El poder atrapa, dicen quienes saben de política y sociedad. Y más si se trata de un gobierno proclive a los excesos, y por tanto, encantador de futuros gobernantes para cuidar la libertad. Hace unos días en Mexicali le organizaron una comida a Jaime Bonilla Valdez, senador de la República por Movimiento Regeneración Nacional, además nombrado por el Presidente electo como futuro coordinador federal del partido en Baja California. El encuentro fue convocado por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Federico Díaz, quien además generoso, puso su casa para la reunión política. Como invitados, una treintena de empresarios mexicalenses de todas las corrientes, pero más de las de negocios. Bonilla llegó flanqueado por un funcionario estatal y un ex funcionario federal. Por un lado, Carlo Bonfante, secretario de Desarrollo Económico de Baja California; por otro, Mario Escobedo Carignan, ex delegado de Economía del Gobierno Federal y abierto aspirante a la candidatura de Morena al Gobierno del Estado. De hecho el anfitrión, Federico Díaz, está relacionado en el ámbito familiar con Bonfante y juntos están en el cuadro de accionistas de una empresa en Mexicali, por cierto señalada de abusos con sus trabajadores y de ser “ganadora” de becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Ahora sí que Bonilla terminó atrapado en el círculo que tanto ha criticado, el de la política económica panista del Estado, que tantas sospechas ha despertado a la Auditoría Superior de la Federación y organismos de la sociedad civil locales.