El escritor compartirá el concierto conferencia “En el jardín azul de tu extravío” en homenaje al centenario de la muerte de Amado Nervo (1870-1919), el sábado 29 de junio en el Teatro de la Casa de la Cultura de Tijuana. “Amado Nervo es alguien a quien debemos regresar con mucho provecho”, expresó a ZETA
Los homenajes al poeta Amado Nervo -en el centenario de su fallecimiento-, que se llevan a cabo durante 2019 en el mundo hispanoparlante, también pasan por Tijuana con el imperdible concierto conferencia “En el jardín azul de tu extravío. Amado Nervo y la canción romántica”, a cargo de Juan Villoro, el sábado 29 de junio en el Teatro de la Casa de la Cultura de la colonia Altamira, en punto de las 7:00 pm.
Por invitación del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC), Villoro regresa a la frontera norte de México para continuar con el ciclo de conferencias sobre Amado Nervo, mismas que ha compartido como parte de algunas de sus actividades en El Colegio Nacional; de hecho, en febrero de este año ofreció la primera versión del espectáculo musical y literario “En el jardín azul de tu extravío” durante el Festival de las Letras de Tepic, al iniciar los homenajes al poeta nayarita.
El IMAC detalló que el concierto conferencia se enmarca en las actividades de la XXXVII Feria del Libro de Tijuana, como parte del programa en sedes alternas que coordina titulado “Quien lee, puede”, en el que incursionan, además de Juan Villoro (narración), Hernán Bravo Varela (lectura), Guillermo Zapata (guitarra y dirección artística), Armando Correa (bajo) y Pepe Vallejo Jr. (percusión y voz). “Es una manera de ir ilustrando la conferencia con música”, advirtió a ZETA Villoro, a propósito del ensamble que lo acompaña en su disertación sobre el poeta modernista.
“VOLVER A NERVO”
El poeta que firmaba como Amado Nervo se llamaba Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz. Nació en Tepic, Nayarit, el 27 de agosto de 1870 y murió en Montevideo a la edad de 48 años, el 24 de mayo de 1919, cuando fungía como diplomático en Uruguay.
En 1895 publicó “El bachiller”, su primera novela; le siguieron poemarios como “Perlas negras” (1895), “Místicas” (1898), “Poemas” (1901), “El éxodo y las flores del camino” (1902), “Lira heroica” (1902), “Los jardines interiores” (1905), “Serenidad” (1914), “Elevación (1917) y “El estanque de los lotos” (1919), entre otros; además de los póstumos “La amada inmóvil” (1920), “El arquero divino” (1922) y “La última luna” (1943).
— ¿Cómo llegaron a ti los versos de Amado Nervo?, se le inquirió a Juan Villoro.
“Durante muchos años Amado Nervo ha sido un poeta totalmente atmosférico, porque se encuentra en las zonas más diversas de la vida mexicana. Mi abuela lo recitaba, era su poeta favorito. En la infancia, como tantos millones de niños mexicanos, tuve que memorizar su poema sobre los Niños Héroes (Los niños mártires de Chapultepec) y su poema ‘La raza de bronce’; al mismo tiempo -y casi sin saberlo- recibí el influjo de Amado Nervo a través de la canción romántica, porque muchos compositores como Agustín Lara a la cabeza, abrevaron su poesía.
Y aunque en la infancia, como tantos niños mexicanos de la década de los 60, también recitaba algunos poemas de Amado Nervo, Villoro reconoció:
“Nervo no es un autor que a mí me haya gustado. Pertenezco a la generación que repudió la poesía de Amado Nervo como cursi, me interesé más en su figura, en su ejemplo y en sus muchas curiosidades intelectuales que en su poesía; no ha sido sino hasta fechas muy recientes que lo he releído.
“Digamos que hasta hace un par de años Amado Nervo me parecía fascinante por el funeral multitudinario que tuvo, el cortejo fúnebre que vino en un barco desde Montevideo hasta Veracruz, sus pasiones tan variadas, sus amores; la figura poética me parecía interesante y el enigma de un escritor tan popular que fue sepultado después en el silencio por la crítica más rigurosa”.
En cualquier caso, Villoro reconsideró continuar con la tradición de volver a la obra de Amado Nervo, tal como lo han propuesto autores de generaciones del Siglo XX.
“Entonces, no es sino hasta hace poco que he seguido el llamado de Alfonso Reyes, de Carlos Monsiváis, de José Emilio Pacheco, que durante mucho tiempo insistieron en que había que volver a Nervo”.
“UN POETA DE TRANSGRESIONES”
Amado Nervo (México, 1870-1919) fue contemporáneo de Ramón López Velarde (México, 1888-1921), o de Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916).
— A propósito del modernismo y a diferencia de otros poetas de su época, ¿qué destacarías de la obra de Amado Nervo como su más importante aportación a la tradición literaria mexicana y latinoamericana?
“Amado Nervo fue un autor múltiple porque escribió en los más distintos géneros. Algunos lo consideran, por ejemplo, precursor del periodismo rosa, periodismo de sociales, porque él cubrió bailes en Mazatlán, cubrió crónica deportiva, escribió la primera biografía importante sobre Sor Juana Inés de la Cruz, ‘Juana de Asbaje’, que reivindicó a la gran escritora mexicana en un momento que estaba en el olvido; escribió el relato pionero de la ciencia ficción mexicana, ‘La última guerra’, en la que se anticipa a George Orwell y su granja de animales; además, Nervo fue el más sistemático innovador en la novela breve a fines del Siglo XIX, principios del Siglo XX.
“A mí, especialmente, me interesa mucho el Nervo novelista, obras como ‘El donador de almas’, que es el caso de un hombre que tiene en su cerebro el alma de una mujer y el alma de un hombre y se define como un hermafrodita intelectual, que me parece una pieza deslumbrante y enormemente provocadora; un poema como ‘Andrógino’ también habla de transgresiones morales muy interesantes.
“Creo que el poeta de la extraordinaria musicalidad, las rimas y las sonoridades también fue un poeta de transgresiones y de audacias que no necesariamente se han puesto de relieve, porque triunfó en el sentimentalismo mexicano un Nervo romántico y, luego, cuando eso se eclipsó y dejó de interesarle a la crítica, no se puso en contacto el lector moderno con otras zonas de su escritura; también es un ensayista filosófico, místico, esotérico, de primer nivel. Entonces, Nervo es alguien a quien debemos regresar con mucho provecho”.
Juan Villoro también ha comentado en diversas conferencias que “Amado Nervo es el inventor del sentimentalismo mexicano”, por eso se le solicitó que argumentara su tesis ante ZETA:
“El filósofo mexicano Emilio Uranga encontró en la poesía de Ramón López Velarde un ejemplo extraordinario de lo que es el sentimentalismo mexicano, pero me parece que se encuentra con mayor hondura y claridad en la obra del maestro de López Velarde que fue Amado Nervo: el amor no correspondido, la tristeza que es positiva en la medida en que nos permite establecer contacto con nuestras emociones, toda la cultura del despecho, de las oportunidades perdidas, la melancolía del amante sufrido; todo esto que conocemos también por la canción romántica fue fraguado, cristalizado y articulado de manera sistemática por Amado Nervo, no es el único que lo hizo, pero sin duda alguna fue el poeta más popular de su tiempo y el que más influyó a las generaciones posteriores de un modo inmediato, no necesariamente a través del estudio de la literatura de los poemas que pasaban de boca en boca”.
LA MUSICALIDAD
“Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. / ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”, se le citó el poema “En paz” del nayarita antes de preguntarle a Villoro qué tiene la obra de Amado Nervo que la gente recita de memoria algunas de sus obras, incluso sin saber que él es el autor.
“Amado Nervo apostó por la musicalidad y tenía una enorme facilidad y destreza para combinar rima asimétrica, de modo que las estrofas de Amado Nervo son de una sonoridad espléndida y esto alimenta a la memoria; es mucho más fácil recordar lo que tiene ritmo que recordar lo que no podemos asociar con una melodía interior”, manifestó Villoro y trajo a este tiempo la época sesentera y setentera.
“Quienes recitábamos el poema sobre los Niños Héroes (Los niños mártires de Chapultepec), pues no entendíamos muchas de las palabras, pero la magia de la rima nos permitía memorizar este poema; entonces, también pertenece Amado Nervo a una época en que la memoria formaba parte de la cultura cotidiana de la gente, desgraciadamente nos hemos alejado de esto, ahora tenemos prótesis de memoria; los neurólogos auguran que en el porvenir los seres humanos tendrán menos facultades memoriosas”.
En cualquier caso, argumentó sobre los recitales de memoria de la obra de Amado Nervo: “La poesía es uno de los grandes procesos nemotécnicos que permiten retener mentalmente las palabras. Entonces, Amado Nervo fue uno de esos cultivadores de memoria a través de los recitales de poesía. Hay que decir también que los recitales de poesía ofrecieron la principal alternativa laica a las iglesias”, y sentenció:
“En tiempos de Amado Nervo, la única espiritualidad asequible para la mayoría de la gente era la del templo, y de pronto aparecieron los salones poéticos donde se podía hablar de otras cosas en un plano espiritual y tener un acto de presencia, incluso cierta iniciación ritual a través de la poesía”.
EL CONCIERTO CONFERENCIA, IMPERDIBLE
En la tierra natal del poeta homenajeado en el centenario de su fallecimiento, en febrero de 2019 Juan Villoro inauguró el concierto conferencia “En el jardín azul de tu extravío” durante el Festival de las Letras de Tepic; aunque, claro, su investigación viene de los años previos:
“Hace algunos años me invitaron a dar una conferencia en la Cátedra Amado Nervo en Tepic, Nayarit, y decidí hablar sobre el poeta por lo mucho que me interesaba como personaje insólito en la cultura mexicana y latinoamericana; después de esa conferencia seguí leyendo su obra y di un ciclo de cuatro conferencias en El Colegio Nacional y una de ellas naturalmente derivó hacia la canción romántica por el hecho de que muchos compositores, algunos de ellos sin saberlo, son herederos del modernismo”.
En cuanto al origen del verso que da título al concierto, Villoro aclaró:
“La frase ‘En el jardín azul de tu extravío’ con la que presentamos nuestro espectáculo parece una frase excesiva como tantas otras de algún poeta modernista, pero pertenece a Agustín Lara, quien fue la figura puente, el músico poeta, que conectó la lírica sonora con la lírica de las palabras y creó un personaje de sí mismo muy inspirado en la poética modernista.
“Entonces, en esta conferencia concierto exploramos las muchas resonancias que hay entre la música popular latinoamericana y la poesía de Amado Nervo, y digo latinoamericana porque hay ejemplos como ‘El día que me quieras’, de Alfredo Lepera, cantada por Gardel, es un tango y se inspira en un verso de Amado Nervo; entonces, es una relación muy fecunda”.
Finalmente, compartió más pormenores de su concierto conferencia en Tijuana: “Entre otras cosas vamos a presentar un estreno mundial porque no está grabado, de Gabriel Ruiz, el compositor de ‘Usted’, iba a ser una canción, la letra es de Carlos Pellicer y el sobrino del poeta nos las dio a nosotros para que la musicalizara Guillermo Zapata, porque aquella canción no se llegó a grabar”.
Villoro concluyó convidando a los lectores algunos adelantos del espectáculo literario que se llevará a cabo el sábado 29 de abril en el Teatro de la Casa de la Cultura de la colonia Altamira de Tijuana:
“También hay allí un juego de espejos interesante, porque Carlos Pellicer fue un gran amigo de Amado Nervo, lo quiso mucho, celebró su poesía, celebró su religiosidad, aunque la religiosidad no era una religiosidad asociada a una iglesia definida; Carlos Pellicer era católico, pero Nervo, si bien tuvo una educación católica y estuvo en el Seminario, después profesó un universalismo pacifista sin iglesia. Pellicer, que fue tan amigo de Nervo, pues llega a nosotros también con esta canción; hay muchos cruces de referencia y trataremos de ahondar en los enigmas del sentimentalismo mexicano a través de la poesía y a través de la música”.