El ser profético del cristianismo es anunciar el Evangelio de Jesucristo, lo que incluye denunciar las injusticias sociales en el mundo, específicamente en el entorno donde se vive. Yo soy yo y mis circunstancias; si no las salvo a ellas, tampoco me salvo a mí mismo. Diría José Ortega y Gasset.
El ser profético del cristianismo o de una persona, no se enmarca en el mundo místico o religioso, separado de la existencia o la vida social.
México despertó en 1994 con la novedad del EZLN, el levantamiento zapatista en Chiapas. En vida de don Samuel Ruiz García, el obispo de San Cristóbal, pastor por casi 50 años y testigo de injusticias y explotación contra los tzeltales y tzotziles, así como de la noble gente del sureste mexicano.
Si el obispo por denunciar las injusticias, tuvo animadversión y enemigos; también fue exaltado por beneficiarios de su labor pastoral, entre ellos, la Nobel de la Paz, la guatemalteca Rigoberta Menchu Tum, refugiada en Chiapas y protegida como miles por don Samuel, el Tatic, padre Obispo.
En una hora que usted dedique a leerlo, podrá gozar de uno de los libros proféticos bíblicos con relatos sobre la justicia social: el Libro de Amós, el llamado profeta de la justicia.
Sin duda, un libro encarnado por don Samuel Ruiz, a quien por cierto, visitó el Papa Jesuita Francisco, en su tumba en san Cristóbal de las Casas.
Bartolomé de las Casas fue precisamente un fraile dominico que denunció las injusticias que en el siglo XVI infringían los encomenderos y explotadores españoles a los antiguos y actuales habitantes del sureste de México.
En la hemerografía nacional se da cuenta en los diarios nacionales y regionales de la constante labor profética de denuncia de injusticias contra refugiados y habitantes de Chiapas y más.
En 1994, el Semanario ZETA publicó durante semanas, escritos con referencias periodísticas sobre la presencia de la Iglesia en Chiapas, sobre todo, la ignorada labor pastoral desde 1960, de don Samuel Ruiz. Fue tal el eco del tema de Chiapas que escritores como Octavio Paz, volvieron a dedicar sus reflexiones al tema.
Algunos periodistas adversos inicialmente al trabajo del obispo, como don Gastón García Cantú, columnista de Excélsior, prácticamente se “convirtieron” por el admirable trabajo de “Un Cristiano en Chiapas”, escribiría Cantú a primera plana.
Al enorme trabajo pastoral y responsabilidad social de obispos, sacerdotes y fieles del país; el presente, como muchos otros sexenios, será un reto por vivir en el nivel de lo profético de la vocación cristiana.
“Ustedes son la sal de la tierra, si la sal se vuelve insípida, ya no sirve y se tira a la calle para que la pise la gente”. “Ustedes son la luz del mundo; no se puede ocultar una vela, sino que se pone enfrente para que ilumine a los que la vean”.
Infinidad de textos inspiradores. Pero eminentemente tenemos en el mundo, hoy el ejemplo encarnado de grandes líderes de todas las religiones que son un faro de luz en la democracia, ciudades, en el país, en el mundo. Hoy parece ser que a los ciudadanos de toda la tierra les toca lidiar no con las izquierda o las derechas, sino con los mentirosos y populistas. No hace mucho se publicó cuántas toneladas de TNT (dinamita) y explosivos nos toca a cada habitante de la tierra per cápita, por cabeza. Más de una tonelada.
Es la paradoja de un mundo que hemos hecho paranoico, enfermo, narcodependiente. Me sorprendió en YouTube, en la página de Carlos Abascal hermano del exsecretario de Gobernación con Vicente Fox; como Salvador Abascal le revela a su hermano la presión de George Bush de liberar, en 2000, al “Chapo” Guzmán de Puente Grande, Jalisco, ante la necesidad de los norteamericanos por contar al menos, con tres mil toneladas de cocaína al año para mantener a raya a su población.
Este martes 17 de julio, en el retén militar Cucapah, en San Luis Río Colorado, las Sedena decomisó un contrabando de millones de dólares en cocaína, metanfetamina, heroína y especialmente fentanilo, más de 40 kilogramos a un precio de un millón, millón y medio de dólares por kilo. En 2016, la revista Proceso publicó cómo por esta frontera cruza la mayor cantidad de esas drogas de todas las fronteras del país. Según reveló Douglas Coleman de la DEA en Phoenix, Arizona.
A través de la familia, los niños y jóvenes necesitan descubrir otras “adicciones” sanas; recuerdo cuando subíamos el Ajusco, el Popo, el Itzla o paseábamos en Hidalgo, en el Parque Nacional “El Chico”, el paraíso del escalador en México. El padre Carlos Zezati Estrada, misionero del Espíritu Santo, nos decía que la montaña crea “adicción”; claro, por eso México es una tierra de volcanes. Hay tanto qué conocer y disfrutar como para quedarse discapacitado física y espiritualmente en el inhumano mundo de los narcóticos y alcoholismo.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com