Existe un conflicto de intereses cuando, en el ejercicio de sus labores profesionales, la imparcialidad de una persona está sujeta a dudas y recelos, debido a su participación simultánea en organismos o empresas que están o podrían estar en pugna. De acuerdo al Código Internacional de Ética Periodística formulado por la UNESCO, en el campo del periodismo el conflicto de intereses atenta contra el derecho de todo individuo a recibir información oportuna y verídica. Por ejemplo: si un periodista cultural forma parte de una institución del mismo rubro, estará tentado, como informador, a retocar o de plano encubrir aquellas acciones que lastimen la imagen de un espacio en cuya administración interviene.
De esta perspectiva, es hecho incontestable que Jaime Chaidez, personaje conocido y respetado en el ámbito del periodismo bajacaliforniano, tiene la obligación moral de renunciar a uno de los dos cargos que hoy desempeña: coordinador de “Identidad”, suplemento de cultura del periódico El mexicano, y subdirector del Centro Cultural Tijuana.
Como se sabe, Vianka R. Santana ha sido nombrada directora del Cecut, institución de gran relevancia debido, entre otras razones, al papel decisivo que ha jugado en la reconstrucción del tejido social en Baja California. Robles Santana llega a ocupar el puesto con un saco de cuestionamientos sobre la espalda, lo que de entrada pone en jaque su investidura frente a numerosos actores de la comunidad cultural. El asunto deviene especialmente peliagudo si se considera que, heterogénea y todo, esta comunidad es el vivero donde germina el material humano del que dependen las actividades del Cecut. Si la Dra. Robles Santana pretende llevar a cabo con un margen razonable de apoyo la misión que se le ha encomendado, es preciso que los señalamientos en su contra se expongan y arbitren sin cortapisas.
En un contexto así, es indispensable que los medios abran sus espacios, sin reservas ni simulaciones, a todos los implicados en el conflicto. Encubrir, purgar expedientes o negarle la voz a cualquiera de las partes resulta inadmisible, sobre todo cuando en el ideario del nuevo gobierno federal señorea la exigencia de combatir los compadrazgos, la impunidad, el engaño. En último término, el objetivo medular de creadores, comunicadores, autoridades y empleados es, o debería ser, la salvaguarda del Cecut, un espacio que los bajacalifornianos asumen como propio, porque son ellos quienes lo han creado y fortalecido.
El mexicano, un medio impreso serio y honesto, no puede consentir que uno de sus colaboradores obstaculice la actitud crítica que las circunstancias reclaman. Jaime Chaidez, cómo negarlo, es uno de los pioneros del periodismo cultural en Tijuana. El suplemento “Identidad”, fundado por Rubén Vizcaíno Valencia en un momento muy distinto al que hoy vive la cultura bajacaliforniana, jugó un papel significativo en el desarrollo de los artistas y pensadores del estado. Sin embargo, también hay que admitirlo, se ha quedado a la zaga de los tiempos que corren. A 15 años de haberlo recibido en herencia, Chaidez no da señales de poseer la disponibilidad, visión y capacidad de convocatoria necesarias para abrirlo al concierto internacional y nacional con la incorporación de voces emergentes, propositivas, diversas. Los suplementos culturales de todo el mundo enfrentan la necesidad de repensar su función en la era del internet y las redes sociales. El papel de críticos y reseñistas, por ejemplo, no puede ser el mismo cuando, como ocurre hoy, la opinión de los públicos se torna más activa, enterada y directa.
Sin línea, supeditado al hábito de quien reúne y baraja desde su escritorio materiales variopintos, sometido a las ligerezas de un coordinador que encarama a sus aliados y proscribe a quienes lo cuestionan, “Identidad”, hay que decirlo sin disimulo, se ha percudido. Luego de una década y media con Chaidez al frente, el suplemento pide a gritos una refundación.
La responsabilidad de responder a un imperativo ético (cumplir a cabalidad con sus compromisos como servidor público y no enturbiar el prestigio de un medio informativo), le entrega a Jaime Chaidez una ocasión inmejorable para permitir que un aire nuevo circule por el ámbito de la prensa cultural en el estado.
Atentamente,
Eduardo Hurtado Montalvo
Tijuana, B.C.