La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), anunciada el lunes 29 de octubre, fue el principal factor por el que el dólar pasó de 18.30 a19.20 pesos en centros cambiarios de Tijuana, al iniciar noviembre.
Ello representó una depreciación del 4.91% de la moneda mexicana, señaló Carlos Leos Martínez, presidente de Centros Cambiarios Asociados de Tijuana, quien previó que de prolongarse esta variación en el tipo de cambio, aumentará la inflación, afectando a la población en general.
A lo largo de octubre, el dólar spot interbancario se apreció 8.45%, la mayor desde noviembre de 2016, cuando Donald Trump ganó los comicios presidenciales en la Unión Americana.
En entrevista con NEGOCIOZ, Leos Martínez indicó que la normalización de la política económica de Estados Unidos, que conllevaría una nueva alza de las tasas de interés y la disminución de la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos, también presionaron al peso.
A propósito de la misiva que le escribiera Carlos Slim (principal inversionista del NAIM) al Presidente electo Andrés Manuel López Obrador para que no cancelara el Aeropuerto en Texcoco y permitiera que capital privado lo terminara, Leos Martínez pronosticó que en un escenario positivo –aunque poco probable- en el que se “corrija” la decisión, el precio del dólar bajaría para venderse entre 17.50 y 18 pesos.
De lo contrario, se tendría un panorama “complicado” al inicio del sexenio, en el que el billete verde podría aumentar más su valor. Perspectiva en la que coincidió Roberto Valero, presidente del Centro de Estudio Económicos de Baja California, quien previó que el Banco de México podría intervenir para disminuir la depreciación del peso, y así evitar repercusiones en la inflación.
Luego de calificar el impacto en los mercados financieros como “un berrinche” y “un ataque especulativo de los grupos fácticos mexicanos”, el especialista dijo que el “Banco de México tiene las reservas suficientes para enfrentar este ataque de volatilidad, y en la eventualidad de que no sea suficiente, tiene una línea de apoyo de Estados Unidos por varios miles de millones de dólares para contenerlo”.
No obstante, estimó que la volatilidad de estos días no impactará negativamente en el crecimiento económico del país. Lo anterior, en línea con lo manifestado por la Secretaría de Hacienda y la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal).
Respecto a la caída de 4.20% de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en reacción a la decisión del próximo Gobierno Federal, Valero señaló que la actividad bursátil también está “muy contaminada” por los grupos de poder y actualmente no se puede determinar si habrá salida de capitales. En la sesión del 1 de noviembre, la BMV ganó 3.42%, para ubicarse en 45 mil 446.83 unidades.
Enfrentamiento con empresarios
Después que se anunció que la opción de construir dos pistas en la base militar de Santa Lucía, en Tecámac, Estado de México, así como la modernización de los aeropuertos de Toluca y Ciudad de México había ganado la consulta, en la que participaron poco más de un millón de mexicanos, hubo diversas reacciones.
Entre ellas, la de los principales líderes empresariales, encabezados por Juan Pablo Castañón y Gustavo de Hoyos Walther, presidentes del Consejo Coordinador Empresarial (CEE) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), respectivamente, quienes afirmaron que la cancelación de la terminal aérea en Texcoco, de más de 13 mil millones de dólares, enviaba un mensaje negativo a los inversionistas.
Castañón aseguró que el financiamiento de las obras de infraestructura de largo plazo costará más a los mexicanos, debido a que aumenta el riesgo y con ello la tasa de interés. Asimismo, advirtió que la deuda extranjera del país también se verá afectada.
En ese rubro, las agencias Fitch Rating y HR Ratings cambiaron la calificación de la deuda, de estable a negativa. Mientras que Moody’s y S&P mantuvieron su perspectiva y advirtieron que tendrán en observación al país, para en su caso, también degradarla.
Para De Hoyos Walther, la cancelación es contraria a los tres postulados que el político tabasqueño ofreció cumplir: “El Presidente electo nos prometió no mentir, no traicionar y no robar. En la Coparmex lamentamos que el Presidente electo no cumpla su palabra. Miente quien primero nos dijo que la obra se podía concluir con recursos privados y luego ha cambiado de parecer. Deploramos también que se haya realizado una consulta amañada, esto es una traición a la democracia y desde luego, condenamos el despilfarro de recursos públicos ya invertidos, esto es un robo al patrimonio de todos”.
Ello, en referencia a que el gobierno de López Obrador tendrá que pagar 120 mil millones de pesos para sufragar los compromisos que ya se tenían por la obra, perder los 60 mil millones (de los 170 mil millones) que ya se tenían invertidos en Texcoco, y además invertir en las adecuaciones en Santa Lucía, CDMX y Toluca.
Un par de días después, en declaraciones hechas a un medio nacional, el líder empresarial pidió a López Obrador rectificar la decisión y descartó una ruptura con el Presidente electo. Asimismo, resaltó la pérdida de alrededor de mil millones de pesos de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) -entre éstas Inbursa y Banorte- que invirtieron en Texcoco. “El daño no es a los fifís, es al patrimonio, al dinero de los trabajadores”, resaltó.
En respuesta a los empresarios, López Obrador mencionó que el “escándalo” por la cancelación fue porque los ahora afectados “ya tenían pensado hacer una especie de Santa Fe en las 600 hectáreas del actual aeropuerto”.
Afirmó que con el resultado de la consulta “se evita la corrupción”, problema que está decidido a erradicar. “No va a haber interés personal o de grupo, por poderoso que sea, que haga negocios al amparo del poder público”, es su advertencia.
Durante el anuncio de la cancelación del NAIM, estuvo presente el empresario José María Riobóo, dueño del proyecto que convertirá a Santa Lucía en aeropuerto comercial. Mientras que Sergio Samaniego Huerta, designado por AMLO como encargado de Santa Lucía, es ingeniero agrónomo, trabaja como perito valuador y contribuyó a la propuesta de Riobóo.
Al respecto, Leos Martínez señaló la incongruencia del político tabasqueño, y consideró que con la cancelación del NAIM pierde el país, ya que la infraestructura que ofrecía Texcoco es necesaria para que la industria aérea siga creciendo y los pasajeros no pierdan cuarenta minutos para descender del avión en la terminal aérea de la CDMX, debido a la saturación que enfrenta.