El que para nada cree en eso del tsunami elector de Movimiento Regeneración Nacional y menos en el alcance que podría tener en las elecciones estatales del 2 de junio en Baja California, es el alcalde de Mexicali, Gustavo Sánchez. De hecho sus cercanos lo ven más que seguro de ganar la reelección para ser por dos años más el presidente municipal de la Capital del Estado. Tan es así, que está negado a aceptar cualquier tipo de alianza político-electoral del PAN en aquel municipio. Va por la reelección y quiere hacerlo solo. No le llama para nada la atención compartir el poder con el PRD o Movimiento Ciudadano. Los ve más como un lastre que como una adición de votos. Además, llegando al poder batalló -y ya no desea hacerlo- con un Cabildo dividido, incluso entre quienes fueron sus aliados electorales. Por eso Sánchez se ha puesto sus moños con la cúpula panista y en el Estado. Si hacen alianza, que no cuenten con el PAN de Mexicali. Él les asegura que los votos que le pudieran hacer llegar los partidos “chiquitos”, los consigue solo y sin problema alguno. Eso se llama seguridad política… o soberbia electoral.
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