Javier Castañeda Pomposo, con alguno quedará mal. El actual diputado federal está entre dos amores políticos: por un lado, luego de renunciar al Partido Acción Nacional fue arropado por Morena. Jaime Bonilla lo invitó a ser candidato y Castañeda aceptó, desde entonces tienen una excelente relación. Pero por otro, en la campaña que terminó por llevarlo como legislador quien lo registró –en su alianza con el partido de Andrés Manuel López Obrador– fue el Partido Encuentro Social, mismo que a la fecha ni siquiera tiene registro, pero ya ha anunciado que llevará como abanderado a la presidencia de Tijuana, a Julián Leyzaola Pérez junto con el PRD y el PBC y sin cerrarle la posibilidad al Partido Acción Nacional.
Vaya dilema. Pues Castañeda ha comentado entre su gente que jamás apoyaría a Leyzaola si éste –tal como presume– le acepta la candidatura al PAN. Castañeda aún no se define si estará en la próxima campaña con Morena o con el PES, quienes mantienen una alianza legislativa a nivel nacional pero que se disputarán en la contienda local.
No es como el caso de Erwin Jorge Areizaga Uribe, suplente de Castañeda, ex regidor de Tijuana y al igual que Javier desertor del PAN por considerarlo corrupto y antidemocrático: “Me retiro triste y desilusionado de la institución política a la cual pertenecí por casi dos décadas”, fueron parte de las palabras del ex panista allá en el 2015. Hoy Erwin es uno de los fans destacados de Leyzaola y quien está dispuesto a ponerse de nuevo la camiseta blanquiazul.
Castañeda lo ha dicho claro entre los suyos, está dispuesto incluso a que lo echen del PES antes que apoyar al panismo aun sea con Leyzaola de candidato, el problema es que tampoco ha definido si estará con Morena en la campaña o con Leyzaola de no ir con el PAN. Es decir, estará en espera de lo más convenga. Cuidado, porque a esto se puede llamar oportunismo.
El Doctor Rubio competirá contra “El Patas”. Para muchos de los militantes del Partido Acción Nacional, en Tijuana sobran razones para carcajearse de la aspiración de reelección de Juan Manuel Gastélum Buenrostro. Primero porque su equipo nunca fue incluyente ni con su partido, todos los beneficios de ser gobierno fueron para los suyos; maltrató y excluyó a otras expresiones dentro del PAN, además que se ha ganado la sobrada fama de no cumplir sus acuerdos políticos. Amén que ni siquiera lo ven rentable electoralmente hacia fuera, entre otras cosas por los numerosos escándalos de corrupción así como el caos en los servicios y obras públicas en la ciudad.
Pues ante la aspiración del alcalde en funciones para permanecer tres años más en el cargo, ya hubo alguien que levantó la mano: el doctor José Rubio Soto, un viejo panista con una carrera dentro y fuera de la función pública.
El médico comenzó en la política en 1989 siendo director de servicios Médicos Municipales y llegó a ser delegado federal en Baja California de la Secretaría de Desarrollo Social en las dos administraciones panistas.
El también académico ya comienza a buscar las simpatías de grupos y rebeldes en el partido para hacerle frente a Juan Manuel y su aspiración.