“La izquierda es la derecha disfrazada”
José Stalin
Este año se llevarán a cabo las votaciones del estado de Baja California. Será uno de los lugares de la República Mexicana donde ese despreciable show se lleve a cabo.
Pronto aparecerán las “encuestas”, los “sondeos”, etc. Y no hace falta tener un olfato para adivinar que el partido favorecido por dichas “encuestas” será Morena, cuyo representante plenipotenciario, mejor sería decir “dueño”, en Baja California es el multimillonario “ex priista” Jaime Bonilla, rey en Baja California de poderosos “medios de comunicación”.
Sin duda alguna, Morena arrasará en Baja California en el 2019.
Tampoco dudaríamos en pensar que el aparato electorero actual panista, le otorgue a Morena-Bonilla más del 50 por ciento de los votos. Tal y como sucedió en las pasadas votaciones federales el primero de julio pasado, cuando el INE de Peña Nieto le adjudicó a AMLO-Morena el 53% de los sufragios.
Es ocioso pensar que los anticomunistas y criminales del PRI y del PAN, vayan a “presentar pelea”. Cuando el INE, en el tongo electorero pasado casi los desapareció, o sea, los convirtió en pigmeos de un plumazo.
El par de reaccionarios gemelos, sólo desempeñará el rol de sparrings, de vulgares paleros de la “aplanadora” morenista.
Aunque todo perverso enjuague es posible dentro del grotesco palenque burgués electorero. El INE y sus subordinados IEEs regionales, sin duda alguna han sido eficientes prestidigitadores, competentes alquimistas, ¿acaso no lo han demostrado en múltiples ocasiones?
Leamos algo que publicó recientemente el portavoz oficial del partido Morena, el diario La Jornada: “PAN acepta que las intenciones del voto no le favorecen en Baja California. Luego de casi tres décadas de mantener en su poder la gubernatura de Baja California, el Partido Acción Nacional (PAN) enfrenta la posibilidad de perder ese cargo en la elección del próximo año, según análisis internos del instituto político, en los que se reconoce que hasta la fecha las tendencias electorales favorecen al partido Morena.
“Los sondeos de opinión que ha realizado Acción Nacional dan la fuerza política fundada por el presidente Andrés Manuel López Obrador una ventaja de 15 por ciento, aunque otras encuestas ubican la distancia en más de 25 puntos”. La Jornada. Ciudad de México, 28 de diciembre de 2018.
Toda persona consciente y reflexiva se debe preguntar: ¿quién es Jaime Bonilla? ¿Cuál ha sido su trayectoria política al lado de las causas del pueblo? ¿De cuál nauseabunda caverna salió?
Bonilla es un burguesote que pertenece al cártel de los Leyva Mortera, mafia a la que también pertenecen Hank Rhon, Castro Trenti, y toda una chusma de despreciables y reconocidos criminales de Baja California.
El ex priista de marras era un completo desconocido para la gran mayoría del pueblo, un burgués que se mantenía tras el biombo, como un coyote al acecho.
Fue a partir de 2012 que se coloca en la palestra política pública. Así, sin ninguna trayectoria al lado del pueblo trabajador, es catapultado por el PT (Partido del Trabajo), es decir, por el engendro de Luis Echeverría y de Raúl Salinas.
Sin obstáculo alguno al frente, Jaime Bonilla y su fiel pistolero Marco Antonio Blásquez, se convirtieron en diputado uno y senador el otro. Como podemos ver: “poderoso caballero es Don Dinero”.
Bonilla, toda su vida ha sido un reaccionario priista, un “exitoso” empresario que hizo crecer parte de su inmensa fortuna a través de la industria del periodismo reaccionario y venal (Diario Baja California), y del entretenimiento “deportivo” (Los Potros de Tijuana). Al igual que su compinche, Jorge Hank Rhon.
¿Existe diferencia alguna entre las maquinitas tragamonedas, a las cuales hipócritamente se opone Bonilla, y el “deporte profesional”? Se las recarga de ser un gran impulsor del deporte, pero ¿se le puede llamar deporte a ese show decadente (beisbol, futbol, box, etc.), por medio del cual se embrutece al pueblo, que sirve de relajamiento a la pequeña burguesía ociosa, y que a su vez reporta montañas de ganancias a los magnates “deportivos”?
El “deporte profesional” es en realidad una empresa capitalista como cualquier otra, a la cual no le interesa, en lo más mínimo, el sano esparcimiento de la clase obrera ni la salud del pueblo. Es un instrumento a través del cual se embauca y se enajena a las masas.
¿Sabía usted, apreciado lector, que la dinastía Fimbres, dueña de la cadena de súper mercados Calimax, en Baja California, en repetidas ocasiones se ha apropiado de llanos y de amplios solares, todos éstos propiedad de la comunidad, en los cuales los jóvenes de las colonias proletarias hacían ejercicios y practicaban algún juego de pelota? También ha de saber usted que los Fimbres son parte de la cofradía a la cual pertenece el todopoderoso Jaime Bonilla.
Para nosotros, no existe la menor duda: Morena-Bonilla serán, a partir de 2019, quienes empuñen las riendas del gobierno en Baja California.
Será el retorno del PRI, reforzado por el PT, por los neo cristeros del PES y por algunos notables politicastros tránsfugos del PAN.
Nada diferente a los tiempos del viejo PRI; el PRI de Luis Echeverría, de López Portillo, de Díaz Ordaz, de Miguel Alemán, etc. Partido de criminales que, al igual como hoy sucede con el partido Morena, solía ser “reforzado” por varios partidos paleros; verbigracia: el PPS, el PARM y otros de igual pelaje.
No hace mucho, al “brillante” empresario de marras, se le vio muy interesado en la construcción de plantas desalinizadoras cuando era diputado del PT. Después renunció a esa sociedad desalinizadora y comenzó a arremeter contra quienes habían sido sus socios, los déspotas panistas, quienes continuaron con el proyecto desalinizador.
¿Por qué el dueño del Partido Morena en Baja California se desligó de esa empresa desalinizadora? ¿Hubo motín por el botín? ¿Consideró políticamente más provechoso salirse de esa sociedad y arremeter contra sus compinches?
Remitamos al lector a un escrito que apareció cuando Bonilla era diputado federal del PT y socio de los panistas en el proyecto de las plantas desalinizadoras. El diario La Jornada, como lo dijimos antes, es un fiel vocero de AMLO-Morena, periódico al que ningún morenista puede acusar de calumniador.
Leamos: “Confirmado: BC exportará agua desalinizadora a EU. Ensenada.- La planta desalinizadora de agua marina más grande del continente americano que se construirá en playas de Rosarito, aportaría mínimo 58 mil 260 millones de pesos al consorcio estadounidense Consolidated Water Corporation (CWC) LTD, con la venta del agua al precio actual de 14 pesos el metro cúbico, después de operar durante 30 años esta planta.
“Las ganancias pueden ser considerablemente superiores, ya que la concesionaria ha firmado una carta de intención con el Distrito de Agua de Otay en el sur de California, comprometiéndose a entregar hasta 40 millones de galones de agua por día, esto es, 151 millones de litros de los 352 millones que producirá diariamente.
“En las gestiones para exportar el agua a Estados Unidos participa activamente el diputado federal con licencia Jaime Bonilla Valdez, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien de 2000 a 2011 fue uno de los cinco directores del Distrito de Agua de Otay (se refiere a Otay Mesa, San Diego, California)”. La Jornada, B.C., 29 de julio de 2015.
Bonilla es un grandísimo farsante. Solícito, como todo lacayo del imperialismo yankee, se desvive por exportar agua a la Ciudad de San Diego, California. Además, en ese proyecto desalinizador, fungiendo como auténtico vende patrias, se amafió con su dizque enemigo, el fascista Kiko Vega.
Si realmente Bonilla fuera nacionalista, como ahora presume, no se habría amafiado con Kiko Vega, sirviendo diligentemente a una compañía imperialista; al contrario, se habría opuesto a su construcción. Candil de Donald Trump y obscuridad del pueblo de México.
Los textos arriba citados revelan, hasta a los más ciegos, la clase de reaccionario escorpión que es el delegado plenipotenciario de AMLO en Baja California; nada diferente del resto de la dirigencia nacional de Morena. Reaccionarios camaleones, que cambian según el lugar y el momento.
Condenan el neoliberalismo, las privatizaciones y la globalización, etc. Pero esa “condena” es sólo de los dientes para afuera, sólo para cautivar incautos.
Además de esto, con total cinismo, enarbolan la bandera de “primero los pobres”. Se ufanan de ser muy humanos y amorosos, de ser adalides de la anticorrupción.
En realidad todos esos slogans son pura cháchara, repugnante palabrería.
Somos de la opinión que esos “30 millones” que les otorgó el reaccionario y pestilente INE de Peña Nieto, de los cuales se vanaglorian, se irán convirtiendo en ceniza conforme transcurra el tiempo. Los hechos los mostrarán como lo que son: unos charlatanes, títeres del imperialismo. Una derecha con antifaz de izquierda.
El deber de todo obrero, que ha adquirido la consciencia de su situación de clase explotada, y la obligación de todo genuino comunista es: arrancarles la careta completamente, lo más pronto, a los hipócritas del Partido Morena. No hacerlo es traicionar los intereses de la clase obrera y de las masas pobres.
Atentamente,
Javier Antuna
Correo: gloriaproletaria@gmail.com