La Fiscalía de Nueva York mostró al jurado del juicio contra el Chapo, un organigrama de la jerarquía del Cártel de Sinaloa con Joaquín Archivaldo Guzmán Loera; Ismael Zambada García, el Mayo; Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos; y Juan José Esparragoza Moreno, el Azul; a la cabeza, así como esquemas de los precios, mapas y fotos de los capos.
El Chapo, quien se encontraba ataviado con un traje oscuro y corbata, escuchó atento a Jesús Zambada García, el Rey, que testificó en su contra en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, y a veces tomaba notas que pasaba a uno de sus abogados. Otras tantas, fijaba la mirada en su joven esposa Emma Coronel Aispuro, sentada en la sala.
Ayer, otros dos testigos del Gobierno fueron Carlos Salazar, un agente de aduanas retirado que descubrió en mayo de 1990 un túnel atribuido al Chapo para trasladar drogas entre Agua Prieta, en México, y Douglas, en Arizona, donde el gobierno estadounidense incautó más de 929 kilos de cocaína.
Además, la Fiscalía neoyorquina presentó el testimonio de un químico forense retirado que trabajó para la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), quien certificó la pureza de dicha cocaína en 99 por ciento.
El Gobierno estadounidense presentó al Chapo como un despiadado asesino que durante 25 años envió a Estados Unidos toda la droga que quiso, en total más de 155 toneladas. El fiscal Adam Fels detalló ante el jurado una parte de dichos envíos, mismos que totalizaron 41 toneladas de cocaína.
“Hay suficiente cocaína en esas 41 toneladas como para 328 millones de rayas de cocaína. Eso es más que una raya por cada persona en Estados Unidos”, afirmó Fels en su argumento de apertura. Según los fiscales, el Chapo es un temible y astuto narcotraficante que lideraba el cartel de Sinaloa, quien traficaba “cantidades masivas de cocaína” en aviones, barcos pesqueros y hasta submarinos.
“Por su alianza con Zambada García entre 2001 y 2016, se convirtieron en los principales líderes del Cártel de Sinaloa, una agrupación criminal de lavado de dinero, asesinatos y corrupción”, acotó Fels. Y “estaba planeando otra fuga”, acotó el fiscal.
La Fiscalía aseguró, también, que el Chapo no dudaba en matar ni a sus familiares, incluyendo uno de sus primos, para ampliar su negocio o evitar ser atrapado. “Dinero, drogas, asesinato, una vasta organización de narcotráfico: de esto se trata este juicio, y lo probaremos con las evidencias”, indicó el fiscal Fels.
El Gobierno estadounidense asegura que el imperio criminal del Chapo, con nexos en toda América, Asia y Europa, facturó unos 14 mil millones de dólares. Sin embargo, las autoridades nunca pudieron incautar nada de esa fortuna.
Fels aseguró que el Chapo era propietario un AK-47 bañado en oro y de una pistola incrustada con diamantes con sus iniciales, y que “tenía su propio ejército privado de cientos de hombres armados con rifles de asalto en las montañas de Sinaloa”.
Asimismo, el fiscal hizo hincapié en los montones de evidencias acumulados por el Gobierno estadounidense, que incluyen mensajes de texto del Chapo encriptados y “un video de Guzmán y sus sicarios interrogando a miembros de cárteles rivales” y donde se vería al capo “apretar el gatillo”.
Aunque el Chapo no está acusado de homicidio, la Fiscalía neoyorquina asegura que posee pruebas de al menos 33 asesinatos cometidos u ordenados por él. Además, el Gobierno estadounidense también prepara el testimonio de decenas de testigos para intentar probar los crímenes cometidos por el capo sinaloense, muchos de ellos exrivales o socios del capo narcotraficante.
“Estos testigos han matado a fiscales, han intentado matar a presidentes […] Cuando escuchen a estas personas se les pondrá la piel de gallina […] ¿Por qué el Gobierno está yendo tan lejos, dándoles visados para que permanezcan en este país?”, preguntó el abogado defensor Jeffrey Lichtman al jurado.
Entre ellos, destacó por ejemplo a un testigo llamado Miguel Ángel Martínez, que casi habría perdido la nariz tras “esnifar cuatro gramos diarios de cocaína” durante años, según Lichtman, quien también aseguró que la Fiscalía prevé llamar a declarar al narco colombiano César Gastelum Serrano, supuesta “mano derecha” de Guzmán que sobornó a candidatos presidenciales en Guatemala y a un expresidente de Honduras, o Dámaso López Núñez, alias el Licenciado, quien fue extraditado este año de México a EEUU.
Lichtman insistió en que todo el caso contra su cliente está “construido sobre una base de mentiras” y pidió a los miembros del jurado que mantengan una “mentalidad abierta” pese al “poderoso” nombre del capo sinaloense.
“Porque el Chapo es el mayor premio con el cual la Fiscalía ha soñado, y está soñando con esto desde hace años”, respondió el abogado del Chapo, quien abundó que pese al arresto y extradición del capo sinaloense, la guerra contra las drogas “obviamente no ha logrado nada”, estimó Lichtman.
“El flujo no ha parado. El negocio continúa como siempre” y Estados Unidos sigue consumiendo “más drogas que cualquier otro país del planeta”, abundó Lichtman, quien también aseguró que el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa no es el Chapo, sino su coacusado el Mayo, de 70 años de edad, quien nunca pasó un día en prisión y sigue prófugo.
Además, el litigante estadounidense aseguró que “El Mayo” Zambada ha pagado “al actual y al anterior presidente de México”, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa, “cientos de millones de dólares en sobornos”, aseguró el martes pasado en la Corte, lo que ambos mandatarios negaron, mientras que Lichtman fue amonestado por el juez Brian M. Cogan, encargado del juicio.
Los abogados defensores del Chapo aseguran que el capo sinaloense es el “chivo expiatorio” de “corruptos” gobernantes mexicanos y de agentes de la agencia antidrogas estadounidense, quienes “le tendieron una trampa”, además de asegurar que el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa era “El Mayo” Zambada.