El pasado primero de diciembre llegó la democracia popular a cargo totalmente por el señor Andrés Manuel, presidente electo por el pueblo de México; pero en los hechos fue una batalla cruel, muchos padecimos los estragos de la segunda guerra mundial que fue organizada y patrocinada por la unión americana para imponer por las armas el socialismo marxista en América Latina. Al finalizar la guerra se reunieron los vencedores para repartirse el mundo después todos cobraron tributo. Los americanos se adjudicaron el derecho de nombrar todos los presidentes de México, pero no gobernaron para los mexicanos por más 50 años: esperemos que el próximo sexenio ya nos dejen auto gobernarnos.
Lo que nos trajo la democracia popular es un retroceso en cuestión de religión, se están realizando ritos esotéricos y de brujos; nosotros podemos hacer lo que hicieron los franciscanos y misioneros con los sacerdotes, no debemos perder nuestra herencia doctrinal.
Atentamente,
Vicente Martínez Méndez
Tijuana, B.C.