Finalmente, la tormenta electoral cesó. El calendario electoral marcó el 29 de mayo para el último acto de proselitismo para todos los candidatos en Baja California. Ahora solo queda esperar el domingo 2 de junio, día de la elección. Públicamente ya no hay mucho qué hacer. Desde el miércoles, los partidos y candidatos tienen prohibido publicitarse, invitar al voto o cualquier otro acto de campaña.
Del 30 de mayo al 1 de junio, se conoce como el periodo de la veda electoral, espacio pensado para que el ciudadano pueda reflexionar sobre el destino del voto. Pero, mientras eso suceda, las 6 fuerzas políticas en el Estado hicieron sus actos finales. Y hubo de todo.
La coalición Juntos Haremos Historia, conformado por Morena, Transformemos, el PT y el PVEM mostraron su poder de convocatoria y movilización, el PAN –siendo gobierno en el Estado y en los municipios de Tijuana y Mexicali– hizo gala también de su maquinaria de acarreo.
El PRI, por su cuenta, se entregó a Jorge Hank como figura patriarca de lo que queda del partido, luego de la desbandada más grande de su historia encabezada por Fernando Castro Trenti y sus discípulos.
La tragedia la vivió el Partido Movimiento Ciudadano que no pudo juntar más de 300 personas en su “cierre de campaña” celebrado en Tijuana. El mitin se convirtió en un servicio de alabanzas y oraciones, incluyendo citas bíblicas y canciones cristianas. El espíritu religioso proviene de Fermín García, ex ministro de culto cristiano y ex candidato a la alcaldía de Tijuana quien fue exhibido por mentir para poder lograr su registro ante las autoridades electorales.
El PRD encabezó los odios y los rencores hacia Morena y demás adversarios, discursos que marcaron ambas campañas en manos del ex secretario de seguridad pública, Julián Leyzaola Pérez y el militante de Morena, Jaime Martínez Veloz.
