La pesadilla realmente inició en 1988. Todo se debió a un error de cálculo del gobernador Xicoténcatl, quiso ser de los primeros en recibir al candidato a la presidencia de la República de aquel entonces, Carlos Salinas de Gortari, pero no le favoreció el tiempo, con frío y con lluvia, la gira fue desangelada. Si a esto además sumamos la poca simpatía y carisma que tenía el entonces candidato a la presidencia, los resultados fueron desastrosos en Baja California.
Cárdenas ganó el estado. Y a partir de ahí todo se descompuso, se inició una cacería de brujas en contra el gobernador Xicoténcatl, a quien le acreditaban el mal resultado de la elección. Por un mal juicio, creo yo que se perdió Baja California. Si Xico hubiera seguido en el gobierno, seguramente no hubiera perdido la elección de 1989, pero había muchos detractores que aprovecharon la derrota de Salinas para cambiar al gobernador.
El sustituto, el Ing. Baylón, un hombre de reconocido prestigio en el estado, entendió mal la pichada y pensó que tendría oportunidad de repetir un sexenio más como gobernador y empezó a hacer todo lo posible para mantenerse otros seis años en el gobierno, mientras tanto, los recién llegados al poder, también se perdieron en luchas internas.
Descalificaron a los que más posibilidades tenían de ser candidatos al gobierno, a René Treviño, que porque siendo presidente municipal se le había fugado un narco de la cárcel preventiva; a Gustavo Almaraz, que porque le faltaba experiencia; a Martínez Palomera, que porque estaba muy vinculado al PAN.
Descalificados los más importantes, no había muchas opciones. Gente muy cercana a Colosio, básicamente Silvia Hernández, influyeron para que Margarita Villa fuera la candidata. Margarita era senadora, conocida en Mexicali, de prestigio, pero con un desconocimiento de las fuerzas políticas. Su nombramiento causó por sorpresa, comentarios la mayoría positivos.
Sin embargo, el PRI no estaba preparado para la competencia, no había entendido los mensajes de la elección de 1988, había pensado que había sido solamente un tema de falta de cuidado de Xico, cuando realmente el tema era mucho más profundo, la gente quería un cambio y en 1989 vio la oportunidad y votó por Ruffo más que más que por el PAN. Ruffo, un hombre con carisma, más bien ignorante de la administracion y las políticas, aprovechó esta circunstancia y vinculado a ello, el PAN supo capitalizar la falta de legitimidad del presidente Salinas y presionaron para que le reconociera la elección de Baja California., la cual había sido totalmente irregular, llena de fallas, llena de acciones fraudulentas de todos los partidos, al grado que debieron haber generado una nulidad de la elección.
Hay fotos de irregularidades cometidas por celebridades panistas, pero la estrategia funcionó, se le dio el estado de Baja California y, a partir de ahí, se inició una gran pesadilla para Baja California. Ruffo no estaba capacitado para gobernar. Con él entró el narcotráfico al estado, ¿recuerdan las credenciales de policía ministerial que tenían los Arellano? Se rumoraba mucho los vínculos de su hermano con el crimen organizado. Aparecen los grandes asesinatos, se empieza a hablar del crimen organizado. Fue un gobierno más bien deficiente.
El gobierno federal les dio grandes apoyos financieros con los cuales construyeron una gran cantidad de vialidades, pero se olvidaron de la gente, de las escuelas, de la educación, de los centros de salud. Se concentraron en obras públicas, en construcción de carreteras, que es donde está el dinero, el porcentaje de comisión que reciben todos los gobiernos. Pero todo lo que empieza termina y este domingo estamos a punto de que se termine esta pesadilla que inició en 1989. Un nuevo gobierno, con una filosofía distinta basada en el servicio al pueblo, en el enfrentamiento a la corrupcion y búsqueda para que la gente viva en bienestar. Será el relevo.
Jaime Bonilla terminará con esta pesadilla que inicio en 1989. Generaciones de bajacalifornianos no han conocido otra cosa en sus vidas que los gobiernos del PAN. Ahora tendrán la oportunidad de contrastar la diferencia y de tener un gobierno que piense en ellos, que trabaje para ellos y que busque soluciones a sus problemas, para que tengan mejores condiciones de vida, más escuelas, mejor salud, más seguridad, más cultura, más recreación.
Seguramente el triunfo de Bonilla, con el apoyo de las grandes mayorías de Baja California será una noticia mundial, será una gran noticia para las familias bajacalifornianas. Empezaremos una nueva época de trabajo de progreso y de seguridad.
Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana. Correo: amador_rodriguezlozano@yahoo.com