Si se imaginan 200 mil dólares en billetes de 20, serían más o menos unos 100 fajos de 100 billetes cada uno. Ocuparían harto espacio, seguro hasta se podrán oler teniéndolos de frente. Pesarían algo así como 10 kilos de papel moneda. Que no es poca cosa, equivaldría al peso de cargar a un bebé sano de un año y medio, más o menos.
Los tenía escondidos en una de sus propiedades de la Zona Norte en Tijuana, por la calle primera particularmente. Un resquicio de una habitación, estaba lleno de pacas de dinero. Días antes de que lo robaran, el hombre había ido a contar billete tras billete, por eso cuando le narró los hechos a los agentes ministeriales sabía a ciencia cierta lo que se habían llevado: 200 mil dolaritos americanos, al tipo de cambio, algo así como 3 millones 820 mil pesos en efectivo.
Sí, cerca de 4 millones de pesos pero en dólares, de esos que por alguna razón no se guardan en el banco sino en un escondite casi infalible, debajo del colchón, o cuando ya no caben –ahora lo sabemos– en el cielo de una recámara. De dónde y cómo se hizo de esa cantidad, jamás se sabrá. Al momento de ir con la policía, el priista solo pudo responder que eran “ahorros”.
Líder sempiterno de la COR (Confederación Obrera Revolucionaria) organismo emanado del PRI, Rafael García Vázquez fue timado. Alguien supo de su dinero, de su compartimento y de su ausencia en la casa. Entraron y se llevaron todo el dinero y no más. No ha de ser tan difícil en este caso escapar con 10 kilos de billetes guardados y acomodados previamente por su dueño.
El 22 de enero, el sediciente líder de obreros, mejor dicho, de mercados sobre ruedas, acudió al Ministerio Público a denunciar el robo. Ahí contó lo que supuestamente sabía: que todavía en diciembre había escudriñado la billetiza, que eran ahorros de algunos años y que no tenía ningún indicio de quien había podido ser.
De hecho, el priista de 78 años, quien ya fue senador en los años cuarenta y regidor en Tijuana del 2013 al 2016, duró tiempo en tomar valor y denunciar un robo. Pues explicó que el delito lo advirtió a mediados de diciembre y se presentó ante la justicia hasta los últimos días de enero. Muchas preguntas deben de tener los investigadores y las áreas de inteligencia fiscal sobre la procedencia de los dólares.
A los días del millonario robo que sufrió el priista fue a las oficinas del partido en Mexicali a registrarse como aspirante a la gubernatura de Baja California junto con otro aspirante, Enrique Acosta Fregoso.
En su inscripción como precandidato, Don Rafael fue acompañado por René Mendivil, Alejandro Arregui, Patricia Ríos así como de Adriana López, esposa de Fregoso y dirigente municipal del tricolor en la capital del Estado, entre muchos otros simpatizantes de partido y agremiados de la COR a quienes García Vázquez les cobra cuotas para “representarlos” en mercados sobre ruedas.
Desde hace meses, don Rafael adquirió espacios con su nombre e imagen en varios espectaculares de la ciudad con el afán de darse a conocer en su añejo anhelo de ser candidato a… lo que sea, ha aspirado en más de 20 ocasiones a algún cargo de elección popular.
En los anuncios donde se promociona tiene una frase que le sirve de eslogan: “Lo que ganas en Tijuana, gástalo en Tijuana”. Un consejo a destiempo para el desafortunado y acaudalado político ahorrador.