La artista plástico mexicana exhibe “Árbol de huesos” en la Sala 1 de El Cubo del Centro Cultural Tijuana; posteriormente, en noviembre, la muestra llegará al Antiguo Colegio de San Ildefonso en Ciudad de México. “Los dibujos son una huella de mi corporalidad”, expresó a ZETA la autora
Esencialmente pintura y dibujo integran la muestra “Árbol de huesos”, de la artista plástico mexicana Sandra Pani, inaugurada el viernes 3 de agosto en la Sala 1 de la Galería Internacional El Cubo del Centro Cultural Tijuana (CECUT), y que permanecerá en exhibición hasta el 28 de octubre para posteriormente, en noviembre, ser expuesta en el Antiguo Colegio de San Ildefonso en Ciudad de México.
Bajo la curaduría de Alberto Blanco, en “Árbol de huesos” Sandra Pani propone una retrospectiva de su trayectoria en su exploración del cuerpo a través del dibujo y la pintura, muestra que se expone ex profeso para la Sala 1 de El Cubo.
“Lo más importante para mí es que estoy agradecida, porque tener la oportunidad de hacer una retrospectiva de veinte años de trabajo en un museo como este es un gran regalo; estoy muy agradecida porque El Cubo es un espacio muy importante entre los museos que existen en el país, y además que esté colocado en este lugar, donde puede igualmente ser visitado por gente de México que por americanos”, expresó a ZETA Sandra Pani durante la apertura de la muestra.
CUERPO Y ÁRBOL, UNA OBRA
Al entrar a la Sala 1 de El Cubo, sorprenden 81 pinturas de tonalidades claras y dibujos de grafito donde la figura del cuerpo habita entre siluetas de árboles, raíces o tendones, huesos y tallos, que se convierten en una sola propuesta plástica.
En cuanto al guion museográfico, Pani explicó que al tratarse de una retrospectiva, la exhibición es presentada en orden cronológico, empezando por obras como “En el bosque” (óleo sobre lino, 205×130 centímetros, 1997) y “Antropofagia” (óleo sobre lino sobre madera, políptico de 16 piezas, 50×40 cm, 1998), pasando por algunas piezas que penden espectacularmente en las paredes de la Sala 1 como “Cuerpo 11” (grafito y tinta sobre papel, 218×108 cm, 2003), hasta llegar a creaciones recientes como “Columnas eternas” (políptico tres piezas en dibujo sobre piedra, 220×20 cm cada una, 2016).
“El orden es cronológico. Alberto Blanco lo dividió en cinco grandes núcleos que obedecen a mis cinco exposiciones principales en estos veinte años, hay muchas exposiciones intermedias; es interesante en ese sentido porque se pueden ver todas las constantes: casi es una misma línea, llevo veinte años explorando prácticamente la misma temática en un afán de búsqueda y de profundizar”, refirió Sandra Pani, al tiempo que recordó sus cinco exposiciones torales: “Bisturí óptico” (1998), “La flor del corazón” (2005), “De ser árbol” (2011), “Denudatio perfecta” (2015) y “Espejo de la pintura” (2016), entre otras exhibiciones intermedias.
— ¿Por qué el tema central de tu obra es el cuerpo?, aunque cohabiten otros seres vivientes como los árboles.
“Mi trabajo siempre se ha basado en el cuerpo humano. El cuerpo humano es el centro de mi trabajo, el cuerpo humano es mi contenedor, es mi herramienta, y ha sido una exploración de lo que es tener un cuerpo, habitar un cuerpo; entonces, toda mi exploración, que en el fondo es una búsqueda de identidad, se ha centrado en el cuerpo; y posteriormente me involucré mucho en el hecho de que cómo todas las cosas vivas se parecen, las formas se parecen, y al parecerse las formas nos damos cuenta que todos somos lo mismo: la verticalidad de un árbol, el tronco de un árbol, nuestra columna vertebral; las nervaduras de una hoja, las venas del humano; hay todo un mundo compartido. En ese sentido mi exploración empieza con el cuerpo y se mezcla con el árbol y todo el mundo vegetal.
“Esta exposición es una oportunidad para que alguien más pueda conectarse con mí búsqueda y que mis exploraciones que tienen que ver con la experiencia de tener un cuerpo, de vincularme hacia el mundo de la naturaleza, darme cuenta que soy una cosa más en este universo que está conectada con los árboles”, apostilló Pani.
“LOS DIBUJOS SON UNA HUELLA DE TU CORPORALIDAD”
En tiempos donde las instalaciones invaden las galerías y museos, Sandra Pani prefiere el dibujo y la pintura. En entrevista con este Semanario, la artista plástico dio algunos detalles de su proceso creativo, donde el dibujo es la esencia misma de la pintura.
“El dibujo es mi herramienta principal, creo que no hay buena pintura sin dibujo, que tienes que saber dibujar y tener esa herramienta muy afilada; tienes que poder representar la realidad con dibujo para totalmente ser libre y hacer lo que quieras con él, y luego lograr una síntesis y lograr tal vez con una línea hablar de muchas cosas solamente con una línea. Para lograr esa síntesis se necesitan muchas horas de trabajo.
“Como en los cuadros, en general, en todo tenemos que tener equilibrio: luz, oscuridad, opacidad, transparencia, sutileza, fuerza, algo más claro, luego algo poco evidente; lograr algo bello requiere equilibrar todas estas cosas, entonces, de cierta manera utilizo toda variedad de marcas que construyo, que utilizo o que encuentro para hacer imágenes”, compartió la artista con ZETA.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), Sandra Pani argumentó cómo los dibujos son como una extensión del cuerpo que dibuja:
“Todos mis dibujos son grafito en polvo, lo amo porque es un material que me encanta por sutil, utilizo mucho mis manos, entonces simplemente toco el grafito y puedo dejar una marca en el papel, de mi huella; para mí, en mis dibujos es importante también esta cuestión como de huella, los dibujos son una huella de mi corporalidad, de la manera en qué tan fuerte empujo la mano, qué tan grande es mi mano. Aunque los hagas con un lápiz, los dibujos son una huella de tu corporalidad, pero yo lo llevo al extremo de volverlo una huella literal en mi mano”, finalizó Pani.