El reconocido historiador de la danza, Miguel Cabrera, estuvo en Tijuana, invitado por el Conservatorio de Danza México que dirigen las hermanas Marianna y Dulce Escobedo, para participar en la segunda edición del Festival Internacional de Danza “Veinte once” que se celebró en diversos escenarios de la ciudad fronteriza.
Previo a su conferencia magistral “Historia universal de la danza”, que dictó el sábado 27 de abril, Día Internacional de la Danza en la Casa de la Cultura Tijuana, el investigador cubano advirtió la vigencia del ballet, luego de la tradición cimentada por coreógrafos como Jean-Georges Noverre (1727-1810) y Jean Dauberval (1742-1806), autor de la célebre “La Fille Mal Gardée”, estrenada el 1 de julio de 1789 en el Teatro de Bordeaux.
“El ballet moderno ha llegado a nuestros días pertrechado de una herencia de cuatro siglos. El ballet sigue siendo un arte de vigencia, y de manera paralela la danza moderna y contemporánea se han desarrollado mucho también, pero no son excluyentes, cada una tiene su campo paralelo; siempre seguirá existiendo Michael Jackson y seguirá existiendo Pavarotti, como seguirá existiendo Dámaso Pérez Prado”, expresó en entrevista con ZETA el historiador del Ballet Nacional de Cuba y profesor de la Universidad de las Artes de la Isla.
Jefe del Centro de Documentación e Investigaciones Históricas del Ballet Nacional de Cuba, Cabrera argumentó sobre cómo el ballet y la danza en general son un reflejo de la época:
“Se ha definido la danza como el espejo del hombre. Y el artista de ballet, básicamente el coreógrafo, pero también los maestros y los bailarines en su calidad de intérpretes, han sido testigo de este tiempo. Hay una frase muy bonita que siempre acostumbro a repetir en las conferencias porque viene desde el medievo y es anónimo: ‘El arte no tiene patria, pero los artistas sí’. Entonces, el artista de manera consciente o inconsciente es un reflejo de su época, hace como un friso de su época, y la danza tiene esa misión; la ha cumplido y la seguirá cumpliendo”.
Cuando se le inquirió al Profesor titular de la Facultad de Artes de la Universidad de las Artes de Cuba sobre cuál es el desafío del arte dancístico en tiempos actuales de violencias y migraciones, no dudó en contestar a este Semanario:
“Nada humano le ha sido ajeno a la danza, todo lo puedes ver ahí: los ideales de la revolución francesa, los acontecimientos que han ido pasando. En Cuba, que es donde tengo más la experiencia porque la he vivido, se han hecho ballets sobre el problema de la juventud, la discriminación contra la mujer; se han hecho obras que van precisamente contra el uso de la droga, con los movimientos sociales que tiene el mundo, es decir, hay un amplio registro. Siempre el artista de la danza, con mayor o menor claridad ideológica, es un testigo fiel y por tanto cronista de su época, lo seguirá siendo porque vive en ese mundo, no se puede abstraer de ello”.
El maestro Cabrera concluyó:
“Yo confío: el ser humano, no va a permitir que la especie humana se extinga y por los medios que sean posibles, en este caso de la danza, en ese reflejo, el mundo de la danza va a contribuir a que el mundo en general sea cada vez más global, más unido y se mueva en el lenguaje del entendimiento y el respeto”.
