Claudia Pavlovich Arellano es la única mujer que gobierna un Estado en México. Desde el 15 de septiembre de 2015 es la titular del Poder Ejecutivo en Sonora, entidad vecina de Baja California.
Priista, seguramente pensó que el Presidente de la República emanado de su mismo partido, don Enrique Peña Nieto, la favorecería o por lo menos le haría el gobierno más llevadero. Pero poco de eso pasó. No porque el Ejecutivo federal le tuviera mala entraña, sino porque así abandonó a la mayoría de los estados, con claras excepciones como Estado de México, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, entre muy pocos otros.
De hecho cuando la mandataria recién tomó posesión, exigió a la Procuraduría General de la República una investigación sobre su antecesor, el panista Guillermo Padrés, pero tampoco le pusieron mucha atención.
Ciertamente Padrés terminaría en la cárcel, pero más por un equilibrio político entre los ex gobernadores prófugos o detenidos, que por las muchas demandas que incluso públicamente, hizo Pavlovich para que la escucharan y le ayudaran a limpiar la casa.
Del ala beltronista del Partido Revolucionario Institucional, en la elección que culminó el 1 de julio de 2018, Pavlovich perdió el Estado que había recuperado al Partido Acción Nacional. La candidata priista al Senado de la República, Sylvana, precisamente hija de Manlio Fabio Beltrones Rivera, perdió de manera estrepitosa frente a la abanderada de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), la periodista Lilly Téllez.
La fórmula Lilly Téllez-Alfonso Durazo, de la coalición “Juntos Haremos Historia”, obtuvo 510 mil 041 votos, el 52.9 por ciento de la votación, suma muy por encima de los 301 mil 192 sufragios logrados por la fórmula Sylvana Beltrones-Manuel Acosta Gutiérrez.
El mismo 1 de julio, los sonorenses eligieron alcaldes y diputados. Sobra decirle que como en el resto de la República, Morena arrasó con todo.
De 33 diputaciones locales, Morena ganó 23, el PRI, cinco; PAN, tres; Movimiento Ciudadano una; y Partido Nueva Alianza, una. Con la senaduría (aun cuando la hija de Beltrones llegará a la Cámara alta porque iba en el primer lugar de la fórmula), Claudia Pavlovich perdió el Congreso del Estado.
Actualmente la gobernadora tiene la mayoría con el PRI y sus aliados, con todo y que su partido “únicamente” cuenta con 15 escaños en el Congreso local, pues previendo la mayoría de Morena, Pavlovich ha aprovechado la suya y ha realizado una serie de modificaciones para continuar concentrando el poder estatal aun cuando los morenistas tomen posesión del Congreso del Estado.
Ahora sí que el miedo no milita en el PRI de Sonora. Claudia se envalentonó y, pasando por encima de la sociedad civil, de los grupos intermedios, sin un miligramo de civilidad política, reformó la Constitución local para que sea ella y nadie más quien decida el presupuesto de Sonora.
Sus diputados, en medio de manifestaciones y consignas de inconformidad social, le aprobaron el veto al presupuesto, para en dado caso que la mayoría de los diputados de Morena le quieran disminuir los dineros o reasignar las partidas, la gobernadora pueda vetar la decisión legislativa y desechar la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, si es que considera que no le es favorable o suficiente.
Se armó con una libertad presupuestaria para determinar la recaudación y el uso del dinero público, a pesar de la oposición que tendrá en el Congreso local. Además, a Pavlovich le aprobaron la llamada “publicación oportuna de la gaceta parlamentaria” para obligar a los diputados a conocer, con días de anticipación, los temas que abordarán en las sesiones.
Aprovechando las últimas semanas que le quedan de mayoría estatal, la gobernadora de Sonora, desoyendo a la sociedad e ignorando las manifestaciones, de paso reformó la Ley para que en caso que el titular del Poder Ejecutivo acumule 90 días de faltas absolutas o temporales, el Congreso se erija en Colegio Electoral y designe con la aprobación de las dos terceras partes del pleno, al gobernador sustituto, que tendrá que ser del mismo partido del faltista y además, ser diputado en funciones. Nada pescadito, con todo y que pasa por encima de la Constitución, que para cualquier cargo de elección, establece que la persona debe tener seis meses separada de un cargo público, y los diputados se lo aprobaron. ¡Le aprobaron lo que quiso!
Es evidente que el temor de la gobernadora de Sonora es verse limitada por la mayoría de Morena en el Congreso del Estado que la acompañará durante los últimos tres años de su gobierno, pues concluye su periodo en 2021. También lo es, que no quiere ni repartir ni compartir la responsabilidad financiera del Estado, y le ha dado la vuelta con sus reformas a uno de los tres poderes que integran el Estado. Al dejar limitada la participación de los diputados en la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, solo ella determinará dónde, cuánto y cómo se gasta el dinero.
En este escenario, donde la mandataria se ha extralimitado en sus facultades y mina las del Poder Legislativo, ha habido voces nacionales que se oponen al agandalle de Pavlovich, como la de la futura secretaria de Gobernación y ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Olga Sánchez Cordero, quien vía redes sociales, afirmó: “Lo aprobado por el Congreso de Sonora pretende regular materias que escapan de su competencia, son contrarios a diversos precedentes de la SCJN y contravienen disposiciones de la CPEUM (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos). Dado lo anterior se harán valer las acciones necesarias para revisar su constitucionalidad”.
Empezará, pues, el duelo constitucional por los excesos de Claudia Pavlovich, llevados evidentemente por el temor a perder el poder político de Sonora, ahora que Morena tiene el Senado y será mayoría en el Congreso local.
Qué cosas pasan tras la derrota y la próxima salida (finalmente) de Enrique Peña Nieto de la Presidencia de la República.