Cientos de activistas y líderes religiosos pro migrantes se manifestaron este mediodía en la frontera entre San Diego y Tijuana, para fijar su descontento hacia las políticas migratorias de Estados Unidos que actualmente ha estado negando las solicitudes de asilo de los migrantes centroamericanos que desde el pasado 11 de noviembre llegaron a esta ciudad.
Del lado estadounidense, los líderes religiosos realizaron una caminata pacífica de “desobediencia civil”, como descontento también del trato que le han dado a los propios migrantes y las formas en que fueron recibidos con bombas de gas y balas de goma, además de la nula celeridad para atender sus casos.
La caminata arribó hasta el muro en colindancia con Playas de Tijuana, en donde una barricada de elementos de la Patrulla Fronteriza estadounidense los detuvo, para que no se acercaran hasta el límite, en donde del lado mexicano los esperaban también líderes religiosos y activistas que trabajan en Tijuana.
En su intento por acercarse hasta el muro, varios de los activistas del lado norteamericano fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza, quienes fueron subidos a unas camionetas y llevados con la autoridad.
El padre Patricio Murphy, director de la Casa del Migrante en Tijuana, señaló que fueron más de 400 líderes religiosos los que participaron en esta manifestación para mostrar solidaridad con los migrantes de este lado.
Una manifestación con motivo del Día de los Derechos Humanos para llevar a cabo un momento de oración por todos los integrantes de la caravana migrante.
“Es una manera también de empujar al gobierno, de despertarlo con estas imágenes para que busque otras soluciones para que la gente pueda entrar más rápido porque de 40 o 50 por día no es nada y la gente que está aquí va a durar meses en un albergue que no es muy digno para niños y mujeres”, dijo.
Por su parte, Mary Galván, trabajadora social del Instituto Madre Asunta, refirió que como asociaciones en Tijuana su participación fue de solidaridad con estos líderes porque parte de su trabajo también es sensibilizar a una parte de la comunidad estadunidense que “no quiere entender todavía” la situación migrante.
“(Ellos vienen) a decirle a estados Unidos que está mal lo que está haciendo, que mucha de la gente que está en movilidad y tratando de llegar al país vecino, es porque tienen una gran necesidad de buscar una mejor condición de vida”, resaltó.
Finalmente dijo que esta solamente fue una muestra entre grupos de ambos lados de la frontera de que “no estamos solos”, porque de ambos lados “aún hay gente buena que cree en el amor de Dios” y así lo van a estar manifestando siempre.