Los 12 niños que fueron rescatados en grupos, entre el 8 y el 10 de julio pasados, luego de permanecer dos semanas en la cueva Tham Luang -donde estuvieron atrapados después que el acceso se inundara impidiendo la salida del lugar-, dieron una conferencia de prensa este miércoles, donde compartieron su experiencia, misma que calificaron como “un milagro”.
El grupo estuvo internado en el hospital de Chiangrai Prachanukroh de Chiang Rai y el alta médica fue anunciada una vez que todos lograron recuperarse para retornar a sus casas al mismo tiempo. Evidentemente felices y agradecidos, los 12 niños y a su entrenador dieron una conferencia de prensa de 45 minutos de duración que fue transmitida por la televisión local y por las grandes cadenas televisivas del mundo.
En el programa especial, titulado ‘Dern Nah Prathet Thai’ (Tailandia sigue adelante, en español), también participaron familiares de los jóvenes y miembros de la Marina Real tailandesa que intervinieron en el operativo de rescate. Los niños pudieron responder las preguntas previamente aprobadas por los médicos y psicólogos que los atienden, quienes aseguraron que todos los involucrados se encuentran bien física y mentalmente.
Los menores que tienen entre 11 y 17 años de edad, se mostraron relajados y pudieron relatar los difíciles momentos que vivieron. Por ejemplo, detallaron cómo racionaron la comida y el agua, además de que relataron los momentos de desaliento por los que atravesaron, aunque destacaron que siempre intentaron mantener la esperanza en que saldrían de la cueva.
Según contó uno de los niños, lograron avanzar “tres o cuatro metros” en busca de una salida durante los nueve días que transcurrieron antes de que buzos británicos los encontraran en una cavidad a cuatro kilómetros en el interior de la entrada de la cueva.
El entrenador, Ekapol Chantawong, narró que durante esos nueve días estuvieron sin comer y bebiendo el agua que se filtraba por las paredes de la cueva. Y aunque afirmaron que no notaron el hambre los primeros días, pasados dos días empezaron a sentirse cansados y débiles. Uno de los niños calificó de “milagro” el haber sido encontrados, mientras que otro aseguró que “tenía miedo de no volver a casa. Estaba seguro de que mi madre me regañaría”.
-Con información de EFE y dpa.