El que dicen van por lo menos dos ocasiones que intenta renunciar a su cargo en el Gobierno del Estado, es Bladimiro Hernández. No habrá sido cosa fácil suceder en la Secretaría de Finanzas a Antonio Valladolid, especialmente después del endeudamiento, el desvío de recursos señalado por la Auditoría Superior de la Federación, los contratos y convenios asignados a intereses particulares, y, por supuesto, la derrota panista que afecta las finanzas de partido y gobierno. Total que don Bladimiro se ha querido ir, pero no lo dejan. A su necesidad de marcar distancia del servicio público a un año que concluya la administración de Francisco Vega de Lamadrid, le gana que siempre ha trabajado al lado de éste y no queda más que apechugar, por lo menos hasta que salgan el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos. Ya después, insisten, o lo suceden Miguel Ángel López Arroyo, quien es coordinador de programas de financiamiento, o Carlos Montejo Ocegueda, quien funge como director de la Auditoría Fiscal del Estado. Quien también ha querido renunciar, pero no la dejan, es la procuradora general del Estado, Perla del Socorro Ibarra. Ha intentado retirarse del gobierno -por cierto, con no muy buenos resultados- para reintegrarse al Tribunal Superior de Justicia del Estado, donde es magistrada con licencia. Ahora sí que deberán esperar a que el gobernador realice los cambios electorales en su gestión.