Con frecuencia resulta difícil respetar nuestros dichos con los hechos.
Y no es que conscientemente se caiga en contradicciones. Pero la vida es así. Depende el sitio en que estemos colocados, aunque sea temporalmente, para que nuestras ideas cambien. Otras veces las opiniones son claras, definitivas sobre un tema y de pronto ciertos hechos nos hacen variar. Eso no significa maldad o contradicción, se debe a que el ser humano, imperfecto como es, cambia. Básicamente al saber de nuevos elementos.
El mejor ejemplo que se nos ocurre es el tema que tanto ha ocupado a la nación y en el que los tijuanenses, en general hemos sido juzgados, condenados y prácticamente conducidos (figurativamente) a la guillotina: migrantes. Reuniones de amigos, compañeros de actividades filantrópicas y aún de familiares, terminan en gran discusión sin ponerse de acuerdo: los que defienden y los que rechazan. Sin que llegue la sangre al río, porque hay afectos de por medio.
Y ¿por qué estas ideas? Es cierto que tratamos de ignorar en lo posible el tema político e incluso de los migrantes, pues ya está abordado en exceso. Pero una de las frases muy repetidas por quienes no aceptamos del todo el compromiso, la exigencia de que asumamos como propio el deber de cuidar y hacernos cargo de los migrantes es que aquí, muchas personas sufren de pobreza; tienen necesidades para atender a sus familias y a sí mismos. Y quienes los ayudan, como integrantes de un grupo o asociación, cumplen con un programa creado conscientemente.
Ya lo dijo el presidente A. M. López Obrador, el domingo pasado en Veracruz: “Primero México y luego el extranjero”. Y lo mismo pensamos sobre el doloroso tema de los migrantes: “Primero los nuestros y luego los que lleguen”. Especialmente cuando tenemos un gobierno federal sumamente generoso que asegura estar en condiciones de atenderlos con lo necesario (alimentos, cobijo, atención médica) incluyendo fuentes de trabajo para quienes deseen quedarse en nuestra nación.
Pero resulta que la federación con algunos de sus representantes en esta zona, se la pasan peleando con las autoridades locales. ¿Así se puede avanzar en la solución del tema migratorio? Difícilmente. Es necesario que haya coordinación, respeto por sus áreas de trabajo y por supuesto un programa de atención con su respectivo presupuesto. Da lástima ver que unos y otros se ven y tratan como enemigos. Esto no es nuevo, pero sí la obligación de solucionar un problema gigantesco.
Nota 1.- Cuando se resuelva el caso Venezuela en favor de su gente que en forma mayoritaria está pidiendo elecciones creíbles y con observatorios internacionales, ya se verá quién estuvo con el pueblo o contra de él. Ojalá sea pronto por el bien de los venezolanos.
Nota 2.- El Pato Donald presentó su Informe a la Nación, “migrantes” su tema principal fue magnificado y acusó a los funcionarios mexicanos como promotores de ese gran peligro. Y como tenemos un presidente que no quiere pleitos con el ejecutivo norteamericano (prefiere librar batallas con “enemigos nacionales”) seguirán las mentiras y los insultos.
Nota 3.- La zona centro de Tijuana alberga a una buena cantidad de personas sin hogar. Algunos con enfermedades mentales. El gobierno estatal debería construir un sitio en el que se les atienda.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana.
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