Creador de los personajes más emblemáticos de Marvel, el escritor de cómics falleció en Los Ángeles, California, el lunes 12 de noviembre. Con un legado artístico que influyó a varias generaciones, es recordado como el verdadero héroe de su universo
Sin la creatividad y talento de Stan Lee, el surgimiento de personajes como Spider-Man, Doctor Strange, Thor, Iron Man y Hulk, no hubiera sido posible y el mundo de las historietas quizá habría tomado otro camino. Por eso, cuando se anunció su fallecimiento el lunes 12 de noviembre, la noticia generó respuesta inmediata entre sus seguidores, e hizo eco en una industria influenciada fuertemente por él, que mantendrá vivo su legado.
Nacido en Manhattan, Nueva York, bajo el nombre de Stanley Martin Leieber, quien cumpliría 96 años el próximo 28 de diciembre, inició su trayectoria artística a finales de los 40s como ayudante editorial de Marvel, que en aquel entonces se llamaba Timely Comics y pertenecía a Martin Goodman, su fundador. Sin embargo, al ser propiedad actual de The Walt Disney Company, la empresa expresó su postura a los hechos a través de un comunicado que firmó su director ejecutivo, Bob Iger.
En éste el empresario expuso: “Stan Lee fue tan extraordinario como los personajes que creó. Un súper héroe por derecho propio de los fanáticos de Marvel en todo el mundo, Stan tenía el poder de inspirar, entretener y conectar. La escala de su imaginación sólo fue superada por el tamaño de su corazón”.
Responsable de los superhéroes más populares de Marvel Comics, que además incluyen a Black Panther, Daredevil, Ant-Man y los X-Men, Lee se convirtió en una figura de admiración en el mundo editorial e inspiró a otros artistas en sus procesos creativos, como fue el caso del guionista Frank Miller, conocido por su trabajo en DC Comics para “Batman: The Dark Knight Returns”: “(Estoy) Devastado por la muerte de mi amigo Stan. Fue una inspiración de la infancia, un instructor para mí cuando apenas estaba empezando y un hombre genuinamente dulce. Lo extrañaré terriblemente”, tuiteó el también cineasta.
Por su parte, el creador de Deadpool, Rob Liefeld, compartió varias imágenes junto a él y rememoró anécdotas que más tarde le darían vida a la columna titulada “Why We Loved Stan Lee” en Variety, donde recalcó cómo quien hizo mancuerna con los dibujantes Steve Ditko y Jack Kirby, llegó a la industria para revolucionarla y permear la vida de miles mediante sus personajes.
“No importa cuán grande y cósmica era la amenaza que enfrentaban nuestros héroes, los asuntos personales fueron los que motivaron nuestro interés hacia ellos. El tormento de Ben Grimm por su apariencia personal como The Thing, o la preocupación de Peter Parker por la salud de su tía May, fueron los aspectos de los personajes de Stan que los hicieron tan fáciles de contar. Esto fue lo que distinguió a Stan Lee y Marvel de todo lo demás. La industria ha estado poniéndose al día desde entonces”, citó en un punto el californiano.
Posteriormente, añadió: “Stan solía hablar de Shakespeare y explicaba cómo los cómics representaban una forma de literatura igualmente importante para los niños como las obras clásicas y los sonetos. ¿Cuántos de nosotros encontramos nuestro vocabulario expandido como resultado de los guiones y diálogos de Stan?”
Vanguardista en el mundo editorial que lo debutó como escritor a sus escasos veinte años, Stan Lee empezó su racha creativa con un primer número de “Los 4 Fantásticos” en noviembre de 1961, pero el año siguiente fue el parteaguas en su carrera, ya que en éste lanzó a Ant-Man en “Tales to Astonish” (enero), “The Incredible Hulk” (mayo) y con “Journey Into Mystery” presentó a Thor (agosto), además de introducir a Spider-Man en la antología “Amazing Fantasy” (agosto).
Mientras que los X-Men, Doctor Strange, Iron Man y The Avengers llegaron a las historietas en 1963 para terminar de completar las bases a un legado que se implantó en el gusto colectivo y expandió su fuerza más allá del papel, hasta hacer de Marvel Comics el referente más importante de la industria, cuyo éxito hubiera sido inconcebible sin él, Stan Lee, el superhéroe inmortal en nuestras memorias. Descanse en paz, Excélsior.
Disputas millonarias
Tras 75 años dedicado a la industria de los cómics y teniendo entonces 93 de edad, Stan Lee lamentó en una entrevista con The Hollywood Reporter, su falta de habilidad para los negocios y no haber tenido mayor ambición en éstos, pues ello lo alejó de obtener las regalías justas de su trabajo con Marvel Comics; sobre todo en lo que respecta al universo cinematográfico que la empresa inició con sus personajes en 2008 y del que sólo recibió un millón de dólares al año por las estipulaciones de un acuerdo que firmó en 1998.
Insignificante en comparación a las ganancias de las películas que van de “Iron Man” (585.2 millones de dólares) a “The Avengers: Infinity War” (2.5 billones), la cifra fue el ingreso seguro de Lee en los últimos años y permitió sus populares cameos, pero no compensó el haber perdido el control de sus dividendos como creador, a pesar de que luchó por éstos en Corte. De ahí que no fuera extraño verlo de gira en convenciones de cultura pop para firmar autógrafos por hasta 130 dólares.
Ante la poca claridad del dinero que generó previo al contrato mencionado, la fortuna de quien en octubre 2017 sufrió una estafa con un cheque de 300 mil dólares a nombre de la empresa que fundó con su hija Joan Celia y el publicista Jerry Olivarez, se estima entre 50 y 80 millones de dólares, según un artículo de Time Magazine en su apartado de economía.