Ricardo Madrid Saavedra, el hombre atacado a balazos en la rampa de la Torre Lucerna en Ensenada, abandonó el Hospital Velmar el miércoles 13 de febrero. Antes de irse declaró que el del martes 6, había sido el tercer atentado en su contra. De hecho, relatan que cuando despertó en la cama de hospital preguntó si alguno de los catorce balazos que acertaron los sicarios había dañado algún órgano vital. Cuando le dijeron que no, sólo exclamó: “¡Qué pendejos!”. Fuera de eso y oficialmente, el hombre se abstuvo de declarar ante el Ministerio Público.
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