe usted que soy gallego?
“Muy fácil, este no es un televisor, ¡es un horno de microondas!”.
Autor: Comisión de Derechos Humanos de los Gallegos.
Bigfoot
El miércoles 5 de junio, el Buró Federal de Investigaciones o FBI en Estados Unidos, liberó documentos de sus archivos sobre un tema, pues, algo insólito: “Bigfoot”… ¡EN ZERIO!
También conocido como Pie Grande o Sasquatch, se trata de un supuesto ser que fue reportado en 1977 -año en que se realizó la indagatoria, por cierto- sin que nunca haya sido atrapado, o siquiera verificado su existencia.
En total, la carpeta guarda 22 hojas de un reporte realizado por la División de Servicios Científicos y Técnicos del Buró sobre los pelos que envió Peter Byrne -entonces titular del extinto Centro de Información y Exhibición Bigfoot en Oregon- para su autentificación.
En 1976, Byrne escribió una carta al organismo exigiendo que informara sobre los resultados. “Por favor entiendan que nuestro trabajo es serio. Esta es una pregunta seria que necesita una respuesta”, anotó este hombre en su misiva.
Jay Cochran, entonces subdirector de la citada División, no tardó en responder que pese a que la institución más bien se encarga de casos criminales, por ser de naturaleza científica hicieron una excepción y analizaron la muestra de frondosa cabellera del supuesto Sasquatch solo para concluir que en realidad eran pelos de venado.
Ahora, a sus 93 años, Byrne insiste en que algún día probará la presencia de Bigfoot, o bien, Pie Grande, o también, Sasquatch.