Como cada diciembre, desde hace 25 años se celebró la “Posada sin Fronteras”, actividad binacional que escenifica de manera simbólica el pedir posada en el Muro fronterizo.
La Coalición Pro Defensa del Migrante, alianza entre asociaciones civiles que brindan apoyo a personas en situación migrante, son los organizadores de este evento que reúne a personas en ambos lados de la frontera.
Aunque por primera vez en más de dos décadas que tiene el evento, a las personas del lado americano se les impidió la entrada al parque que colinda con la línea divisoria entre México y Estados Unidos.
“Hoy es el 25 aniversario de nuestra Posada y va a ser diferente porque no podemos estar en contacto con nuestros hermanos del otro lado”, explicó Patrick Murphy, director de la Casa del Migrante en Tijuana.
Murphy añadió que tan sólo dos días antes el permiso del lado americano estaba listo, pero de última hora no se permitió el acceso a los participantes de la Posada.
La dinámica usual era que el grupo del lado americano llegara hasta el Muro para cantar la parte del casero que recibió a María y José cuando buscaban posada antes del alumbramiento del Niño Dios.
Sin embargo, en esa ocasión se quedaron a unos metros y tuvieron que entonar su parte a lo lejos, mientras el convivio del lado mexicano seguía su curso.
Entre cantos de paz, música de mariachi, comida, pastel y dulce para los niños, el festejo se llevó a cabo, luego de rendirle tributo a los migrantes que han perdido la vida al intentar el cruce ilegal hacia Estados Unidos.