El barco Uribe 121 que se desempeñó como vehículo de patrullaje de operaciones de rescate y movimiento de tropas por más de 30 años dentro de la Armada de México, es desde noviembre de 2015 hogar de 80 especies de fauna y flora marítima de la región que conforman el arrecife artificial instalado en Playas de Rosarito.
El 21 de noviembre de 2015 la embarcación fue hundida a mar abierto en un área ubicada a 4 kilómetros al sur de Puerto Nuevo, siendo así como arrancó la primera fase del Parque Submarino en Playas de Rosarito.
“El proyecto no contempla nada más el hundimiento del Uribe 121, en el proyecto general contemplamos el hundimiento de tres barcos y otros elementos esculturales en las casi 50 hectáreas que quedan libres”, informó Francisco Ussel, presidente de la Fundación Arrecifes Artificiales de Baja California.
Sobre las embarcaciones restantes, Ussel detalló que ya se logró la donación de una que físicamente se encuentra en la bahía de San Francisco en Estados Unidos, sin embargo, no se cuenta con una fecha para hacer el hundimiento dado a que los esfuerzos se están enfocando en la instalación del Museo del Arrecife.
Acerca del Museo, Ussel dijo que será una estrategia para exponer ante la comunidad en general lo que es el Uribe 121 bajo del mar, e informar lo que ha pasado en los primeros 1 mil 095 días que cumplió la embarcación como un arrecife artificial en formación.
El día de la presentación del informe la alcaldesa de Playas de Rosarito hizo la entrega oficial de un inmueble ubicado en el centro turístico de Puerto Nuevo para que ahí sea instalado dicho Museo, también solicitó el apoyo del titular de la Secretaría de Turismo del Estado (SECTURE) Óscar Escobedo Carignan, para reforzar la estructura marítima del proyecto.
Al respecto, el funcionario respondió, “veremos que podemos avanzar al respecto en lo que queda de la actual administración”.
Añadió que la SECTURE ha estado involucrada con el Parque Submarino desde las primeras etapas, previo al hundimiento del Uribe 121, con la aportación de un millón de pesos para la realización del estudio ambiental que se requirió, siguió con una aportación de 2 millones de pesos, y lo más reciente fue el apoyo a las gestiones que permitieron la donación del inmueble para el Museo.