El incremento del alquiler, además del incumplimiento de dicho pago, son los principales causantes de la crítica situación que enfrenta un espacio a cargo de Francisco Gómez, quien refiere que el acervo del espacio está catalogado como el más diverso a nivel mundial. Existe la posibilidad que el museo sea trasladado a Ciudad de México por gestión de la UNAM
El 15 de febrero de 2016, el Museo de la Ballena y Ciencias del Mar abrió sus puertas a miles de turistas y locales interesados en conocer la biodiversidad de los mares de México, principalmente aquellos de la Península de Baja California, convirtiéndose en único en el país, al albergar una colección diversa y completa; es el más grande del mundo.
El Museo de la Ballena, ubicado en pleno Malecón de La Paz, frente al kiosco, se ha situado en el lugar más emblemático de la Capital. En sí mismo es una institución educativa, cultural, de apoyo a la investigación y divulgación científica de los cetáceos, pero no solo eso: actualmente cuenta con reconocimientos de talla internacional, tras ser considerado el museo con la colección más amplia de mamíferos marinos.
Desde 1995, Francisco Gómez se ha dedicado a rescatar esa colección y, sobre todo, a compartir con la ciudadanía la importancia de los mismos.
“Las colecciones que tenemos ahorita están catalogadas como la más diversas a nivel mundial, esto en cuanto a esqueletos de mamíferos marinos, esqueletos reales de ballenas, de zifios, cachalotes, de otros mamíferos marinos también, como los lobos marinos; tenemos una sección especializada también de tortugas marinas que no son esqueletos, hablamos de los tiburones, donde se da información general de estas especies, que tienen un alto valor ecológico en el ecosistema. Este trabajo lo comencé desde 1995 con los socios fundadores, al principio fue una colección modesta, esto ha sido con mucho trabajo y dedicación”, señaló quien funge como director ejecutivo del Museo de la Ballena.
Aunque el proyecto inició como un museo comunitario, de principio no proyectaron jamás la importancia que, a través de los años, tomaría para la comunidad, pues no solo es uno de los principales atractivos de La Paz, de Baja California Sur, sino de México y del mundo.
“El Museo de la Ballena es único, muy bueno, la museografía es muy atractiva y funcional, hace ver el espacio mucho más grande de lo que en realidad es, pero a la vez es muy dinámica y entretenida. La información es puntual y relevante, la verdad es muy buen museo, a nosotros nos encanta venir, venimos cada vacaciones en familia”, expresó Jorge Gracia, visitante de Los Cabos.
El recinto se ha basado principalmente en cuatro líneas de acción, la primera tiene que ver con la educación ambiental; la segunda, con la cultura; la tercera, investigación científica y, la cuarta y última, el apoyo que se brinda a la educación científica de distintas instituciones.
Sin embargo, pese a las aportaciones que tiene este museo en todos los aspectos, el domingo 22 de julio se anunció el posible cierre o cambio de sede, derivado de que los propietarios del predio, donde se encuentra ubicado, les subió el costo tras vencerse el contrato.
“Lamentablemente la renta que nos están proponiendo los propietarios no es pagable, y para no meterse ahí en camisa de once varas, vamos a buscar otro lugar más adecuado para poder cambiar esta colección”, refirió el director ejecutivo del museo.
De acuerdo a los números que da a conocer la dirección del Museo de la Ballena, la renta mensual del inmueble era de 120 mil pesos, pero podría subir a 240 mil pesos, por lo que el 100 por ciento de los recursos que logran recabar serían para cubrir el alquiler. En pocas palabras, no se podrían costear los nuevos precios de los propietarios, Alberto y Jorge Alvarado.
Hasta el momento solo existen dos opciones viables, la primera es encontrar otro lugar en el que puedan adecuar todas las colecciones dentro del estado y una segunda es asociarse a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y mudarse a Ciudad de México.
“Estamos contemplando la oportunidad de asociarnos con la misma UNAM, para que podamos mover toda esta importantísima colección a nivel mundial, nos podríamos ir a Ciudad de México, sin embargo, tengo sentimientos encontrados como todo, en este lugar es donde se vio nacer este museo, son muchos años de trabajo y por supuesto nos da mucha inestabilidad pensar que podemos irnos de este Estado”, dijo Francisco Gómez.
Tras el conocimiento de la ciudadanía del posible cierre, se han manifestado totalmente en contra y lo han considerado incluso “una tontería”.
“Cerrar el museo sería una tontería, la verdad viniendo al museo podemos aprender en un ratito lo que no podríamos ver, muchos menos aprender en años en el mar”, expresó José Luis Gómez, turista oriundo de la Capital de la República.
Durante su estancia en el museo, los voluntarios brindaron ayuda indefinida en decenas de varamientos que se tenían en las costas de Baja California Sur, sin embargo, no ha sido suficiente para que alguna institución gubernamental y privada pueda hacer algo por ellos, por lo que el cierre definitivo del Museo de la Ballena podría darse a más tardar en octubre próximo.
LA CLAUSURA
“El Museo de la Ballena es patrimonio cultural y científico de los paceños, debemos sumar esfuerzos y voluntades para evitar su cierre y traslado a otra ciudad. Cuentan conmigo. Busquemos preservarlo entre todos, y coincido, que sea un espacio educativo disponible para nuestros jóvenes y niños”, fue la reacción del alcalde electo, Rubén Muñoz Álvarez, en redes sociales.
Las palabras de apoyo de Muñoz se dan ante lo que sería el inminente cierre del Museo de la Ballena, institución que ha superado obstáculos para seguir en pie al servicio de la ciudadanía.
Los embates derivaron desde el Municipio de La Paz, cuando intentaron clausurar las instalaciones en cuatro ocasiones, justificando que el museo no contaba con licencia de operación, trámite que cuesta 250 pesos; sin embargo, el Ayuntamiento obligaba a la dirección del Museo de la Ballena presentar un nuevo de arrendamiento, es decir, signar un nuevo contrato con los hermanos Alvarado y sus condiciones.
La última opción es esperar la llegada de las nuevas autoridades, que sí pretenden apoyar.
“Se acercó la oficina del presidente municipal electo, me voy a reunir también con ellos y vamos a ver qué posibilidades hay, de antemano te digo, tenemos todo el equipo de trabajo del Museo de la Ballena sentimientos encontrados, de que no habíamos recibido siquiera una muestra de solidaridad”, celebró el titular del recinto, Francisco Gómez.
La asfixia a la que ha sido llevado, no por mala administración, sino por los intentos de abuso del interés científico y educativo, de aquellos que lo están viendo como un negocio con la imposición de una renta exorbitante, a la par que los dueños del predio le pusieron precio al lugar sin avalúo alguno: tres millones de dólares.
“La última renta, o la renta del convenio, era de más de 126 mil pesos mensuales, y con la renovación estábamos teniendo ajustes con los caseros en cuanto a inflación, ese era el convenio; llevaron otro convenio con otro contrato para renovar, pero condicionado a 11 mil dólares más Impuesto al Valor Agregado, como 240 mil pesos; era el aumento del 100 por ciento”, reveló Gómez.
De manera que la única opción factible para permanecer, son las reuniones con el alcalde electo y miembros de las secretaría de Turismo, de Gobierno y algunos empresarios, pero no ha habido una solución o por lo menos una alternativa para que el acervo se mantenga en la Capital del Estado.
La importancia de contar con el Museo de la Ballena en La Paz no solo radica en el turismo, sino en el trabajo científico, cultural, educativo, al ser de las pocas alternativas con que cuenta La Paz y muchos no lo han valorado.
“Tuvimos contacto con la UNAM y ya nos conocieron, de hecho nos visitaron, les platicamos un poco la situación de acá, nos visitaron altos directivos de esa Máxima Casa de Estudios de nuestro país, les encantó recolección que nosotros tenemos. Uno de los comentarios fue que en todos los años que tiene la UNAM, ‘jamás hemos conseguido una colección como la que ustedes tienen’, es la colección más diversa de mamíferos marinos del mundo, exhibida en un museo”, compartió el director del Museo de la Ballena.
La invitación de la UNAM es que el museo sea trasladado a un gran espacio en el Museo Universum en Ciudad de México. Si bien en La Paz hay algunos predios como el ex Mercado de Pescadores, ubicado al final del Malecón Costero, pertenece a un particular, registrado a un dueño único con dos direcciones: una en Puebla y otra en CDMX. Y ninguna de las dos existe.
Habrá que revisar si el predio se vendió legalmente y no se trate de un prestanombres, perdiendo así una oportunidad invaluable de que el museo permanezca en la entidad.
LA RESPUESTA DEL LOCAL
En la búsqueda de alguno de los dueños del predio, ZETA pudo contactar a una fuente cercana, la cual reveló que con la actual administración del Museo de la Ballena no se ha tenido contacto alguno, la comunicación directa es con Diego Ruiz, quien firmó un contrato de arrendamiento con los dueños del inmueble en 2011.
Desde entonces a la fecha el inmueble ha sido rentado en dólares a Ruiz, quien dejó de pagar el monto a los dueños desde hace un año, lo cual originó un litigio.
“Esto es un problema que se viene gestando desde hace mucho tiempo, no culpo a ninguna de las partes, yo pensaría que no hay ningún culpable, simplemente fue un negocio, como muchos, que no funciona por diferentes causas. Por muchos años este local se rentó para hacer un restaurante, no sé si recuerdas que hace mucho tiempo estuvo en huelga, cuando era La Paz LaPa; cuando por fin se resolvió esto, llegó una persona que se llama Diego (Ruiz) que fue al que se le rentó y se hizo un contrato. Desde que se resolvió, ya tiene muchos años, se le hizo este contrato a esta persona y efectivamente lo que se maneja en algunos medios es cierto: se firmó en dólares, pero eso no es de ahorita, es desde siempre”, indicó la fuente del local.
Supuestamente Ruiz pagaría el contrato vencido de arrendamiento ante un Juzgado, a lo cual la fuente afirmó que no ha sido así, quizá el señor Ruiz ha establecido un subcontrato de arrendamiento con el museo y no ha reportado un solo pago a los dueños.
“Él siguió no pagando, él también tiene otros negocios, no solamente el museo; le conviene tener más negocios porque tiene lo que es renta de pangas, para ir a tours a la isla, tiene unos barcos, yo solo sé que las tiene. Hay algo raro ahí con Diego, no sé si él está pagando esa renta y no le esté pagando a los dueños del local, quién sabe”, especuló el consultado.
El detalle que se está presentando es que quizá Diego Ruiz, que no tiene nada que ver con el Museo de la Ballena, está incumpliendo el contrato con los dueños y, por ende, se lleva de por medio a la administración del Museo de la Ballena.
“No es nada personal con el museo, queremos que la cultura, la educación y un museo de esa naturaleza se queden en La Paz; el detalle es con el arrendado (Ruiz), que ha incumplido por más de un año con el pago”, finalizó la fuente.