La imagen impresionante y dramáticamente cambiante entre dos recorridos en el “campamento migrante”, en el deportivo “Benito Juárez”, en la Zona Norte. La primera vez que fui había más de tres mil personas. Al regresar, dos días después… ¡ya había más de cinco mil!
La dinámica incesante. Funcionarios, básicamente municipales y estatales, encabezados por el Secretario de Desarrollo Social de Tijuana y el Subsecretario Estatal de Desarrollo Social, haciendo lo que pueden para atender a los albergados: registro, alimentación, abrigo, higiene, salud y distribución de espacios.
En su inocencia, niños corretean entre tapetes-cama, casas de campaña e improvisados dormitorios.
El campo de béisbol, antes brillante, dañándose, saturado de todo tipo de ocupantes e instalaciones, como las regaderas al aire libre. Costará mucho rehabilitarlo.
En la segunda visita, instalaban una enorme carpa, pidiendo a los migrantes moverse, pero por cuidar su espacio o apatía, no colaboraban. Muchas de sus actitudes molestan, contaminando la opinión pública, perjudicando a los inocentes. Los funcionarios fungen como prudentes árbitros. Algunos acampados no respetan, especialmente a familias e inclusive hay que llamar policías porque están fumando marihuana, consumiendo alcohol o agresivos. Los propios migrantes denuncian a los indeseables.
Hay preocupación por posible brote de epidemias. Los funcionarios en calidad de voluntarios están en riesgo de contagio. Sus defensas están bajas por el agotamiento, estrés, malpasadas y críticas injustas. Están en medio de mucha gente enferma. Circulan reporteros y camarógrafos, muchos extranjeros. Algunos representantes de instituciones públicas o ciudadanas, según la naturaleza del organismo al que pertenecen.
Al principio se improvisaron cocinas en las que la imaginación era el límite. Llegaban peroles repletos de culinaria creatividad de personas que llevaron cocidos que fueron recibidos en forma titubeante por los comensales, hasta que entre el apetito y la sabrosa sazón de la comida mexicana se convencieron.
Una entrevista aislada generó la idea de que todos los migrantes despreciaban la comida nacional, especialmente los frijoles y crecieron las posturas radicales. Tras los primeros días sin ningún apoyo, arriban integrantes de la Marina Mexicana, quienes se encargarán de preparar alimentos, pero necesitan insumos.
Siguen llegando vehículos con migrantes. Otros arriban caminando. Empiezan a llegar salvadoreños. Otro problema más, dada su fiera rivalidad con los hondureños.Y la pregunta para los tijuanenses es: ¿Ayudar o no ayudar a los migrantes?
Resulta difícil inclinarse por ayudar, pero independientemente de simpatizar o no con los migrantes, hay realidades que no pueden evadirse:
1.- Hay miles de niños y adultos que con engaños o sin ellos, llegaron a nuestra ciudad y no se van a ir en muchos meses.
2.- Es imposible saber la intención de cada uno, pero todos tienen necesidades básicas.
3.- Algunos decidirán regresar a su lugar de origen y hay que estar cerca de ellos para apoyarlos en su retorno. 4.- Cada uno que se devuelva es un problema menos.
5.- Sin vigilancia, los migrantes negativos se camuflarán en la ciudad y podrían sumarse al crimen organizado o al no organizado, pero también muy dañino.
6.- La cercanía con los migrantes ayudará a detectar a los malos, que deben terminar deportados.
7.- La desatención podría generar epidemias que tarde o temprano se transmitirían a los tijuanenses.
8.- Seguir a cargo del campamento debe de llevar en algún momento a trasladarlos a instalaciones más adecuadas, liberando el campo que pertenece a los deportistas.
9.- Si no por humanidad o altruismo, habría que ayudar por conveniencia social. El efecto avestruz sólo traería consecuencias negativas.
10.- Este fenómeno migratorio es todo un reto para la población tijuanense. Un manejo adecuado traerá en su momento la mejor solución posible. Un tratamiento equivocado, al final sería mucho más costoso y de graves consecuencias.
Todo es cuestión de ayudar o no ayudar a los migrantes.
Alberto Sandoval es Fundador de Alianza Civil, A.C., Presidente del COMOSC y Secretario del CEFAB. Correo: albertosandoval@alianzacivil.org Internet: www.alianzacivil.org Facebook: Alberto Sandoval. Twitter: @alsandoval