Voy a empezar a mentir
y acudir a medicina
porque este esqueleto humano
ya no llega ni a la esquina.
Esconderé las tristezas
fingiendo que soy feliz
aunque la misma mentira
yo le inventé este desliz.
Por ejemplo el otro día
saleroso y perfumado
por la calle iba alardeando
de que no era desgraciado.
De pronto oí a mis espaldas
susurros de un trovador
me dijo queditamente
aquí te ofrezco mi amor.
Y cuál sería mi sorpresa
al voltear quedé asombrado
diciendo tardíos piropos
un vejete amanerado.
Con temblor de senectud
y bañado de sudor
hizo que ingenuamente
me llenara de pudor.
Porque eso no va conmigo
y repito sin querer
cuánto quieres en tu ocaso
por un rato de placer.
Saben que le contesté
sin poderme detener
a estas alturas vejete
sería placer sin placer.
Porque la vida se lleva
lo que te hiciera soñar
al final sólo lo ocupas
cuando quieres ir a mear.
Atentamente.
Alberto Torres B.
Tijuana, B.C.