Cantaba en bares y en fiestas privadas, su vida giraba en torno a la música, pero nada de manera profesional (ni disquera, ni escenarios grandes), un amigo que se encontraba audicionando para “La Academia” le llamó, la convenció y su decisión de participar le ha cambiado la vida, quedando como cuarto lugar de la edición 2018 del reality musical.
Su porte y belleza, pero sobre todo voz, conquistó a los jueces y al público. Tras terminar el programa, Dalia va en busca de cumplir nuevos sueños y está lista para dar el siguiente paso: tener un representante, una disquera e iniciar de manera profesional en el mundo de la música.
“Me regresaré a (Ciudad de) México para vivir allá, sí hay propuestas de disqueras pero aún no he firmado. Hay propuestas de managers y también para trabajar de forma independiente”, expresó la tijuanense a ZETA.
“Voy a retomar bien el plan de qué es lo que sigue y trabajar lo antes posible, porque tengo que aprovechar este momento que acabo de salir (del reality), todo esto se olvida fácilmente y sí me gustaría moverme rápido”, reconoció.
Los pasos ya están dados y determinación la tiene, pues en “La Academia” no sólo le ayudaron a perfeccionar su voz, también a tener seguridad y plantarse en el escenario, “sobre todo en el tema personal, de mi inseguridad, de muchos miedos que tenía y que me ayudó bastante estar ahí, a lo mejor apartada de todo el mundo donde estaba antes, me ayudó muchísimo a estar aislada, no tener contacto con nadie y estar enfocada a lo que tenía que hacer, y sobre todo Héctor Martínez (director de La Academia) me ayudó a sacar muchas cosas, a liberarme y sentirme mucho mejor conmigo misma. A partir de eso todo cambia”, auguró Dalia, para concluir:
“Me siento muy bien y tranquila, independientemente de no haber ganado el primer lugar, me siento muy feliz por haber llegado hasta donde llegué, porque definitivamente nunca me lo esperaba, siempre vivía como una semana más, y llegar a la final fue muy ‘padre’”.