No hay tierra para los muertos
se oyen voces secuestradas
en un tráiler encerradas
por servidores funestos.
Son seres desconocidos
que se apilan en montón
y su tumba es un camión
de crímenes escondidos.
Ahí andan muertos perdidos
en busca de algún panteón
pues se sienten ya rendidos.
Pregonan por un rincón
que a todos sean concedidos
y los saquen del camión.
Alberto Torres Barragán
Tijuana, B.C.