— Quiero sacar 500 pesos.
“En ventanilla mínimo son 2 mil. Si quiere menos, tiene que usar el cajero”.
— Es que no sé cómo.
“Venga otro día y un compañero le enseñará”.
— Bueno, deme los 2 mil.
“Aquí los tiene, ¿alguna otra operación?”.
— Sí. ¡Quiero depositar mil 500!
Autor: Cajero frustrado.
El contestador telefónico de los abuelos
¡Hola! En este momento no estamos en casa pero, por favor, déjanos tu mensaje después de oír la señal, que lo contestaremos a la mayor brevedad. Biiiiiiiiip.
Si eres uno de nuestros hijos, marca 1 y a continuación selecciona del 1 al 5 por orden de “llegada al mundo”, así sabremos quién eres. A continuación, señala tu opción:
Si necesitas que nos quedemos con los niños, marca 2.
Si quieres que te prestemos el carro, marca 3.
Si quieres que te lavemos y planchemos la ropa, marca 4.
Si quieres que los nietos duerman en nuestra casa, marca 5.
Si quieres que vayamos a buscar a los niños a la escuela, marca 6.
Si quieres que preparemos una comida para el domingo o para llevártela a casa, marca 7.
Si quieres venir a comer aquí, marca 8.
Si necesitas dinero, marca 9.
Si nos vas a invitar a comer, a pasear, ir al teatro o eres uno de nuestros amigos, ¡PUEDES HABLAR DIRECTAMENTE, QUE TE ESTAMOS ESCUCHANDO!
Autor: Una abuela rebelde.
En la ferretería
Un hombre entra a la ferretería y pregunta:
— ¿Señor, tiene clavos?
“No, no tengo”.
— ¿Y pintura?
“La verdad tampoco tengo”.
— ¿Y un serrucho?
“Mire señor, para serle franco, no tenemos nada”.
— Bueno, ¿y entonces por qué no cierra?
“¡Porque no tengo candados!”.
Autor: Ex empleado de ferretería en bancarrota.
Borrachales
Entra un borracho a su casa todo manchado con lápiz labial por todos lados, hecho un desastre, y la mujer le pregunta qué le pasó. El hombre contesta:
“No me vas a creer, ¡me peleé con un payaso!”
***
Un borracho llega a un condominio y toca el portero electrónico. Una señora le responde:
— ¿Diga?
“¿Está su marido?”.
— Sí, ¿por qué?
“Disculpe”.
El borracho va a otro condominio y llama a los próximos tres condominios. Llega al cuarto condominio y hace la misma consulta:
“Señora, ¿está su marido?”.
Ella responde:
— No, ¡no ha llegado todavía!
“Señora, ¿por favor puede bajar y decirme si soy yo?”.
Autor: Un sobrio, seguramente.
Optimista
Había un tipo que era muy optimista, tan optimista, a todo le encontraba el lado bueno. Un día un amigo le dice:
— ¡¿Qué crees?! Ayer llegó Juan a su casa, encontró a su mujer con un hombre, sacó la pistola, los mató a los dos y luego se suicidó.
“Qué bueno”, contesta el optimista.
— ¡¡¡Cómo que qué bueno, si es una tragedia!!!
“Claro, pero si hubiera llegado un día antes, el muerto hubiera sido yo”.
Autor: Pesimista.
Vocación
La profesora en el salón de clases:
— A ver, Pablito, ¿qué quieres ser de mayor?
“¡Jardinero!”.
— ¿Y por qué?
“Porque mi abuelo era jardinero, y mi padre también y yo quiero seguir con la tradición”.
— Muy bien. ¿Y tú, Guillermito qué quieres ser cuando crezcas?
“Yo, carpintero, porque mi padre lo es, y el padre de mi padre y yo quiero seguir la tradición”.
— Muy bien, Guillermito. Y tú, Jaimito, ¿qué quieres ser de grande?
“Yo quiero ser psicólogo, por si sigo la tradición”.
— Muy bien, ¿tu padre y tu abuelo son psicólogos?
“No, pero mi madre y mi abuela están locas, ¡y mi novia va de camino!”.
Autor: Ex novia de Jaimito que ahora anda con Pepito.
Bar lleno
El bar estaba vacío, llega un cliente y dice al mesero:
— Cuando puedas, ponme una cerveza por favor.
“Un momento, estoy sirviendo, ¿no ves que tengo el bar lleno?”.
— ¡Pero si está el bar vacío!
Pasan cinco minutos y el hombre insiste al mesero si servirá o no la bebida que pidió.
“Ya te dije que te esperes, ¡estoy muy ocupado sirviendo a los otros clientes! ¿No ves que tengo mucho trabajo?”
Total que pasa el mesero por delante y el cliente le da una patada en el trasero.
“Pero qué haces, ¡¿te has vuelto loco?!”.
El cliente responde:
“Sí, claaaro, ¿con el bar todo lleno y vas a decir que fui yo?”.
Autor: Mesero arrepentido.