Los embajadores y cónsules políticos de México tuvieron que renunciar a su cargo por disposición de la Secretaría de Relaciones Exteriores, sin que se les haya concedido una prórroga convencional de 60 días para efectos de consumar la entrega de sus plazas. En atención a una solicitud del equipo de transición del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, la SRE los instó a presentar su renuncia a más tardar el 31 de octubre, de manera que el próximo gobierno federal, a instaurarse el 1 de diciembre, “esté en plena libertad de tomar las decisiones que estime pertinentes sobre las titularidades de embajadas y consulados”.
Entre los embajadores dimitentes, contemplados en la categoría de “políticos”, en vista de haber sido designados por mera afinidad partidista con el gobierno en turno, figuró el ex candidato del PRI a la gubernatura en Baja California Fernando Castro Trenti. En su carta de dimisión, fechada el 30 de octubre en Berna, Suiza y dirigida al jefe de la oficina de la Cancillería Abraham Zamora Torres, el político tijuanense reconoció “la oportunidad brindada” con los nombramientos que le confirió el jefe del Ejecutivo federal como embajador de la República Argentina, en 2013, y “ante la Confederación Suiza, concurrente en el Principado de Liechtenstein”, a partir de 2017.
Castro Trenti apuntó a propósito de su desempeño al frente de ambas representaciones, que estuvo abocado a la tarea de “promover y proteger los intereses de nuestro país y su proyección internacional”. Agregó que en ese contexto se condujo “con lealtad, transparencia, vocación de servicio y mística institucional”. Según expuso, de ello dieron cuenta los informes anuales que presentó ante el Senado de la República desde 2015.
La renuncia que presentaron los representantes mexicanos se hará efectiva, cuando más, el 30 de noviembre.
En cuanto al destino de Castro Trenti en el ámbito público, según trascendió recientemente, el también ex senador se dedicará a la consultoría política. De antemano, en la misiva que emitió a Zamora Torres le solicitó “girar sus valiosas instrucciones” para que además de darse por concluida su comisión, se hagan las gestiones pertinentes para que regrese a México.
De acuerdo con información periodística, hubieron de dimitir aproximadamente 50 titulares de representaciones mexicanas, quienes en su momento fueron nombrados con base en el artículo 7 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano. En el caso de los embajadores, entre éstos igualmente figuraron Gerónimo Gutiérrez (Estados Unidos), Dionisio Pérez Jácome (Canadá), Blanca Alcalá (Colombia), Juan José Guerra Abud (Italia), Jaime Manuel del Arenal (Santa Sede) y Carlos Fernando Almada (Japón).
Tratándose de los cónsules, Emilio Rabasa (Boston, EU), Juan Sabines (Orlando, EU), Linda Marina Munive (Río de Janeiro, Brasil) y Marisela Morales (Milán, Italia), entre otros.
Los renunciantes habrán de poner a disposición del Presidente de la República, antes del 15 de noviembre, el cargo del que se separan en aras de que la administración entrante tenga margen de decisión sobre los espacios a cubrir.