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martes, octubre 1, 2024
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Poemas del vino: Elsa Cross

Publicado en España y México, en “Más rojo bajo el sol” (Vaso Roto Ediciones, 2015), Elsa Cross reúne poemas en torno al vino, la embriaguez y otras meditaciones: “En gran parte se debe a estados internos de embriaguez no producida por el vino, sino por la meditación que yo practico; una meditación profunda lo lleva a uno más allá de cualquier vino, LSD, hongos o lo que quieras”, expresó a ZETA la autora en su reciente visita en Tijuana

La embriaguez y el vino son tan añejos como la literatura, temas recurrentes en la lírica universal y que ahora Elsa Cross continúa la tradición poética en la antología de colección “Más rojo bajo el sol” (Vaso Roto Ediciones, 2015).

“La idea era juntar todos los poemas que había escrito sobre el vino y la embriaguez; de hecho el título original era ‘Más rojo bajo el sol. Poemas sobre el vino y la embriaguez’, pero los editores le quitaron lo de embriaguez, entonces queda un poco cojo porque se habla de distintos tipos de embriaguez en el libro, no relacionada siempre con el vino, sino otros tipos de embriaguez; incluso embriaguez de estados espirituales que pueden emborrachar a cualquiera, más que ningún vino y puede llevarlo a unos estados absolutamente exquisitos”, expresó a ZETA Elsa Cross al presentar su antología durante la temporada de Vendimia 2018 en el Centro Cultural Tijuana (CECUT).

Publicado en México en 2015 y España en 2016 por Vaso Roto Ediciones, por el poemario de Elsa Cross (Ciudad de México, 6 de marzo de 1946) pulula una selección de poemas sobre el vino y la embriaguez que ha escrito durante su trayectoria.

“Este nuevo libro de Elsa Cross, ‘Más rojo bajo el sol’ -antología de poemas sobre el vino y la embriaguez-, es un racimo que entreteje voces de diversas tradiciones -aquí comparecen Octavio Paz, los muros de Cholula, paisajes de Grecia, el pirul, un pájaro, Nezahualcóyotl y algunos pasajes de la Bhagavadguitá-, sin perder jamás la unidad, esa coherencia profunda que ha caracterizado a Elsa Cross en el curso de su trayectoria como poeta, pensadora y ensayista”, de acuerdo con los editores de Vaso Roto.

“En este volumen asistimos a la creación de la belleza por el sacrificio, la transformación del agua en vino -y en algo más cuando ese vino desborda la copa-. Como en el ‘Cantar de los Cantares’, la poeta nos introduce en una bodega, una corriente subterránea de alegría que se toca con la sabiduría, la gravedad, el amor.

“Con una voz clásica, instruida y contenida, Elsa Cross se apoya en la tierra roja del sarmiento y la uva madura para iniciarnos con sonrisa cómplice, en un camino de aspiración espiritual, un viaje hacia la luz y la claridad, un ascenso que sin saberlo toca el rostro de lo divino”, complementa la edición que ha sido presentada en diversos escenarios de México y España.

 

“UNO DE MIS TEMAS MÁS CONSTANTES”

En “Más rojo bajo el sol”, la ganadora de distinciones como Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1989, Premio Internacional de Poesía “Jaime Sabines” 1992, Premio “Xavier Villaurrutia” 2007 o Premio “Roger Caillois” 2010, cuenta que esta compilación surgió después de haber trabajado en la antología temática sobre el amor “De lejos viene, de lejos va llegando” (1999), y en torno al mar, “Puerto Bagdad” (2003).

“Quise reunir los poemas que he escrito sobre el vino y la embriaguez. No me esperaba el centenar de páginas que he compilado aquí, dado que sólo bebo algunas copas de vino cuando el menú lo amerita; de modo que descubrí que éste ha sido uno de mis temas más constantes”, advierte Elsa Cross en la edición.

“Nietzsche hablaba de la embriaguez y del sueño como de las expresiones de dos impulsos básicos de la naturaleza, que él personificaba, respectivamente, en las figuras de los dioses Dioniso y Apolo; veía el estado último de embriaguez como el sentimiento de unión con el todo, con el Uno primordial –tal como lo expresa-, en tanto que el sueño aparecía como vehículo de la visión.

“Siguiendo acaso estas huellas, la embriaguez de este libro, que en absoluto descarta como posibles detonadores a vinos, licores y algunas hierbas, no se detiene allí, pues va también en busca de los estados internos de la embriaguez suscitada por la contemplación de la naturaleza y la meditación en el propio ser interior, que es donde se refleja con más intensidad la energía divina que subyace a todo lo que existe, según mi percepción”, complementa Cross.

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EL DIOS DEL VINO Y OTRAS TRADICIONES

Leer “Más rojo bajo el sol” es también encontrar algunos surcos de la historia donde la vendimia, el vino, la vid, la embriaguez y otros estados de meditación recorren la tradición literaria desde tiempos inmemorables.

“Me puse a repasar toda mi obra porque es bastante extensa, tengo más de 50 años escribiendo poesía, son más de 30 libros de poemas, algunos muy breves de 20 páginas, otros de más de 100. Y mi criterio para definir el libro es una unidad temática, completa y cerrada en sí misma: el vino y la embriaguez”, rememoró en entrevista con ZETA la traductora de obra de autores como Saint-John Perse, Yves Bonnefoy, Ezra Pound y Víctor Segalen.

En “Más rojo bajo el sol” comulgan poemas de poemarios escritos durante su trayectoria, como “Las edades perdidas” (escritos entre 1974-1976), “Destiempo” (1970-1981), “Pasaje de fuego” (1975-1977), “Bacantes” (1981), “Baniano” (1978-1980), “Canto malabar” (1982-1985), “El diván de Antar” (1987-1989), “Jaguar” (1985-1994), “Casuarinas” (1988), “Singladuras” (1985-1986), “Los sueños. Elegías” (1994-1977), “Ultramar. Odas” (1997-1998), “El vino de las cosas. Ditirambos” (1997-2000), “Cuaderno de Amorgós” (1998-2003), “Bomarzo” (2005), “Nadir” (2001-2009) y “Escalas” (1994-2012).

¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas, considerando la tradición poética e histórica del vino presente en su obra?

“Repasé de principio a fin y vi que incluso el primer poema que escribí, aunque no está en esta compilación, tiene indirectamente que ver con Dioniso, que es el dios del vino, en un poema que se llama ‘Naxos’ (1964-1965), que es Ariadna en las playas de Naxos abandonada por Teseo, sin saber que el dios Dioniso va a llegar a rescatarla de esa soledad, de ese abandono, para casarse con ella; eso no está en el poema, pero es una cosa implícita.

“Escribí después un libro que se llama ‘Bacantes’, antes y después de ‘Bacantes’ hay a lo largo de mi poesía muchos poemas que tienen que ver directamente o directamente con Dioniso, con el vino y con la embriaguez.

“Hay un himno homérico que habla de la embriaguez y la muerte en medio de la batalla: ‘para que nos concedas la embriaguez regocijante, nos acercamos a ti, son grandes los elogios que todos te debemos’. Me sorprendió muchísimo ver cuánto había yo escrito sobre el tema, siendo que la mayor parte de ese tiempo, cuando escribí yo ‘Bacantes’, no bebía absolutamente una gota de vino; estuve como 16 años sin beber nada, por eso me sorprendió ver tanto que había salido sobre el tema.

“En gran parte se debe a estados internos de embriaguez no producida por el vino, sino por la meditación que yo practico, una meditación profunda lo lleva a uno más allá de cualquier vino, LSD, hongos o lo que quieras; ésa es la verdadera embriaguez, y es de la que hablaron poetas místicos de muchas tradiciones, incluso los sufíes, poetas místicos hindúes”.

¿De qué manera influyeron sus viajes a Grecia y su conocimiento de la cultura griega para escribir los poemas sobre el vino y la embriaguez?

“Esto influyó en libros míos posteriores. ‘Bacantes’ lo escribí en 1981 y viajé a Grecia por primera vez hasta el 97, nunca había estado antes en Grecia, yo tenía incluso miedo de ir, porque pensé que es algo que he idealizado tanto durante toda mi vida que a lo mejor llego y encuentro un montón de piedras rotas por todos lados, iba a ser una gran decepción. Pero cuando vi que sobrepasó absolutamente todo lo que yo hubiera podido imaginar o esperar, aun con las piedras rotas, fue un impacto extraordinario: el aire, el mar, la gente, la lengua, oírla, que no le entiendo, pero la música de la lengua, el sabor del vino, la comida, todo, fue algo que me impactó tanto que escribí cuatro libros como resultado de ese encuentro con Grecia. Algunos tienen que ver con el vino, otros no, pero sí fue algo muy fuerte para mí. Hace once años que fui por última vez, estoy esperando volver, tengo una añoranza permanente”.

 

“LA EMBRIAGUEZ ES AQUELLO QUE TE LLEVA MÁS ALLÁ DE TU YO CHIQUITO”

La embriaguez, como experimentación del consumo del vino o la meditación, pasa por la historia de la literatura y, por lo tanto, del lenguaje: “Basta una palabra, / un giro del deseo / para traer de pronto / toda esta ebriedad”, se lee en la página 42 de “Más rojo bajo el sol”.

¿Cómo ha sido concebida la embriaguez a lo largo de la historia?

“Cambia según las épocas, según los términos simbólicos de referencia de cada época; no es lo mismo para un místico hindú o sufí que para un poeta griego o para un poeta prehispánico; pueden variar los términos de referencia, pero en general la embriaguez es aquello que te lleva más allá de tu yo chiquito, de fulano de tal.

“Es algo que rompe todos esos límites que te mantienen encerrado en ese yo chiquito de ‘soy fulano de tal y me dedico a esto, tengo tantos años’, eso es lo que se va, lo que explota para dar paso al verdadero ser de cada quien, que lo que está detrás de todo eso y que no tiene límites ni nombre, ni forma, es un puro gozo absoluto que se extiende a todas partes, que no quiere nada ni necesita nada, porque es todo, tiene todo.

“La embriaguez es la plenitud del propio ser. Cuando uno logra llegar a la conciencia de lo que verdaderamente es internamente, sólo puede sentir embriaguez; o lo que entendemos por embriaguez, es la expresión más cercana a ese gozo total, libre, absoluto, que es ser quien uno es realmente y que no puede darse cuenta justamente porque está encapsulado en su ‘soy fulano de tal y estoy en Facebook’ y no sé qué tanta tontería”.

Foto: Alejandro Gutiérrez

“LOS POEMAS SALEN CUANDO TIENEN QUE SALIR”

Considerando los diversos estados de embriaguez, sobre todo el de la meditación que Elsa Cross ha practicado, había que preguntarle sobre el proceso de creación de un poema con relación al vino:

¿Hubo una premeditación para escribir sobre un tema en específico, en este caso sobre el vino y la embriaguez?

“Los poemas salen cuando tienen que salir. Muchas veces empiezo a escribir un poema y no sé a dónde va ir a dar; lo dejo que fluya. A veces sale, a veces no, lo dejo fluir”.

Considerando que “Más rojo bajo el sol” reúne poemas de toda su trayectoria como poeta, ¿están reescritos algunos poemas varias décadas después para la antología?

“No. Revisé la antología, le di forma; aunque tienen un orden cronológico, traté de que los poemas fluyeran más o menos bien, quizá cambié una o dos palabras en algún poema, pero se conservan casi como en los textos originales.

“Dejo que sean lo que fueron es su momento, y casi siempre corrijo tanto, trabajo tanto cada poema antes de publicarlo que pocas veces siento después la necesidad de ajustarlos; eso por un lado, y otro lado también pienso en respetar lo que salió en su momento”.

“Palabras errantes tocan mi vigilia. / De tu sueño emergen / fugas de gorriones entre los cedros” (página 51). ¿Quién habla en ese estado de embriaguez o meditación de Elsa Cross?

“Son estados en que se pierde la individualidad y el ego de Elsa Cross. ¿Quién es Elsa Cross? No es nada frente a esos estados; ahí lo único que habla es aquello que está más allá del ego de la persona”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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