Ninguna de las 17 personas muertas
a consecuencia de la AH1N1 en Baja
California en esta temporada de
invierno se había aplicado la vacuna,
pese a que todos presentaban
problemas de salud, o pertenecían a
grupos vulnerables de la sociedad
Un total de 17 personas han muerto en Baja California a causa de influenza. Nueve en Mexicali, seis en Tijuana, y dos en Ensenada. Ninguna se había aplicado la vacuna anti influenza, informó Óscar Efrén Zazueta Fierro, jefe estatal de Epidemiología de la Secretaría de Salud.
En lo que va de la temporada invernal 2018-2019 se han detectado 89 casos confirmados de influenza, 84 corresponden a la cepa AH1N1, cuatro a la tipo A no tipificada, y uno más a la cepa B, aunque la vacuna protege contra los tres tipos de cepa.
De los 89 casos que han sido confirmados, 46 corresponden a Tijuana, 39 a Mexicali, tres de Ensenada y uno más quedó registrado en el poblado de Vicente Guerrero, al sur de Ensenada.
A nivel nacional se han registrado mil 662 personas con influenza y 116 defunciones, el 89% de ellas por AH1N1, 6% por tipo A no tipificada y 4% por influenza tipo B, con mayor prevalencia en los estados de Puebla, Oaxaca y Veracruz, detalló Néstor Hernández Milán, director de Servicios de Salud en el Estado.
“El comportamiento de la influenza es de manera bianual, es decir, un año es de transmisión baja y el siguiente año es una transmisión más alta, esto es por los comportamientos históricos que ha tenido la influenza”, mencionó Hernández Milán.
De las 17 defunciones en Baja California, ninguna tenía el antecedente de la vacuna, siendo que todos pertenecían a un sector de la población vulnerable, ya sea por edad: niños y adultos mayores; o bien por enfermedades previas como diabetes tipo 2, hipertensión, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia renal, obesidad o hidrocefalia.
Destacó que a pesar que Baja California no se encuentra en una situación de alerta, sí existe una preocupación en la incidencia de los casos debido a los factores de riesgo que han presentado los pacientes, así como a la falta de vacunación.
Vigilancia Centinela
El funcionario estatal mencionó que debido a la temporada invernal se lleva a cabo la vigilancia epidemiológica “Centinela”, la cual inició con la epidemia del 2009 y consiste en brindar una atención preventiva a todo paciente que presente una sintomatología que pudiera diagnosticarse como influenza.
Para ello, el médico Óscar Ginera Aparicio, jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 2, especificó que cualquier paciente que muestre fiebre mayor a 38 grados centígrados, dolor muscular y de cabeza intenso, fatiga, tos y mucosidad es vacunado contra la enfermedad, sin que sea diagnosticado propiamente. Esto ha ayudado a evitar que el virus se propague, además que no representa ninguna afectación en caso de no contar con la enfermedad.
La vacuna presenta mínimos efectos secundarios, como enrojecimiento y/o dolor en la zona de la aplicación, dolor en el cuerpo o de cabeza, pero en realidad es mínimo comparado con la protección que brinda tanto al paciente, como a quienes lo rodean, dijo.
En la temporada del 2016-2017 se registraron 34 casos confirmados con influenza y dos defunciones: una en Mexicali y otra en Ensenada, mientras que la temporada de 2017-2018 hubo 60 casos confirmados y 27 defunciones, trece en Tijuana, seis en Ensenada, cinco en Mexicali y tres más en Playas de Rosarito.
Los síntomas de la influenza son similares a los de un resfriado común, pero los provocados por el virus son más intensos, se desarrollan en menos de cinco días y la fiebre no cede ante antibióticos comunes, dijo Antonio Contreras Ibarra, jefe de Epidemiología de la Jurisdicción Sanitaria 2.
Hasta el momento se han aplicado 117 mil 580 vacunas, el equivalente al 60 por ciento de la población tratada en la Jurisdicción número 2, y se espera que para marzo de este año se termine de aplicar las 90 mil dosis faltantes.
El inicio de la pandemia
El virus de la influenza A de la cepa H1N1 se dio a conocer en abril de 2009 en el continente americano, y en menos de dos meses se esparció a 35 países, los casos iniciales se dieron en la frontera entre California y Baja California, según señaló la Organización Panamericana de la Salud, a través del reporte “Lecciones aprendidas de la pandemia gripe A (H1N1) 2009 en la frontera México-Estados Unidos”.
El 8 de abril de 2009 se notificó un brote de neumonía atípica en tres personas en Baja California, y tres días después la Secretaría de Salud de México confirmó el origen del primer caso de una nueva enfermedad, a la cual se le llamó “influenza porcina”, pero fue hasta el 30 de abril del mismo año que se le nombra de manera oficial como AH1N1.
“La cepa H1N1 es un subtipo de influenza virus tipo A del virus de la gripe, tiene la capacidad de recombinarse e infectar al ser humano. El AH1N1 ha mutado en diversos subtipos que incluyen la gripe española (extinta en la vida silvestre), la gripe porcina y la gripe aviar”, se explicó el documento.
Como medida para detener el creciente contagio, se trabajó de manera conjunta con Estados Unidos y se realizaron tres talleres de manera consecutiva en El Paso, Texas, el 26 de agosto de 2009; El Centro, California, una semana después; y McAllen, Texas, el 9 de septiembre del mismo año.
Ante la falta de mayor información sobre la enfermedad y la incertidumbre de sus características, la Secretaría de Salud, bajo la administración de José Guadalupe Bustamante Moreno, implementó cinco medidas prioritarias: la vigilancia epidemiológica; atención médica y red hospitalaria, también la suspensión de actividades y eventos masivos; instalación de brigadas de salud, móviles y puestos centinela; se mantuvo la comunicación bilateral con Estados Unidos y la difusión a través de los medios de comunicación.
A partir de entonces la vacuna contra la influenza se hizo parte del cuadro básico de vacunación para la temporada invernal, sobre todo a la población vulnerable, que son mujeres embarazadas, niños, adultos mayores, o personas con enfermedades inmunodepresoras.
La influenza porcina en humanos
La influenza porcina es una enfermedad respiratoria de los cerdos, causada por virus de influenza tipo A que provocan brotes regulares de influenza en estos animales, detalla el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).
Existen cuatro subtipos principales de virus de influenza tipo A que han sido aislados en cerdos, estos son H1N1, H1N2, H3N2 y H3N1. La mayoría de los virus de la influenza que circulan entre los cerdos se denominan virus “reordenados triples”, ya que estos virus contienen genes de los virus de la influenza humana, de la porcina y de la aviar.
Estos virus no son transmisibles a través de la comida, es decir, que es completamente seguro consumir carne de cerdo o sus derivados, siempre y cuando su conocimiento y manipulación sea de manera adecuada.
El movimiento antivacunas
Aunque el movimiento antivacunas, iniciado en 1998 por el gastroenterólogo Andrew Wakefield, ha ido creciendo; en México no ha afectado de manera significativa a las campañas de vacunación, aseguró el jefe de la Jurisdicción Sanitaria 2, el doctor Óscar Ginera Aparicio.
La falta de vacunación ha provocado que enfermedades casi erradicadas como el sarampión, vuelvan a surgir, ya que el año pasado se registraron cuatro casos de importación, es decir, los pacientes infectados provenían de otros países, y fueron detectados en su ingreso a México.
Sin embargo, las constantes campañas de vacunación y la difusión de su importancia a través de los medios de comunicación y de las brigadas de salud que llevan el biológico a las zonas más alejadas del Estado, han logrado que este movimiento no repercuta en la población mexicana.