Horas después de que el miércoles 8 de mayo consiguiera su libertad, luego de que un juez federal dictara sentencia absolutoria en su favor, el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, denunció que fue detenido y encarcelado durante cinco años de su vida sin fundamentos legales.
El tabasqueño, que fue liberado de la medida cautelar de prisión domiciliaria a la que se encontraba sometido desde el mes de enero pasado, afirma que sus procesos penales fueron un montaje de una persecución política.
A través de un mensaje televisivo, Granier Melo aseveró que el proceso judicial incoado en su contra causó un daño moral irreversible a él y su familia, pero que la resolución de su libertad absoluta emitida por un impartidor de justicia es prueba de su inocencia.
De esta manera, los últimos dos casos que se ventilaban en juzgados de distrito, relacionados con el presunto desfalco de la administración del ex mandatario, fueron agotados sin que se pudiese probar su presunta responsabilidad.
Andrés purgaba una sentencia por el delito de peculado con pena de 10 años, 10 meses y 15 días de prisión, de la que recibió beneficio penitenciario. Apenas en enero de 2019 había abandonado la cárcel para que continuara el proceso en su contra en su domicilio en la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México.
El beneficio de la prisión domiciliaria le fue concedido debido a que ya rebasa la edad de 70 años y por ello la prisión resulta una pena irracional. Se le seguía una causa criminal por el delito de evasión fiscal.
En esa misma fecha, Granier dirigió una carta a la opinión pública en la que señaló que esa medida procesal era el primer paso, pues seguiría luchando “con respeto, discreción, y haciendo uso de las propias herramientas que la ley le otorga” hasta obtener su libertad absoluta.