La mañana del sábado 8 de diciembre, México se despertó con la noticia de que Vanessa Ponce de León se había coronado con el título de Miss Mundo, certamen que se llevó a cabo en Sanaya, una ciudad de China, convirtiéndose así en la primera mexicana en obtener dicho título.
Su belleza, porte y simpatía, sobre todo preparación e inteligencia, la distinguieron de las demás competidoras.
Originaria de Guanajuato, Vanessa, de 26 años de edad, se impuso a Niocolene Pichapa Limunska, de Tailandia, quien quedó en segundo lugar. Su conocimiento, vivacidad y solidaridad, fue determinante para que los jueces decidieran otorgar la corona a la mexicana.
Su preparación se destaca gracias a sus estudios en Comercio Internacional, diploma en Derechos Humanos y su desempeño como directora de Migrantes en Camino, un centro de rehabilitación para mujeres.
Como soberana, Ponce de León inicia apoyando a la institución de mujeres embarazadas Vifac, con sede en Chiapas, que protege a “aquellas mujeres que tienen embarazos y están en alguna situación vulnerable, les ayuda a pasar estos momentos difíciles que están viviendo y las ayuda a ser un poco más felices”, expuso la joven.
Durante el certamen, la guanajuatense hizo hincapié en la importancia de ayudar al prójimo, su solidaridad hacía los más necesitados y su apoyo en socorrer a los hijos de inmigrantes indígenas que llegan a su Estado para laborar en el campo, cuyo proyecto se llama Na Vili.
En su discurso como soberana del mundo, Vanessa expresó: “Usaré mi reinado para seguir haciendo lo mismo que hago desde hace tres años, es decir, seguir siendo un ejemplo, porque todos podemos ser un ejemplo. El mundo necesita un cambio y ayudar no es tan difícil”, comprometiéndose en cuerpo y alma a seguir luchando por una mejor vida para los más necesitados.