En medio de la celebración de la Fiesta de la Vendimia 2018 que organiza tradicionalmente la vinícola L.A. Cetto, la más importante no solo de Baja California, sino de México, el sábado 11 de agosto se llevó a cabo una corrida de Toros con un mano a mano entre Alfredo Ríos “El Conde” y Uriel Moreno “El Zapata”.
Ante un majestuoso atardecer, los matadores salieron al ruedo ubicado en el corazón del Valle de Guadalupe para lidiar un par de toros de la ganadería Golondrinas, además de un astado de Armilla y otro más de José Barba.
“El Conde” fue el primero en aparecer en escena. El veterano matador, que está en su año de despedida de los ruedos, se enfrentó a un toro de nombre “Aniversario”, de 520 kilos. El cárdeno no dejó lucir al torero que poco pudo hacer con el capote y la muleta, incluso en el último tercio erró con la espada en repetidas ocasiones, abandonando el ruedo en silencio.
Para su segundo de la tarde, “Éxito” de 450 kilos, el tapatío mostró sus dotes en cada tercio ante un astado “de bandera”, levantando al público de sus lugares. Mientras que con la espada apareció la perfección, llevándose consigo el rabo y el aplauso del respetable.
Por su parte, con “Visionario”, de 500 kilogramos y su primero de la tarde, “El Zapata” no logró conectar con un ejemplar que salió abanto, lo que ocasionó que no pudiera concretar sus faenas de buena manera hasta fallar con la espada en varias ocasiones, llevándose el silencio.
Pero la suerte de Moreno cambió para el segundo, de nombre “Bienvenido”, de 480 kilos, quien hizo lucir al matador con sus suertes, hasta matarlo en su primer intento con una estocada en su lugar que le otorgó dos orejas.
Después de una sólida actuación en el ruedo en la segunda parte del encierro, donde “El Conde” cortó el rabo y “El Zapata” un par de apéndices, ambos toreros salieron a hombros, despedidos de pie por los aficionados a la Fiesta Brava.
Ríos se mostró contento con la oportunidad de despedirse de los ruedos tras casi tres décadas de carrera, en un escenario como la Fiesta de la Vendimia de Cetto.
“La grandeza que tiene la fiesta de los Toros, es que todos los escenarios son distintos y este es muy peculiar, tiene su personalidad, es único y eso lo bonito de esto. Las familias le dan personalidad a sus cosas, a sus sitios, a sus lugares, y la familia Cetto le ha dado personalidad a esta fiesta, y el público que viene le da un matiz diferente”, opinó.
Hace apenas unos meses, “El Conde” se despidió del público tijuanense, pero decidió regresar a Baja California, ya que considera esta plaza como su segunda casa.
“Han sido mis plazas porque la gente siempre me ha apoyado mucho en todos estos años y la verdad lo he disfrutado, la gente lo ha disfrutado conmigo, así que por eso uno regresa al lugar donde se le brinda cariño”, reconoció el torero, quien inicia una nueva etapa como promotor.
Para finalizar, Alfredo Ríos agradeció a los aficionados a la Fiesta Brava que le brindaron su apoyo en treinta años de vida en el ruedo.