Después de ofrecer ocupación laboral a jóvenes delincuentes, residentes de la colonia Los Álamos en Tijuana, buscan complementar el programa Adopta un Malandro, con terapias para los jóvenes rescatados, informó la señora María Guadalupe López Rico, presidenta del Comité de Vecinos.
Después de tres meses de implementado el programa a iniciativa de los vecinos, son cuatro jóvenes que han sido “adoptados” por vecinos, quienes se coordinan para vigilarlos en sus actividades diarias para evitar que vuelvan a delinquir.
Les buscan trabajo entre los mismos residentes, además que les asignan actividades encaminadas al rescate de espacios públicos de la colonia, como un parque que fue rehabilitado después de que era utilizado como basurero clandestino.
“Incluso ahora ellos mismos ahuyentan a malandros de otras colonias que intentan venir a robar, principalmente del Alamar, por lo que el número de robos ha disminuido”, refirió López.
El programa comenzó ofreciendo actividades menores a los jóvenes ubicados como “delincuentes menores, que robaban para comprar droga”, se les pedía barrer calles y banquetas a cambio de un pago y ahora se les contrata para pintar casas e incluso para realizar trabajos de albañilería o reparación. “Así no tienen que robar para comprar droga, aunque ahora se busca rescatarlos de la adicción”, dijo Guadalupe.
Por ello, aun cuando el programa está teniendo éxito, los vecinos están conscientes de “que no podemos solos y que los muchachos necesitan ayuda profesional para que no reincidan en el consumo de drogas”. De ahí, anotó, se está buscando el apoyo de universidades y organizaciones civiles para brindar tratamientos a los jóvenes adoptados a los que se van sumando otros, que son “recomendados por ellos mismos”.
Además del programa Adopta un Malandro, los colonos de Los Álamos continúan pagando vigilancia privada para que 25 elementos de la empresa Servimex realicen rondines por la noche.
Con estas medidas de autoprotección se ha logrado disminuir el índice delictivo en el asentamiento, principalmente en el robo a casa habitación, el cual, expuso María Guadalupe, ha bajado en un 50 por ciento, mientras que el robo a vehículos ha descendido de un robo diario a uno por semana.
López Rico anotó que después de que se hiciera del conocimiento público el programa, las autoridades de Seguridad Pública Municipal enviaron patrullas a vigilar la colonia, aunque “los vecinos no confían mucho en los elementos policiacos, por los señalamientos de extorsión y cobro de piso que se les imputa, por eso seguimos pagando la vigilancia privada a través de cuotas voluntarias de los habitantes”.
