Los fiscales suecos anunciaron este lunes que reabrirán, después de dos años, la acusación de violación del que es acusado Julian Paul Assange, fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks, para quien solicitarán una orden de extradición si el tribunal encuentra motivos para detenerlo por rebeldía.
La fiscal superior adjunta Eva-Marie Persson, quien indicó que activará la orden de arresto europea, aludió al cambio en las circunstancias personales de Assange después de que Ecuador le retirara el asilo y a la solidez de las sospechas contra el periodista australiano.
“Dado que abandonó la embajada, las circunstancias han cambiado y estimo que se dan las condiciones para seguir con el caso”, dijo en rueda de prensa Persson, quien recordó, también, que la investigación no fue suspendida por falta de pruebas, sino por la imposibilidad de que progresase.
Por otra parte, Persson resaltó que los tribunales suecos han concluido en varias ocasiones que las sospechas contra Assange tienen el mayor grado de verosimilitud.
La fiscal sueca informó de que va a presentar una solicitud de arresto en ausencia contra el periodista en el juzgado de Uppsala, en Estocolmo, y que enviará una orden de arresto europea.
“No es posible predecir el resultado del proceso, pero considero que una investigación preliminar puede realizarse de forma paralela al caso en el Reino Unido”, señaló Persson, que cree necesario un nuevo interrogatorio a Assange.
La fiscal sueca recordó que compete a las autoridades británicas determinar qué petición tiene prioridad, ya sea la orden de arresto europea o la solicitud de extradición a Estados Unidos.
El proceso sueco contra Assange se reactivó al pedir la abogada de la denunciante la reapertura del caso cuando Assange fue detenido por la fuerza por agentes británicos el mes pasado en la embajada ecuatoriana.
Quito le retiró el asilo aduciendo que Assange había vulnerado reiteradamente “convenciones internacionales y el protocolo de convivencia” en la misión diplomática.
Assange se ha declarado inocente de todos los cargos que se le imputan y no ha sido formalmente acusado de nada, en un caso que había sido reducido inicialmente a delito menor. Asimismo, tras el anuncio de la justicia sueca, Wikileaks afirmó que eso permitirá al australiano “limpiar su nombre”.
Por su parte, el periodista islandés Kristinn Hrafnsson, jefe de redacción de la plataforma de filtraciones, afirmó a través de un comunicado, que hubo “presión política” en Suecia para que se reabriese el caso contra Assange.
El también activista fue condenado el pasado 1 de mayo a 50 semanas de cárcel en la Corte de Southwark, en Londres, por supuestamente haber violado en 2012 las condiciones de libertad condicional impuestas por la Justicia británica sobre una orden de extradición a Suecia, proceso judicial paralelo a otra petición de extradición del periodista a Estados Unidos.
El australiano, de 47 años de edad, quien se encuentra en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, se presentó ante el tribunal londinense para conocer el dictamen, después de que otro tribunal británico lo declaró culpable de ese cargo el pasado 11 de abril, tras haber sido detenido en la embajada ecuatoriana en Londres, donde residió refugiado durante casi siete años.
“Es difícil imaginar un ejemplo más grave de este delito”, afirmó durante la audiencia la jueza Deborah Taylor, dirigiéndose a Assange, al dar a conocer su resolución, según informó la agencia española EFE.
La magistrada agregó que “al esconderse en la embajada” ecuatoriana, el 19 de junio de 2012, Assange se había “quitado del alcance -de la justicia-, de manera deliberada, al tiempo que permanecía en el Reino Unido”. Con ello, la jueza consideró que éste había “explotado su posición privilegiada para incumplir la ley”.
En el tribunal londinense se leyó una carta escrita por Assange, en la que el periodista pide “disculpas sin reservas” a aquellas personas que consideren que les ha “faltado al respeto” por la manera en la que ha conducido su caso.
“Me encontré en apuros con circunstancias difíciles. Hice lo que en aquel momento me pareció que era lo mejor o quizás lo único que podría haber hecho”, se justificó Assange en la misiva, en la que admitió que “lamenta el curso que ha tomado” la situación. Dificultades, continúa la carta, que “tuvieron un impacto en muchas otras personas”.
Por su parte, el abogado que representa al fundador de WikiLeaks, Mark Summers, subrayó que durante los últimos años su cliente había sido “controlado” por el “temor” a ser entregado a Estados Unidos, donde se le quiere juzgar por los miles de cables difundidos por su portal web.
Assange no salía de la Embajada ecuatoriana en Londres, desde agosto de 2012 por miedo a que si abandonaba terreno diplomático, pudiera ser detenido y extraditado a Estados Unidos por la publicación, en 2010, de miles de cables militares y diplomáticos clasificados a través de WikiLeaks, filtrados por el soldado estadounidense Chelsea Manning.
El ciberactivista y periodista evadió el interrogatorio en un caso de agresión sexual en Suecia, cargos que se retiraron en el 2017. Mientras que Wikileaks acaparó la atención durante la carrera presidencial estadounidense de 2016, al publicar alrededor de 20 mil correos electrónicos de la campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton.